María Paz Cristófalo, desarrolladora de negocios Utility en Efergía
La reciente Resolución 400/2025 de la Secretaría de Energía de la Nación marca un antes y un después para el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
Luego de más de dos décadas de precios administrados, restricciones a la contratación y creciente centralización operativa, el sector inicia un proceso de normalización que restituye señales económicas reales, fomenta la competencia y abre el camino para inversiones de generación eficiente, renovable y con almacenamiento.
El restablecimiento del mercado a término de energía y potencia, y la transición hacia un sistema donde la oferta es remunerada en función de costos marginales, representan un cambio estructural que impulsa de manera directa la instalación de nueva capacidad.
Por primera vez en muchos años, el segmento eléctrico cuenta con reglas claras y señales de precios que permiten planificar y evaluar nuevos negocios con previsibilidad, confirmando que la energía es un vector estratégico, especialmente para grandes usuarios.
En este contexto, se abre una oportunidad concreta para el desarrollo de parques solares fotovoltaicos y soluciones industriales de autogeneración y almacenamiento. La demanda spot (GUMAs, GUMEs, GUDIs y la porción no cubierta de las distribuidoras) podrá contratar libremente con generadores, lo que habilita contratos flexibles, predecibles y con precios alineados a la eficiencia tecnológica.
Además se suma otro factor: la sostenida reducción en los costos del equipamiento solar y de las baterías. Hoy, grandes consumidores, comercios e industrias tienen una ventana inédita para autogenerar y autogestionar su demanda mediante proyectos con tasas de retorno muy competitivas.
En el mercado actual, la solar fotovoltaica permite desplazar consumo a costos inferiores a la energía comprada, y los sistemas de almacenamiento cierran económicamente para recorte de potencia y respaldo. Ya no se trata sólo de una alternativa tecnológica, sino también de una decisión de negocio más inteligente.
En este nuevo escenario, distintos actores del sector energético se están posicionando para acompañar el crecimiento esperado del mercado. La incorporación de tecnologías avanzadas, la disponibilidad de equipamiento confiable y el fortalecimiento de capacidades técnicas serán factores clave para impulsar proyectos en todo el país.
La normalización del MEM abre una etapa en la que la eficiencia, la anticipación y la adopción de soluciones tecnológicas probadas serán determinantes. Las empresas, industrias y desarrolladores que logren adaptarse rápidamente estarán mejor preparados para aprovechar las oportunidades de un sistema más competitivo, dinámico y orientado a la inversión.
