Del 11 al 17 de marzo se celebra la semana de concientización sobre el uso de la sal con la excusa de llamar la atención sobre un tema de salud que debería importarnos y preocuparnos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de cinco gramos de sal al día. Sin embargo, se calcula que la ingesta de este producto en Argentina en promedio es de 10 a 12 gramos por persona.
La alimentación poco saludable hace que se produzcan algunos síntomas como la hipertensión arterial y el aumento de los valores de colesterol. Incluso pueden aparecer patologías como la diabetes, el sobrepeso y la obesidad.
El consumo excesivo de sal es una de las principales causas de hipertensión en la población. Según el Ministerio de Salud de la nación, la hipertensión constituye la principal causa de muerte prematura y la segunda causa de discapacidad por enfermedades no transmisibles como el infarto, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades renales.
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consumo que debemos moderar"
Según el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, la disminución de tres gramos de la ingesta diaria de sal de la población argentina evitaría en nuestro país, cerca de 6.000 muertes por enfermedad cardiovascular y ataques cerebrales, es decir, aproximadamente 60.000 cada año.
La sal marina
Se denomina así al producto que se extrae del mar y se puede conseguir en el mercado, pero tiene un precio más elevado. La misma se obtiene a través de la deshidratación del agua oceánica y se la considera “mejor” ya que mantiene minerales.
Sin embargo, es importante resaltar, según la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, que la composición en sodio de la sal marina es la misma que la de la sal de mesa con la diferencia que esta última es más económica y frecuente en los hogares.
La mayoría de los alimentos que adquirimos envasados tienen un alto contenido en sal. Se puede observar la presencia de este componente en los alimentos en las etiquetas de los envases encontrándose como sodio. Es importante comparar y leer las etiquetas para conocer los ingredientes que componen el alimento y así poder elegir aquellos que tengan menos sodio.
Según la Asociación Argentina de Licenciados en nutrición, se calcula que en nuestro país entre el 65% y el 70% de la sal que se consume proviene de los alimentos ultraprocesados e industrializados.
Los alimentos que más sodio aportan son los fiambres, embutidos, caldos comprados, conservas, panificados, galletas industriales, quesos, sopas y snacks.
Contrario a lo anterior, los alimentos naturales como frutas, verduras y legumbres contienen sodio pero solamente representa alrededor del 12% del total.
Todos debemos cuidarnos
No es necesario tener hipertensión o alguna otra patología cardíaca para comenzar a cuidar nuestro consumo de sal.
Es importante que en la alimentación de nuestros hijos también cuidemos el contenido de lo que comen e intentar retrasar lo más que se pueda la incorporación de sal y de alimentos ultraprocesados a su dieta. Aquí podemos mencionar que las galletas que se envían como “merienda”, los aderezos y los snacks tienen un alto contenido en sodio que puede ser perjudicial para la salud de los más pequeños.
Es una oportunidad para los padres, la de “educar” el paladar de sus hijos de la manera más natural posible intentando que los alimentos se ingieran en el estado en el que se compran sin tener que incorporar agregados.
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Reducir el consumo de sal
Existen algunas recomendaciones para eliminar o reducir la sal en nuestras comidas:
- Ser más conscientes de los alimentos y de la calidad de los mismos previo a ingerirlos
- Moderar el consumo de alimentos procesados.
- Cocinar sin sal, y de ser necesario, agregar un poco luego de la cocción.
- Colar y enjuagar los alimentos enlatados para lograr disminuir la presencia de sal que se utiliza como conservante
- Evitar el salero en la mesa.
- Realzar el sabor de las comidas con hierbas aromáticas frescas, especias, jugo de limón, ajo, etc.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras
En Argentina tenemos una ley que busca reducir el consumo de sodio de la población para lograr un impacto en la disminución de los riesgos de sufrir hipertensión arterial.
Entre varias medidas que impone la ley podemos nombrar: fijar los límites de sodio que pueden tener los alimentos, fomentar hábitos saludables y desarrollar campañas para difundir los riesgos del consumo excesivo de la misma, disponer que en los paquetes en los cuales está envasada la sal tengan mensajes que avisen de los riesgos del consumo de esta, disponer menús de comidas sin sal agregada, limitar la oferta de saleros en los establecimientos gastronómicos y que sean provistos cuando el cliente lo pide y promover que se utilice en sobres y el producto que tenga bajo contenido en sodio.