No importa qué número de película sea, ni si es buena o no, ni si se parece a sus predecesoras. Lo que importa es que Liam Neeson vuelve a cumplir con el ya clásico y recurrente rol de veterano duro de matar y de matón a sueldo que le hace frente a cualquiera a pesar de los problemas que llegan con la vejez.
En Implacable, el protagonista es Thug (Neeson), un exboxeador entrado en años y actual matón de poca monta cuyo principal inconveniente es que está empezando a perder la memoria, lo que le trae problemas en los trabajos que realiza para el gánster Charlie Conner (Ron Perlman).
Thug es el típico matón profesional marcado por un pasado duro y por un padre (ya muerto) que desde niño lo obligaba a pelearse con otros chicos porque eso era ser un hombre. También sufre las consecuencias de los golpes del boxeo, la causa de su encefalopatía traumática crónica, que le avanza cada vez más.
Uno de sus hijos falleció hace dos años. Se lo avisa por teléfono su otra hija, Daisy (Frankie Shaw), cuando él la llama después de haber ido a una cita con la médica, quien le informa que le quedan dos años de relativo bienestar antes de perder del todo la memoria. Pero su hija no quiere verlo porque le recuerda que fue un mal padre.
Thug no se anima a decirle que la llama para pedirle perdón y porque está enfermo. Su orgullo es más fuerte. Mientras tanto, conoce a una mujer (Yolanda Ross) en un bar con la que empieza un romance. Los dos están solos y pronto advierten que se necesitan.
Sobre eso va la película dirigida por Hans Petter Moland, en su segundo trabajo con Neeson (el primero fue Venganza, de 2019), inclinado más por el drama y por resaltar el estado anímico (y la culpa) del personaje que por la acción heroica.
La película también indaga sobre la cuestión del padre, eje alrededor del cual gira la trama. Thug sueña con su progenitor, y él, a su vez, es un padre que podría haber hecho mejor las cosas. Y el hecho de que le quede poco tiempo de vida lúcida, lo obliga a hacer un último acto bueno, redentor, que ayude a su hija y a sus nietos.
La de los mafiosos es una subtrama que está para justificar las escenas de acción, que son pocas, pero contundentes y efectivas, como cuando Thug tiene que llevar un camión que transporta mujeres para un gánster metido en la trata de personas y decide tomar cartas en el asunto, entregando momentos tensos y desesperantes.
El director aborda la historia sin golpes bajos y con efectivo trazo grueso, que convierten a la película en un drama de acción cuyo tema es la importancia de hacer un último acto bueno, porque por más mal que se hayan hecho las cosas, un verdadero hombre tiene la obligación de hacer algo bueno antes del fin.
Implacable es un más que aceptable drama sobre la vejez y la culpa que se disfruta principalmente por la actuación sólida de un actor que entró en la categoría de los grandes duros humanistas de la historia del cine de acción, en la línea de Charles Bronson y Clint Eastwood. Neeson probablemente sea el último de esta especie.
Para ver “Implacable”
Absolution, Estados Unidos, 2024. Drama, Acción. Buena. Dirección: Hans Petter Moland. Guion: Tony Gayton. Elenco: Liam Neeson, Daniel Diemer, Javier Molina, Yolanda Ross, Ron Perlman, Frankie Shaw, Terrence Pulliam, Josh Drennen, Jimmy Gonzales y William Xifaras. Fotografía: Philip Remy Øgaard. Música: Kaspar Kaae. Duración: 112 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.