En un mundo donde la sostenibilidad se vuelve cada vez más prioritaria, las instituciones educativas están comenzando a desempeñar un rol clave en la transición energética. Más allá del ámbito industrial o residencial, la energía solar empieza a instalarse como una solución concreta también en el sector de la educación, no sólo por su impacto económico sino también por el valor pedagógico que representa.
Un claro ejemplo de esto es el Instituto Francisco Luis Bernárdez, ubicado en la ciudad de Córdoba, que decidió integrar un equipamiento fotovoltaico como parte de su infraestructura y de su propuesta educativa.
La instalación fue realizada por Ecovatio, empresa especializada en soluciones energéticas, que diseñó e implementó un sistema solar on-grid adaptado a las necesidades del colegio. El proyecto finalizó en enero de 2025 y representa un hito no sólo para la institución, sino para toda la comunidad educativa que forma parte de ella.
Tecnología y educación
La tecnología instalada en el Instituto Francisco Luis Bernárdez cuenta con una potencia de 34,5 kWp, generada a partir de 60 paneles solares Longi de 575 W integrados con dos inversores Huawei de 15 kW. La energía producida se inyecta directamente a la red interna de la escuela, permitiendo un uso eficiente durante las horas de mayor consumo, en coincidencia con el horario escolar.
Esta instalación responde a una necesidad concreta: la institución había dado un paso importante al incorporar aires acondicionados en todas sus aulas, lo que generó un aumento significativo en la demanda energética. Frente a ese escenario, la energía solar apareció como una solución técnica viable y como una oportunidad para reducir costos y para fortalecer su compromiso con el ambiente.
“El interés por la energía solar surgió cuando instalamos equipos de climatización en toda la escuela; vimos en ella una herramienta para ser más autosustentables y responsables en el uso de los recursos”, explica Carlos Asís, representante legal del instituto.
Un recurso pedagógico
Más allá del impacto energético, desde el colegio destacan el valor simbólico y educativo de esta apuesta por la energía renovable. “Consideramos que esta experiencia concreta va a ser sumamente positiva para nuestros estudiantes, ya que surgen muchos disparadores para trabajar en el aula y para generar conciencia ambiental”, remarca Asís.
Además de generar ahorro económico y de contribuir a la eficiencia energética de la institución, la iniciativa se convierte en un recurso pedagógico transversal que permite abordar temáticas como el cambio climático, el consumo responsable, las fuentes renovables y el desarrollo sustentable desde múltiples disciplinas.
Ingeniería, compromiso y soluciones a medida
En este caso, la propuesta de Ecovatio se centró en adaptar la tecnología solar a una infraestructura educativa en funcionamiento, asegurando la máxima eficiencia sin interrumpir las actividades diarias del colegio.

Desde la institución, destacaron el acompañamiento recibido durante todo el proceso: “La gente de Ecovatio siempre estuvo a disposición; el trabajo fue impecable, tanto en términos técnicos como de seguridad, por lo que fue una experiencia muy positiva”.
Ahorro, eficiencia y visión a largo plazo
Una de las principales metas del proyecto es lograr que el colegio genere la totalidad de la energía que consume. En este sentido, el sistema on-grid instalado permite compensar gran parte del consumo diurno, en especial en los meses de mayor demanda.
Esto representa una reducción significativa de los costos energéticos, lo que a su vez libera recursos que pueden ser reinvertidos en infraestructura, tecnología o programas educativos.
Sin embargo, el mayor impacto se encuentra en el cambio cultural que promueve este tipo de iniciativas. Cuando una institución educativa incorpora energías limpias a su funcionamiento, transmite un mensaje claro a su comunidad: es posible ser parte activa del cambio. Y esa es, quizás, una de las mayores enseñanzas que puede brindar una escuela.
Una tendencia que crece
El caso del Instituto Francisco Luis Bernárdez se suma a una tendencia en crecimiento: cada vez más instituciones educativas están explorando soluciones renovables como parte de sus políticas de gestión, responsabilidad social y formación integral. Esta visión de futuro no sólo mejora el presente, sino que siembra conciencia y compromiso para los años por venir.
La energía solar, en este contexto, se convierte en mucho más que una fuente alternativa: es una herramienta de transformación. Y cuando ese cambio empieza en las aulas, el impacto es tan profundo como duradero.