Diferentes estudios, como los publicados en Urban Forestry & Urban Greening muestran que los sonidos naturales activan regiones del cerebro vinculadas con la atención, la creatividad y la memoria. El murmullo de un arroyo o la lluvia sobre el techo disminuye la tensión, regula la frecuencia cardíaca y mejora la respiración, generando un efecto calmante inmediato.
La monotonía de los sonidos naturales crea una especie de “ruido blanco” que enmascara o dificulta la percepción de sonidos externos y ayuda a que el cerebro se concentre en una actividad a la vez. Logra generar un estado de tranquilidad gracias a la tendencia cerebral a relacionar estos sonidos con un ambiente seguro y sin necesidad de estar en alerta.

Beneficios comprobados
La ansiedad y el estrés son cada vez más comunes, especialmente en esta época del año. La ciencia ha demostrado que los ritmos y secuencias musicales están estrechamente ligados a funciones físicas y orgánicas: influyen en la actividad eléctrica del cuerpo, la respiración, la frecuencia cardíaca y en ciertos centros cerebrales.
En otras palabras, la música tiene un efecto positivo sobre distintos órganos, promoviendo la calma y la relajación tanto física como mental.
Estos beneficios son aprovechados sobre todo en spas, centros de estéticas, salas de espera o consultorios médicos donde buscan favorecer la predisposición del cliente a la actividad que está por realizar.
¿Cómo lo incorporamos a nuestra rutina?
Resulta difícil a veces incorporar en la vida cotidiana un espacio de conexión real con la naturaleza, por lo que podemos encontrar otras alternativas:
- Aplicaciones y playlists: existen plataformas que reproducen sonidos de ríos, cascadas y lluvia. Es posible encontrarlas en plataformas musicales o descargarlas en tu celular, para que puedas recurrir a ellas en momentos de estrés o ansiedad.
- Meditación con sonidos de fondo: escuchar estas grabaciones mientras se medita ayuda a conectar mente y cuerpo. Combinando técnicas de relajación, meditación y sonidos naturales vas a poder lograr una experiencia de tranquilidad integral.
- Incorporación directa en la rutina: integrar estos sonidos en momentos como recorridos al aire libre (sin necesidad de periodos largos), escucharlos en el momento del baño o incluso para dormir puede ayudarte a incluirlos en tu día a día. Incluso unos minutos de exposición puede modificar positivamente tu estado de ánimo y nivel de energía.
En definitiva, el sonido del agua es mucho más que un paisaje sonoro: es una pausa necesaria para quienes buscan reconectar con la calma y la naturaleza, aunque estén en el corazón de la ciudad.
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