El consumo energético en los hogares es un factor determinante en el gasto de las familias y en el impacto ambiental de una sociedad. En Argentina, la implementación del Aplicativo Informático Nacional de Etiquetado de Viviendas representa un gran avance en la búsqueda de una mayor eficiencia energética en el sector residencial. Esta herramienta permite evaluar las prestaciones energéticas de una vivienda en cualquier punto del país y otorgarle una calificación, lo que facilita la toma de decisiones para reducir el consumo y mejorar el confort térmico.
La importancia del etiquetado
Uno de los puntos clave del Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas (Pronev) es que permite clasificar las construcciones según su grado de eficiencia en el consumo de energía primaria. Esto no sólo facilita la cuantificación del consumo en kWh/m²/año de una vivienda y su comparación con otras, sino que también proporciona una herramienta fundamental para la planificación de la matriz energética del país.
Según el informe “Escenarios Energéticos 2030″ (2017) de la Secretaría de Planeamiento Energético Estratégico, el sector residencial representa uno de los mayores potenciales de reducción de consumo. En este sentido, fomentar viviendas más eficientes energéticamente es una estrategia de gran impacto para optimizar el uso de la energía en Argentina (ver gráfico 1).

Cómo interpretar una etiqueta
El proceso en el Aplicativo Informático consta de tres etapas.
1. Prototipo: carga del relevamiento y procesamiento de datos de la vivienda o proyecto.
2. Simulación: cálculo de las prestaciones energéticas según las características del sitio de emplazamiento.
3. Etiquetado: generación del documento oficial que muestra el Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) en una escala de referencia, que va desde “A” (más eficiente) hasta “G” (menos eficiente). Esta escala varía según la región del país, ya que se ajusta a factores climáticos, socioeconómicos y constructivos específicos.
El Pronev ha desarrollado pruebas piloto en distintas regiones para definir escalas adecuadas a cada contexto. Por ejemplo, una vivienda con un IPE de 216 kWh/m²/año podría ser clasificada en la categoría “F” en una determinada región o en la categoría “E” en otra. Además del IPE, la etiqueta proporciona información sobre el desempeño térmico en invierno y verano, así como sobre los requerimientos de energía útil, neta y primaria, lo que permite evaluar estrategias de diseño y optimización de materiales de construcción.
El etiquetado de viviendas es una estrategia consolidada en varios países, donde su uso está reglamentado y es obligatorio al momento de alquilar, vender o solicitar préstamos hipotecarios. Esto permite que las construcciones eficientes sean más competitivas. En Argentina, el Pronev y su Aplicativo Informático representan un gran avance. Sin embargo, para que estas herramientas tengan un impacto real es necesario que las provincias reglamenten su uso y establezcan incentivos para su implementación. Un ejemplo es la provincia de Santa Fe, que a través de la Ley N° 13.903 ha reglamentado el etiquetado y ofrece beneficios impositivos a las viviendas con mejor desempeño energético.
Si bien el etiquetado de viviendas es una herramienta clave para mejorar la eficiencia energética en Argentina, existen otras certificaciones y protocolos que evalúan aspectos adicionales del diseño sostenible, como el balance de carbono de los materiales, el confort habitacional, la calidad del aire y las estrategias bioclimáticas. Ejemplos de estas certificaciones internacionales son Passivhaus y LEED.
Es importante aclarar que el etiquetado de viviendas no es directamente comparable con estas certificaciones, ya que cada una evalúa criterios diferentes. Así, una vivienda con una calificación “A” en eficiencia energética podría no cumplir con los estándares de Passivhaus o LEED debido a los materiales utilizados en su construcción. Del mismo modo, una vivienda certificada bajo Passivhaus podría no alcanzar la máxima categoría en el etiquetado si no incorpora energía renovable en su diseño.
En definitiva, el Etiquetado de Viviendas es una herramienta de gran valor para optimizar la matriz energética del país y fomentar la construcción eficiente. Su implementación a nivel provincial y nacional permitirá consolidar un mercado inmobiliario más sustentable y contribuir al ahorro energético en Argentina.

¿Cómo se obtiene el Etiquetado de Vivienda en Argentina?
En esa página se encuentra información relevante y la posibilidad de registrarse para acceder al Aplicativo Informático, una herramienta en línea que permite evaluar el desempeño energético de una vivienda en cualquier región del país. Para utilizar el aplicativo, es necesario registrarse y completar los datos requeridos en la plataforma. Esto permite acceder a los manuales de uso, realizar simulaciones y obtener datos de gran utilidad en la fase de diseño de proyectos y anteproyectos, lo que facilita la valoración cuantitativa del consumo energético. Sin embargo, la generación oficial del etiquetado sólo está disponible para profesionales que hayan completado el Curso de Etiquetado de Viviendas (CEV). Una vez capacitados, estos especialistas pueden calcular el Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) de las viviendas y generar la Etiqueta de Eficiencia Energética correspondiente.
