Lo más extraordinario de Guasón 2: Folie à Deux es que Todd Phillips, su director, se pone en contra de su anterior película (la primera Guasón, de 2019) y de su público, como si luego de cinco años se hubiese dado cuenta de que su personaje principal favorecía el ánimo anarcolibertario en ascenso de espectadores que sólo ven películas de superhéroes a lo Marvel o DC.
Por lo tanto, Phillips necesitaba hacer una nueva película que atentara contra las expectativas de ese público, con un mensaje que fuera una puñalada política y que dijera claramente lo que es su protagonista: un enfermo mental al que hay que dejarlo encerrado y no darle poder. Lo que viene a decirnos Phillips es que no hay ningún ídolo a venerar. Lo que hay es un hombre enfermo con una vida triste.
Si Guasón hacía una exaltación de Arthur Fleck/Guasón (del caos y la rebelión contra la “casta” de Gotham) y mostraba la venganza de un loquito que se autoproclamaba defensor de la libertad, Guasón 2 dice todo lo contrario y advierte de los peligros que significa que un demente como Arthur ande suelto.
De la exaltación del personaje interpretado por Joaquin Phoenix (cuya actuación vuelve a ser descomunal), Phillips pasa a su necesaria sepultura en un ejemplo de dirección y de conocimiento de la historia del cine norteamericano, intercalando tres grandes géneros de manera también rupturista y personal: el musical, el thriller judicial y el drama carcelario.
Pero Phillips (quien coescribe el guion con Scott Silver) también hace algo más inteligente: una película antivillanos, antisuperhéroes, que bebe de los citados géneros para plantear una tesis que desnuda al personaje.
Esta tesis está reforzada con una puesta en escena cuyo eje es el dual Arthur/Guasón, con una cámara que lo sigue en todo momento, con primeros planos o planos un poco más alejados que no lo pierden de vista porque es el objeto de estudio, mientras Fleck hace lo que no quieren ver sus seguidores: reconoce que está loco y sale de la fantasía megalomaníaca del Guasón.
El hecho de que Arthur esté en el manicomio Arkham y de que casi toda la película transcurra ahí (salvo cuando sale para la sala del juicio por los crímenes cometidos) es un indicador del riesgo que toma Phillips, quien hace una película que descoloca y enerva a los que van en busca de acción.
Y es mientras espera el juicio, dentro de Arkham, cuando Arthur conoce a Lee Quinzel (Lady Gaga), el otro personaje importante, pieza fundamental para que Arthur se sienta amado y descubra la música que lleva dentro.
Gaga le aporta soltura y ritmo a los momentos musicales, que están para ayudar a que los personajes expresen lo que sienten mientras cantan y bailan. Con ella, Arthur se da cuenta de que necesitaba amor para romper la fantasía delirante en la que vive.
La libertad cinematográfica tiene que ver con esto, no con los caprichos poéticos y las decisiones absurdas; pasa por conocer la historia del cine, las distintas tradiciones y los géneros, es arriesgarse sin tener que bajar línea de manera explícita para que el mensaje sea claro.
Phillips nos dice que fue un error hacer la película de 2019 (a la que los mismos personajes tratan con sorna), y ahora se redime con un exceso de cine, con una obra maestra absoluta, quizás la gran película del año.
Para ver “Guasón 2: Folie à Deux”
Joker: Folie à Deux, Estados Unidos/Canadá, 2024. Drama/Musical. Dirección: Todd Phillips. Guion: Scott Silver y Todd Phillips, basado en el personaje de DC. Elenco: Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson, Catherine Keener, Zazie Beetz, Steve Coogan, Harry Lawtey, Leigh Gill, Ken Leung y Jacob Lofland. Fotografía: Lawrence Sher. Música: Hildur Guđnadóttir. Duración: 138 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.
