Gracias a la introducción de herramientas y de tecnologías avanzadas que permiten enfrentar los desafíos de diseño y de construcción de manera innovadora, la inteligencia artificial (IA) está transformando el sector de la arquitectura.
Con su capacidad para analizar grandes cantidades de datos y generar soluciones optimizadas, puede mejorar tanto la eficiencia como la creatividad: desde el diseño automatizado, la gestión de la construcción y los edificios, hasta la optimización de los procesos constructivos.
Atento a estas tendencias, el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba (CAPC) celebró el pasado jueves 11 de septiembre la Jornada “Arquitectura Transformada: IA, herramientas y experiencias para el ejercicio profesional”. En ese marco, se trabajó en torno a cuatro temáticas: IA para la formación, el proceso de Diseño con IA, IA en el proyecto de arquitectura e IA en la construcción del proyecto de arquitectura.
Fueron protagonistas de la jornada Alejandro Borrachia, Andrés Alonso, Arturo Maristany, Augusto Bravo, Cecilia Cherubini, Celina Caporossi, Isabel Couseau, Lucas Tomás Becher (Estudio ZAP), Marcelo Corti, Mariana Righi, Matias Dinardi, Nicolás Gallopa, Pedro Ferrazini, Sebastián Cortez Oviedo, Sebastián Serrani y Sergio Manes, quien expuso sobre “El algoritmo como asistente de diseño: nuevos paradigmas del anteproyecto arquitectónico” y a quien entrevistamos en el marco de la jornada.

- ¿Cómo está transformando la IA el ejercicio de la arquitectura?
-Durante siglos, dibujar fue para los arquitectos mucho más que una forma de representación: fue una forma de pensar. Enfrentar la hoja en blanco significaba iniciar una conversación íntima entre la mente y la mano, un diálogo que daba lugar a las primeras ideas que luego podrían transformarse en un proyecto. Hoy, ese diálogo ya no es únicamente entre el arquitecto y su herramienta tradicional, sino entre el profesional y una nueva presencia: la inteligencia artificial. La IA hace un aporte que no deshumaniza el ejercicio, sino que lo amplía, lo enriquece y lo libera de restricciones que, hasta hace poco, condicionaban nuestra forma de proyectar.
-Tu planteo parte del anteproyecto como el territorio fértil del diseño.
-Tal cual, el anteproyecto es ese instante vital del proceso arquitectónico en el que todo es posible. Es una etapa sin rigidez técnica, donde la incertidumbre no es un obstáculo, sino un motor creativo. Allí se funden intuición, normativa, presupuesto, deseo y cultura, y la IA puede integrarse con naturalidad, como una herramienta que no impone, sino que propone. Lo que antes era una hoja en blanco ahora puede ser un croquis, un texto, una idea esbozada que se transforma, en minutos, en decenas de imágenes posibles. El diseño deja de ser una búsqueda solitaria y se convierte en una colaboración.
-Dibujar para pensar, y ahora, para conversar…
-La IA se incorpora al proceso proyectual como una herramienta más (como el lápiz, la escuadra, el AutoCAD o Revit), pero con una diferencia sustancial: puede proponer. No se limita a obedecer instrucciones, sino que interpreta, sugiere y responde. Ya no sólo dibujamos para pensar, también escribimos, describimos y conversamos con la herramienta. Pensamos a través de imágenes, de prompts, de modelos 3D, y todo eso se integra en un flujo de trabajo que cambia radicalmente. Una idea inicial, plasmada en un dibujo gestual, se convierte gracias a la IA en múltiples interpretaciones posibles del mismo proyecto. Imágenes que no existían, pero que podrían haber existido. El croquis ya no es un punto de llegada; es un punto de partida.
-Hablás de “diseñar de a dos”…
-Cuando decimos que “diseñamos de a dos”, no significa que cedemos la autoría. Somos nosotros quienes decidimos, corregimos y seleccionamos, pero ahora tenemos un asistente de diseño que trabaja incansablemente, que no se cansa ni duda, y que propone caminos que tal vez no habríamos considerado. La herramienta puede optimizar una planta para un desarrollador, y a la vez dejar abierta la puerta al lenguaje y a la poética del diseño. El arquitecto no desaparece: se redefine. El verdadero desafío no está en producir una imagen, sino en saber detenerse. Si antes el problema era la escasez de opciones, hoy es su exceso. Ahora, saber diseñar también es saber elegir, mirar yafinar la sensibilidad para encontrar lo propio en medio de la abundancia.
-En este marco, ¿cómo se reposiciona el render?
-El render dejó de ser un producto final para convertirse en una herramienta más del proceso. Ya no explica: emociona. Es una promesa, una insinuación de lo que podría ser. Seduce al cliente, a veces a nosotros mismos, y hoy lo podemos tener en minutos. La IA permite generar 10, 20 o 50 versiones del mismo espacio en segundos. Eso, que antes requería horas o días, ahora se integra al flujo creativo. Pero el control sigue en nuestras manos: elegimos qué mostrar, qué seguir desarrollando y qué descartar.

