Fumar se relaciona con seis de las primeras ocho causas de muerte en el mundo y se vincula con enfermedades cardíacas, cardiovasculares, respiratorias, enfermedad crónica pulmonar, tuberculosis, cáncer de tráquea, bronquio y pulmón. Pese a esto, en Córdoba la prevalencia de consumo de tabaco en personas mayores de 18 años alcanzó el 26,7%, la cifra más alta a nivel nacional según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo.
En ese sentido, el cigarrillo electrónico apareció como un método “eficaz” para dejar de fumar proponiendo reemplazar el consumo del cigarrillo convencional por un dispositivo que libera cierto tipo de vapor, simulando la experiencia de fumar.
Los cigarrillos o vaporizadores electrónicos son dispositivos que calientan un líquido que contiene solventes, saborizantes y, con frecuencia, nicotina.
Si bien, múltiples usuarios reportan la creencia de que los cigarrillos electrónicos son menos perjudiciales y que se usan como ayuda para dejar de fumar cigarrillos tradicionales, desde el Servicio de Neumonología del Sanatorio Allende advierten que los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco para calentar son igualmente adictivos que los cigarrillos convencionales, no son seguros y no son útiles como método para abandonar el cigarrillo.
¿Por qué existe la idea de que ‘vapear’ es menos nocivo que fumar?
Estos dispositivos están compuestos por tres partes: la batería, el atomizador y el cartucho. Al calentarse el líquido que contiene el cartucho, libera por el atomizador una especie de aerosol que simula ser el humo de cigarrillo.
El vapeo es la principal vía de inicio del tabaquismo entre los adolescentes y en edades más tempranas, por su aceptación social y fácil acceso. De hecho, se ha registrado por estudios de la misma Asociación Argentina de Tabacología que jóvenes que usan cigarrillos electrónicos terminan por comenzar a fumar cigarrillos convencionales en algún momento de su vida.
El fumar cigarrillos electrónicos o vapeo es igualmente riesgoso y adictivo que el cigarrillo convencional. No es apto como método de cesación tabáquica ya que se transforma en un fumar dual y difícil de abandonar con riesgos para el fumador y el no fumador.
Uno de los motores principales de la desinformación sobre los cigarrillos electrónicos son las redes sociales. Estas se han convertido en canales de normalización de este hábito dónde se anuncian como si fuese un producto inofensivo.
“Es un falso concepto que el cigarrillo electrónico disminuye los riesgos en salud. Es igualmente nocivo que el cigarrillo convencional para ocasionar daños cardiovasculares, gástricos, neurológicos, inmunológicos aumentando la susceptibilidad a las infecciones” explica la Dra. Uribe Echevarria especialista del Servicio de Neumonología del Sanatorio Allende.
Este servicio que brinda el Sanatorio Allende se posiciona como un referente en su tipo, no sólo en la Ciudad de Córdoba, sino en el interior de la provincia y del país. Allí se brinda asistencia de amplia cobertura a pacientes ambulatorios e internados en especialidades cómo Enfermedades obstructivas broncopulmonares, Vasculares Pulmonares, Neumonología clínica e intensivista y Tabaquismo.
Doctora Elisa Uribe Echevarria - Servicio de Neumonología - Sanatorio Allende
