En el marco de la 59ª edición del Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, Andrés Rey celebra su quinto año como estilista oficial del masivo evento. Desde los camarines, este profesional despliega creatividad y compromiso, siendo el encargado de que cada artista, conductor y autoridad luzca impecable en el escenario Martín Fierro.
El arte de reinventarse cada año
“Estar actualizado es fundamental”, afirma Andrés. Su enfoque incluye seguir de cerca las tendencias de moda, maquillaje y peinado, así como capacitarse continuamente para incorporar nuevas propuestas. “Es importante tener en cuenta tanto a los artistas emergentes como a los de trayectoria. Esto me motiva a estar siempre un paso adelante”, explica.
Una llegada que marcó su carrera
Rey recuerda con gratitud su llegada al festival hace cinco años, de la mano del entonces maestro de ceremonias Cristian Bazán y con el apoyo de la Comisión del Festival. “Agradezco la confianza de Nicolás Tottis y del equipo que hizo posible que forme parte de esta experiencia”, comenta, emocionado por la oportunidad de trabajar en un evento de tal magnitud.
Una rutina con dedicación al detalle
Cada jornada comienza con un ritual meticuloso: encender luces, preparar herramientas y asegurarse de que el camarín esté impecable. “Me gusta que haya un buen aroma y que todo esté ordenado”, comparte Andrés. Su trabajo incluye atender a los conductores Alejandro Bustos, Érica Pereyra y Magalí Gaido, además de retocar a los artistas antes de sus presentaciones.
Una carrera construida con pasión
El viaje profesional de Andrés comenzó hace 16 años. Aunque inicialmente se inclinaba por la peluquería, pronto descubrió su amor por el maquillaje y la asesoría de imagen. “La moda es un mundo inmenso. Cada año me esfuerzo por aprender algo nuevo y ofrecer lo mejor a mis clientes”, reflexiona.
La clave del éxito
Para Andrés, la clave radica en la autenticidad y el respeto. “Nunca hay que dejar de ser uno mismo. Ayudar a otros colegas y manejarse con amor y códigos es fundamental”, asegura. Su filosofía de vida también incluye evitar las comparaciones: “La única competencia es con uno mismo”.
Una profesión que lo define
“Mi profesión es mi vida”, confiesa. Andrés ve en cada desafío una oportunidad de superación, valorando tanto las alegrías como las frustraciones que lo impulsan a crecer. “Nunca pierdo mi esencia y siempre busco ser una mejor persona y profesional”, concluye.
Con su talento y dedicación, Andrés Rey es un ejemplo de cómo la pasión y el esfuerzo pueden transformar la belleza en arte, dejando su huella en cada edición del festival.