- ¿Estamos frente a un nuevo rol del arquitecto?
-El arquitecto deja de ser el único productor de imágenes para convertirse en curador. Como en una muestra artística, seleccionamos qué ideas mostrar, cuáles desarrollar, con qué lenguaje y hacia dónde avanzar. La creatividad ya no reside sólo en saber modelar o renderizar, sino en la mirada, y eso es profundamente humano. Este proceso, lejos de deshumanizarnos, nos devuelve al centro de la escena. Porque la IA no tiene intuición, historia ni contexto, no tiene miedo ni sensibilidad; eso sigue siendo nuestro. La IA no viene a reemplazarnos, sino a desafiarnos, a potenciarnos y a ofrecer nuevos caminos. Nos lleva a redefinir qué significa ser arquitecto hoy y a entender que diseñar ya no es un acto solitario. No se trata de elegir entre lo humano y lo artificial, sino de recuperar lo humano con más fuerza, libertad y foco. Se trata de usar la herramienta para diseñar más liviano, más rápido y más profundo. Diseñamos de a dos, pero seguimos siendo nosotros los que soñamos.
Aportes destacados en el debate
La Jornada “Arquitectura Transformada: IA, herramientas y experiencias para el ejercicio profesional” en el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba dejó este jueves 11 de septiembre una serie de conceptos destacados de sus disertantes.
El arquitecto Pedro Ferrazzini, representante de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (FAPyD) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), indicó durante su ponencia “Paisaje e In-Con-Formidad: IA aplicada al proceso proyectual de arquitectura y paisaje”: “La inteligencia artificial es una herramienta de eficiencia, por ende, económica; hay paisajes que se van reestructurando con el avance de esta tecnología; ¿Cuál es la capacidad institucional y política sobre estos organismos que se autorregulan? ¿Cuál es el rol del autor? ¿Estamos generando autoría o lo está haciendo la IA por sí misma?”.

Luego hubo un panel sobre “IA en la Arquitectura, desafíos y oportunidades para la formación”, moderado por Gabriela Casasnovas. En ese tramo, Matías Dinardi (FAD-UCC) dijo: “Cuando creemos que la inteligencia artificial va a hacer nuestro trabajo empieza el problema; tiene que potenciarlo, no reemplazarlo”.
“En la academia, la ética nos invita a repensar el rol de los docentes y los alumnos en la educación; la IA puede ser un elemento democratizador de la educación y somos los docentes los que tenemos que fomentar que esta herramienta sea bien utilizada, como cualquier otra”, agregó Augusto Bravo (Blas Pascal).
A su turno, Arturo Maristany (Faudi-UNC) destacó: “Hay que empezar a pensar la herramienta, como un medio de acceso a un saber que ya no está más puertas adentro de la universidad, y la formación, no desde los contenidos sino desde el desarrollo de las habilidades”.
“No se puede enseñar sin incertidumbre; estamos trabajando en una línea de interfaz entre los espacios donde se producen estas herramientas y las cátedras”, cerró Sebastián Serrani (Faud-UM).
Plataformas digitales en la ciudad
Más tarde se dio la presentación del libro “Plataformas digitales en la ciudad - Segunda Edición”, con la moderación de Sebastián Cortez Oviedo (I-Polis / InviHab-IDH Conicet).
En ese marco, Ulises Girolimo (virtual) destacó: “Las plataformas rearticulan las interacciones entre humanos y tecnología; en un marco social donde la diferencia entre el mundo offline y el online se diluye, las ciudades comienzan a estar vinculadas a las lógicas de las plataformas”. “El desafío es pensar las plataformas para construir ciudades que sean más abiertas, contribuir a resolver problemas históricos vinculados a la identidad y ayudar a que sean más inclusivas con la gente”, agregó.
“Cada invención humana que vino a revolucionar la vida de la humanidad, no vino a terminar con la necesidad de la ciudad como espacio físico, como se preveía”, indicó luego Marcelo Corti (Faud-UNC).
Silvana Zaya (presidenta Regional 1 CAPC) dijo que, como Colegio, “no hay que perder la cercanía con la comunidad y el compromiso con la calidad arquitectónica y estructural”. Mientras que Patricio Feldman (virtual) agregó: “La plataformización tiene eminentemente un elemento urbano, porque impacta sobre la dinámica de la ciudad; no se resumen las iniciativas en las regulaciones, sino en gestionarlas e incluso potenciarlas para beneficio de la sociedad y la dinámica de la ciudad”.