El Día Mundial de la Hepatitis, que se conmemora cada 28 de julio, es una fecha clave para concientizar y movilizar a la sociedad y a los gobiernos en la lucha contra esta enfermedad silenciosa.
Bajo el lema “Es tiempo de actuar”, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la urgencia de tomar medidas decisivas para eliminar la hepatitis viral en el mundo. Este llamado a la acción no es solo una invitación a los estados y organizaciones internacionales, sino también a cada ciudadano a involucrarse en la prevención y el tratamiento de esta enfermedad que afecta a millones de personas.
La hepatitis viral, que incluye los tipos A, B, C, D y E, es una enfermedad que ataca el hígado y puede llevar a cirrosis, cáncer de hígado y, en casos graves, a la muerte. Según datos de la OMS, más de 350 millones de personas viven con hepatitis B y C crónica, y aproximadamente 1,3 millones de personas mueren anualmente por causas relacionadas con estas infecciones. La hepatitis A y E, aunque generalmente menos graves, también causan brotes significativos de enfermedad aguda en diversas partes del mundo.
En la Argentina, la situación no es diferente. Según el Ministerio de Salud de la Nación, se estima que alrededor de dos millones de argentinos tienen hepatitis C, y la hepatitis B afecta a cerca del uno por ciento de la población. La falta de información y la estigmatización de los afectados dificultan el diagnóstico y tratamiento oportuno, convirtiendo a la hepatitis en un desafío sanitario relevante.
Un llamado global a la acción
La campaña de este 2024 de la OMS subraya la necesidad de intensificar los esfuerzos para lograr los objetivos de eliminación de la hepatitis para 2030. Esto incluye aumentar la cobertura de la vacunación contra la hepatitis B, garantizar el acceso a pruebas de diagnóstico asequibles y mejorar el tratamiento para las personas con hepatitis crónica.
En este contexto, el lema “Es tiempo de actuar” se convierte en un llamado a la movilización de recursos, a la creación de políticas públicas efectivas y a la educación de la población. La OMS destaca la importancia de la colaboración entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales, el sector privado y la sociedad civil para avanzar en esta lucha.
En la Argentina, la cobertura de la vacunación contra la hepatitis B y el acceso a pruebas de diagnóstico siguen siendo áreas críticas. Según el Ministerio de Salud, la vacunación infantil ha logrado cubrir al 97% de la población objetivo, pero es necesario fortalecer la vacunación en adultos y grupos de riesgo.
Además, la capacitación de profesionales de salud y la mejora de la infraestructura de salud para garantizar el acceso a tratamientos siguen siendo fundamentales.
Perspectiva internacional y responsabilidad compartida
A nivel global, la lucha contra la hepatitis enfrenta diversos obstáculos, desde la falta de recursos y la inadecuada infraestructura sanitaria hasta la desigualdad en el acceso a la atención médica. La OMS, junto con sus socios internacionales, está trabajando en iniciativas que van desde la promoción de políticas de salud pública hasta la investigación y desarrollo de nuevas terapias y vacunas.
Además, organizaciones como la Fundación Hígado y la Asociación Civil Hepatitis C Argentina, junto con profesionales de la salud, continúan promoviendo la educación y el apoyo a los pacientes, facilitando el acceso a pruebas y tratamientos. Estas iniciativas son fundamentales para construir una red de apoyo que potencie la lucha contra la hepatitis.
La ruta hacia la eliminación
El objetivo de eliminar la hepatitis viral para 2030 requiere de un esfuerzo continuo y coordinado. La OMS ha establecido metas claras: reducir las nuevas infecciones en un 90%, reducir la mortalidad relacionada con hepatitis en un 65% y asegurar que el 90% de las personas con hepatitis B y C crónicas sean diagnosticadas y tratadas. Estos objetivos son ambiciosos, pero alcanzables con el compromiso y la acción de todos.
