Nominada al Emmy como Mejor Drama y elogiada por la crítica desde su debut en 2021, The Newsreader, serie australiana creada por Michael Lucas, llega a su final con una tercera temporada que marca el cierre definitivo de una historia que fue, desde el inicio, tanto un retrato de época como un estudio profundo de personajes.
La ficción está ambientada a finales de la década de 1980 y explora el mundo del periodismo televisivo en ese contexto, mostrando cómo los protagonistas lidian con los acontecimientos noticiosos de esos años, sus vidas personales, el sexismo en los medios y el impacto emocional que las noticias generan en quienes las cuentan.
Como se puede advertir, The Newsreader propone varias líneas argumentales posibles, pero se centra fundamentalmente en el vínculo entre la presentadora Helen Norville (Anna Torv) y el reportero Dale Jennings (Sam Reid), mientras expone el costado humano —y a veces también oscuro— del periodismo televisivo.

“Ha sido muy satisfactorio que saliera la tercera temporada, porque hay muchas cosas que comenzamos a explorar y que ya sabíamos desde la primera, pero que decidimos dejar que fueran apareciendo de a poco. Y muchas de esas cuestiones están vinculadas, particularmente, con Helen, su vida personal y su trabajo”, afirma Anna Torv durante una entrevista exclusiva con La Voz.
La evolución de Helen y la salud mental en la mira
A lo largo de sus capítulos, The Newsreader retrató los avances y los retrocesos de Helen en su carrera como conductora estrella de News at Six, pero también en su salud mental, un tema que la serie abordó con delicadeza y sin subrayados.
Torv reconoce que uno de sus principales objetivos, ante el inminente cierre de la historia, era mostrar la evolución de su personaje frente a los prejuicios de la época. “Durante las dos primeras temporadas, Helen era tratada con cariño, sí, pero también como una mujer neurótica, demandante e histérica. Y lo cierto es que no estaba bien emocionalmente. En los años ’80, había un gran estigma sobre esos temas. Me sorprendía constantemente que nadie mencionara la ‘obligación de cuidado’. Simplemente la dejaban sola. Entonces busqué evidenciar cómo realmente funciona ese proceso”, sostiene.
Sabiendo que la tercera temporada sería la última, la actriz quiso mostrar el proceso de recuperación de su personaje de la forma más realista posible. “Quise hacerlo de manera práctica y suave. Mostrar cómo se lidia realmente con los problemas de salud mental. Que no es fácil, pero que hay pasos simples que se pueden seguir: respirar, comer bien, hacer ejercicio, evitar el alcohol… Cosas básicas, como la terapia dialéctico-conductual. Y mostrar que eso también es válido, que esa es una forma posible de caminar el resto de la vida”, apunta.
“Una de mis escenas favoritas de esta temporada es con Marcia, la terapeuta, quien le explica que no importa tanto lo que piensa la gente en general, sino lo que opinan quienes te conocen, tu familia, tu círculo más cercano. El resto del mundo… no es tu mundo. No importa si no entienden. Y también está esta idea de que no podés intentar cambiar el mundo sin antes cambiarte a vos”, remarca.
La actriz también subraya otra de las ideas que sobrevuela esta última entrega: “No es necesario un gran evento dramático para que tu vida cambie. A veces es solo una serie de pequeñas decisiones y acciones consistentes las que te transforman. Y eso fue lo que intentamos mostrar: cómo ella, que en la primera temporada habría reaccionado de forma muy distinta ante determinados acontecimientos, en esta tercera simplemente respira con calma y dice ‘no’. Y en ese momento, son los demás quienes se alteran. Es como si se invirtieran los papeles, y eso me encantó”.
Después de dos temporadas junto a un personaje explosivo (que, asegura, fue muy divertido de interpretar), en esta tercera entrega Torv muestra una versión segura, tranquila y centrada de Helen. “Para mí, como actriz, haber luchado por este personaje, haber querido mostrarlo de esta forma, fue profundamente satisfactorio”, señala.
El retrato de una época
“The Newsreader es una serie hermosa. Es un retrato precioso, no solo de una redacción, sino también de una época. Nunca quisimos hacer una crítica de los años ’80. No queríamos que la gente se riera de eso, ni que pareciera una parodia. Queríamos que se sintiera como si estuvieras dentro de ese mundo. Y creo que lo logramos. Realmente lo logramos”, reflexiona Torv, y reconoce: “Era un mundo exagerado, es verdad, pero eso también forma parte del mundo de las noticias”.
—Te vimos en series muy populares, como “Fringe”, “The Last of Us”, “Mindhunter”... ¿En qué aspecto sentís que Helen se destaca de los demás personajes que interpretaste anteriormente? ¿Qué te atrajo particularmente de ella?
—Hice a Helen después de Mindhunter y creo que, de alguna manera, en parte consciente y en parte inconsciente, quise sacarme de encima al personaje anterior. Wendy era un gran personaje, pero era tan contenida, tan controlada, tan… rígida. Entonces llegó Helen, y sentí que quería que fuera todo lo contrario. Y, además, ese perfil encajaba con quién era ella. Y creo que eso fue lo que hizo tan gloriosa la interpretación: que ella reaccionaba a todo. No quería quedarse quieta, y yo tampoco quería quedarme quieta. Siempre sentí que Helen se movía en carne viva. Todo estaba en la superficie. Las emociones estaban ahí: la alegría, la bronca, la tristeza, nada era reprimido. Me encantó interpretarla por eso. Muchas veces, como actriz, tenés que guardarte las cartas y no mostrarlas. Y con Helen aprendí a jugarlas. No sé si voy a volver a hacer algo así, así que atesoro cada momento que tuve con ella.
Para ver
The Newsreader. Ficción creada por Michael Lucas y protagonizada por Anna Torv y Sam Reid. Tercera temporada. Estrena un capítulo por semana, todos los lunes, por Universal+. A partir del 11 de agosto, se podrá ver completa.