No tiene sensores automáticos ni puertas inteligentes, pero en cada rincón del edificio del Colegio de Ingenieros Especialistas de Córdoba (CIEC) hay una decisión pensada para hacer más con menos. Paneles solares, loza radiante, iluminación led, heladeras de bajo consumo y materiales con aislación térmica y acústica, lo vuelven una de las pocas construcciones sustentables de la provincia.
“Es un edificio sustentable, no inteligente”, aclara Luis Calderón, actual vicepresidente, dos veces titular de la entidad y uno de los impulsores de su crecimiento.
La sede actual del CIEC, en Jujuy 441 de la capital cordobesa, es el resultado de décadas de trabajo para darle identidad, respaldo y proyección a los ingenieros especialistas de Córdoba, una de las provincias con más desarrollo industrial del país.
De un cuarto prestado a siete pisos propios
La institución nació en 1988, más de 30 años después de la ley nacional que dio forma a los colegios profesionales del área tecnológica. “Al principio teníamos una oficina de 4x4 en el edificio de Catastro y éramos los últimos de la cola”, recuerda Calderón.
Con el tiempo, adquirieron una casona en la ubicación actual, que fue su primera sede propia. Pero la necesidad de crecer llevó a proyectar un edificio a la altura de los nuevos desafíos: brindar servicios modernos, capacitar, matricular y defender la incumbencia profesional en una provincia con fuerte presencia de ingenieros trabajando en industrias estratégicas.
Sello verde, mirada social
El edificio fue construido entre 2013 y 2018, con financiamiento mixto y un diseño sustentable pionero. Tiene siete pisos, salas de capacitación insonorizadas, terrazas con abundante vegetación y oficinas accesibles.
“Todo fue pensado para que funcione bien, gaste menos energía y le brinde dignidad al trabajo profesional”, afirma el directivo.
Tres valores centrales del espíritu fundacional de esta entidad guían su accionar.
- Seguridad: un compromiso irrenunciable de los profesionales con el bienestar social, por lo que todo lo que se diseña, construye o instala debe ser seguro para las personas, para los bienes y para el entorno.
- Solidaridad: remite al origen mismo de la formación profesional, financiada por el Estado y, por ende, por la sociedad, lo que genera una responsabilidad ética de devolver ese conocimiento al servicio del bien común y de una comunidad profesional más inclusiva.
- Sostenibilidad: una característica que atraviesa cada acción institucional, desde la promoción de prácticas responsables hasta un edificio concebido como un espacio vivo que promueve el cuidado del ambiente como parte integral del ejercicio profesional.
Estos principios cobran especial relevancia al celebrarse, el próximo 23 de junio, un nuevo aniversario de la creación del colegio, una fecha que invita a renovar el compromiso con la sociedad y con el futuro de la ingeniería especialista en Córdoba.
Por qué importa estar matriculado
El CIEC cumple un rol esencial: garantizar que quienes trabajan en ingeniería especializada estén legalmente habilitados. “Hay muchas empresas que no exigen matrícula a sus empleados y eso es un problema”, advierte Calderón.
Los casos de siniestros industriales donde el seguro no cubre daños por falta de registro profesional marcan la diferencia. “El respaldo legal que da el colegio no es un trámite más, de hecho, puede salvar un proyecto entero o millones en una indemnización”, concluye.
Mirando al futuro
Con campañas activas para sumar nuevos matriculados, el Colegio de Ingenieros Especialistas de Córdoba sigue creciendo. Su sede no es sólo un edificio sustentable. sino el símbolo de una profesión que se proyecta con responsabilidad, innovación y compromiso social.
