El objetivo del Feng Shui es equilibrar un espacio y convertirlo en un lugar armónico, que te inspire, que eleve tu energía interior y que te haga sentir calma, felicidad y plenitud.
En este Grupo Edisur te cuenta ocho consejos para aplicar esta filosofía y ser feliz en una vivienda pequeña, sin añorar algunos metros de más. Hay que limpiar y quitar todo lo que esté dañado o que no sirva en el hogar. Lo que no se usa se regala, se dona o se tira.
Que las formas sean suaves
Según esta filosofía, es más positivo que la mayoría de los muebles tengan formas onduladas o redondeadas para que el Chi (energía vital) fluya mejor por todas partes y haya sensación de mayor espacio.
Si tenés la mayoría de las superficies con picos o formas demasiado puntiagudas, que hacen de “flecha envenenada”, lo ideal es alisarlas o pulirlas ligeramente. Otra alternativa es equilibrar con alfombras redondas debajo de dicho mobiliario.
Los colores cobran importancia
No todo debe ser blanco. El Feng Shui no es sinónimo de minimalismo, pero sí de precisión y de consciencia en la elección de los colores según los cinco elementos de la madre naturaleza.
- Madera: verdes mentas y papeles pintados con motivos florales.
- Agua: para no recurrir a los negros ni azules marinos, podemos optar por papeles pintados, poner alguna fuente o jugar con los cristales y espejos.
- Tierra: beige, arena y amarillos claros.
- Metal: blanco, tonos pastel y gris claro.
- Fuego: para no usar colores fuertes (rojo, burdeos, naranja), podemos jugar con alfombras animal print o cortinas con estampados llamativos.
En todos los casos, para espacios pequeños sin duda es mejor usar colores tenues.
Hay que cubrirse la espalda
Hay que encontrar la manera de dormir, comer, estudiar o trabajar con la espalda cubierta. La cama debe tener su cabecera, la silla su respaldo y el estudio alguna repisa o mueble para sentir la protección que necesitamos y nos ayuda a concentrarnos mejor en la tarea que estemos haciendo.
Las luces como fuego
Muchas lámparas juntas es un exceso de “fuego” y no sabemos si es necesario tanto de este elemento en una habitación. Lo ideal son las luces indirectas, casi por toda la casa.
Si tu vivienda no es muy luminosa, creá ambientes acogedores con lámparas indirectas de luz cálida o con velas.
Hay que evitar los artefactos colgantes en pasillos o encima de la cama. Estorban y además no dejan fluir la energía vital correctamente. Estamos sobrecargando la habitación y más si tenemos pocos metros cuadrados.
Las plantas dan energía
Las plantas verdes y frondosas, además de purificar el aire, son grandes activadoras de la energía del hogar. Nos equilibran, nos conectan con la armonía de la naturaleza y nos llenan de vida. Las plantas representan el elemento “madera” que, a nivel energético, aporta flexibilidad y adaptación al cambio.
¡Pero cuidado! A veces nos pasamos añadiendo flores y macetas por todas partes, pero podemos estar desequilibrando el ambiente. Es importante que luzcan siempre sanas. Siempre es clave tirar las que ya están marchitas, porque estancan la energía del espacio en el que están ubicadas.
Ordenar sin acumular
El orden es muy importante. Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Junto con la limpieza, son dos acciones imprescindibles para disfrutar de un hogar armónico.
También hay que evitar la acumulación de cosas que no usamos y mantener todas las habitaciones despejadas. Un cajón lleno de objetos, un armario en el que se apila la ropa y las estanterías cargadas de libros representan bloqueos energéticos que pueden afectar negativamente a tu estado de ánimo.
Si tenemos objetos que visualmente apuntan hacia nosotros o dan sensación de que van a caer, lo mejor es almacenarlos en cajas o cestas.
Aire y aroma
Debemos ventilar la casa cada mañana. Hay que abrir puertas y ventanas por al menos 15 minutos. Esto permitirá que el aire se renueve y que la energía del sol penetre en cada rincón.
Los rayos solares pertenecen al elemento “fuego” y activa la energía del hogar. También podés usar un difusor con aceites esenciales para activarte (menta, limón) o relajarte (lavanda, incienso), en función de cada momento.
Rodeate de belleza e inspiración
La simbología es siempre muy importante, pero en viviendas pequeñas todavía más. Es importante que todo, absolutamente todo, lo que tengas en casa te encante. Desde un tenedor al cuadro del recibidor. Cada objeto tiene un impacto en nuestro estado de ánimo, positivo o negativo.
Revisa la decoración, cada libro, cada prenda de vestir… y quédate solo con aquello que te sea útil, que te guste muchísimo o que te haga feliz. Si algo te recuerda al pasado, si ya no te emociona al observarlo o simplemente te da igual, es el momento de que salga de tu casa y de tu vida. Podés donarlo o regalarlo a alguien a quien quizá sí le pueda servir.
No existen fórmulas mágicas que funcionen siempre para todos los espacios. Cada persona, familia u hogar requiere analizar su caso en concreto y adaptar las soluciones a lo que mejor convenga.
#DatoEdisur: Cómo distribuir un baño pequeño para ganar espacio.
