Por Sergio Mansur, secretario de Planificación Energética de Córdoba.
Hace tan solo unos años, hablar de que un vecino común pudiera generar su propia energía limpia y compartir excedentes con otros parecía un relato de ciencia ficción. Hoy, esto ya es parte de la vida cotidiana de los cordobeses.
La electricidad ha dejado de ser un servicio invisible para estar presente en cada gesto diario, desde el uso de celulares hasta la industria. Es por esto que el Gobierno de Córdoba ha decidido innovar radicalmente en la manera de producirla y de distribuirla.
De esta forma, se ha consolidado un mercado único en Argentina, que ahora sube la apuesta con tecnología blockchain y con un plan maestro hacia 2030.
Un cambio cultural y legislativo
El camino hacia esta transformación comenzó formalmente en 2018, con una ley que cambió el mapa energético cordobés. Desde el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, junto a más de 70 organizaciones públicas y privadas, se impulsó un cambio cultural profundo para democratizar el acceso a los recursos.
El resultado de esos primeros pasos fue contundente: hoy Córdoba cuenta con más de 1.400 instalaciones de generación distribuida, que incluyen parques solares, biodigestores y sistemas híbridos. Este modelo, conocido como “Generación Distribuida Clásica”, permite que cualquier usuario instale equipos en su hogar o empresa.
Sin embargo, el desafío era mayor: ¿Cómo incluir a quienes no tienen techo propio o grandes ahorros?
Blockchain y tokenización
Aquí es donde la innovación cordobesa se separa del resto del país. La provincia ha dado un salto tecnológico al incorporar blockchain para convertir la fuerza del sol, el viento o los residuos en unidades de valor digital.
El nuevo esquema de generación comunitaria permite tokenizar la electricidad generada, monetizar los excedentes inyectados a la red y emitir certificados por reducción de emisiones. Esto democratiza el acceso a niveles inéditos: a través de billeteras virtuales y loteos energéticos, cualquier persona puede participar y ser protagonista de buenas prácticas climáticas.
La barrera de entrada a este programa es mínima: con apenas 100 dólares, cualquier usuario puede invertir desde su celular en un parque solar y ver el impacto reflejado directamente en los descuentos de su factura eléctrica. Ya no hace falta ser dueño de una fábrica o un campo, por lo que la transición energética pasó de ser exclusiva a colectiva.
Casos reales y territorio inteligente
Este modelo no es una promesa teórica. Instituciones como la Asociación Gremial de Empleados de Comercio de Córdoba (Agec) y empresas como Grupo Maipú ya iniciaron este proceso, demostrando que el sistema es viable, eficiente y escalable.
Para lograrlo, Córdoba emplea inteligencia territorial: un sistema integrado de datos georreferenciados que cruza información sobre recursos energéticos, redes eléctricas, biomasa disponible, usos del suelo y demandas locales. Esto permite orientar inversiones, definir zonas prioritarias y planificar con precisión.
El futuro es ahora
Con las bases ya operativas, Córdoba lanza un plan, cuyo objetivo es transformar de raíz el sistema eléctrico provincial. La meta es multiplicar por 40 la capacidad renovable de 2025 y alcanzar 800 megavatios de generación limpia hacia 2030.
El impacto es profundo: se reducirá un 25 % las emisiones del sistema eléctrico provincial y se incrementará la competitividad industrial. Además, se generarán nuevas oportunidades económicas en todo el territorio, descentralizando inversiones y fortaleciendo las cadenas de valor local.
Una visión humana, inclusiva y resiliente
Más allá de los números, tokens o megavatios, lo que se busca es dar respuesta a tres desafíos globales: seguridad energética, seguridad alimentaria y seguridad hídrica. Con políticas públicas colaborativas, Córdoba avanza hacia un modelo más seguro, humano y resiliente.
La ciudadanía deja de ser espectadora pasiva para convertirse en protagonista. Invertir, generar, consumir responsablemente y participar de mercados energéticos ya no es patrimonio exclusivo de grandes empresas: es parte de una nueva cultura que Córdoba lidera.






















