Uno de los grandes enemigos del hogar es el moho, un hongo muy frecuente, sobre todo en ambientes húmedos, con baja luminosidad y poco ventilados. Este factor nocivo afecta la estética de la vivienda, debilita la estructura de los muros y pone en riesgo la salud de las personas. Por lo tanto, ¡hay que combatirlo!
¿Por qué se produce?
El moho se genera, principalmente, por tres factores: la humedad que produce la acción humana al bañarse, cocinar, respirar, etc; la mala ventilación de los espacios, producto de la falta de aberturas o ventanas demasiado pequeñas; y las pérdidas de agua, generalmente ocasionadas en los caños que van por dentro del muro.
¿Cómo combatirlo?
La pelea contra este hongo requiere de tres pasos:
1. Eliminar las manchas negras o verdes que aparecen en las paredes o cerámicos
- Lavandina: preparar una solución con un cuarto de producto y tres cuartos de agua, colocarla en un pulverizador, rociar la zona afectada y esperar unos minutos a que la pared se vaya blanqueando. Pasar un cepillo o esponja y enjuagar con abundante agua limpia. Repetir hasta que el muro vuelva a su color original.
- Bicarbonato de sodio: preparar un diluido con una cucharada de bicarbonato por medio litro de agua, batir el contenido, aplicar sobre la zona afectada y frotar con una esponja. Enjuagar con abundante agua y repetir hasta que desaparezcan las manchas.
- Vinagre blanco o de manzana: llenar un pulverizador y rociar el sector mohoso, dejar actuar por una hora y después enjuagar con agua limpia.
- Agua oxigenada: colocar en un rociador, aplicar sobre la zona con hongos, dejar actuar durante 10 minutos, frotar con una esponja y enjuagar con abundante agua. Pasar un trapo seco para erradicar el moho de manera definitiva.
En ningún caso hay que cepillar las paredes en seco, porque puede ayudar al crecimiento del hongo.
2. Recuperar la estética
Tras haber eliminado las manchas, el segundo paso es recuperar la estética del sector afectado. Hay que volver a colocar los cerámicos que se hayan desprendido, cambiarlos por otros nuevos o pintar el muro.
En este último caso, se recomienda utilizar pinturas con agentes antihumedad. Estas vienen tanto para interiores como para exteriores, y algunas son específicas para su uso en baños o cocinas.
3. Prevenir a futuro
Aunque con los pasos anteriores se haya logrado eliminar el moho, esto no implica que no pueda volver a aparecer. Por lo tanto, hay que tomar medidas para prevenir a futuro.
Es clave mantener los espacios iluminados, permitir el ingreso del sol durante algunas horas al día y favorecer la ventilación. También puede utilizarse un deshumidificador, para reducir la humedad relativa del aire y mantenerla controlada y constante.
¡Atentos! Para evitar que el moho genere demasiados daños, es clave detectarlo de forma temprana y actuar rápidamente para cuidar el hogar y a sus habitantes.
