La gran invención del cine norteamericano de la década de 1970 es lo que los críticos llaman nervio, ese pulso para narrar historias potentes, directas, sin medias tintas, que no tontean con adornos formales ni con reflexiones filosóficas. Se lo ve sobre todo en los thrillers y en las de acción, como Contacto en Francia (1971) y En contra de la organización (1973), o como la que se les ocurra de esa década gloriosa.
Desde luego, La hermandad silenciosa (The Order), de Justin Kurzel, es deudora de esta tradición y el director despliega con efectividad ese pragmatismo de género policial en una película maciza, un thriller sobre el racismo que sabe muy bien que el cine es arte del presente, en el sentido de que casi siempre tiene una conexión con la coyuntura política o con ciertos aspectos de la realidad circundante.
El filme se centra en un grupo de extrema derecha que, a comienzos de la década de 1980, en los estados de Idaho y Washington, intenta llevar adelante una revolución nazi inspirada en un libro llamado Los diarios de Turner, que cuenta la historia de unos supremacistas blancos que libran una guerra contra el gobierno de Estados Unidos, y en la que se establecen seis pasos para recuperar “el reino perdido”, remontándose al Ku Klux Klan y al racismo tan típico y tópico de la Norteamérica profunda.
La idea de este grupo de dementes, llamado “La Orden”, como en el libro, y liderado por Bob Mathews (Nicholas Hoult), es reclutar gente, entrenarla para ataques terroristas, robar bancos para comprar armas y organizar un ejército y llegar al Gobierno para matar al presidente, siempre respetando a rajatabla los pasos que indica el libro, que les sirve como guía de terrorismo doméstico.
Los supremacistas tienen una suerte de iglesia nazi, pero Bob se rebela contra el líder de la iglesia porque considera que hay que empezar a convertir las palabras en hechos. Mientras, empiezan a matar gente, sobre todo a judíos, como al locutor de radio Alan Berg (Marc Maron).
Butler (Victor Slezak), el líder de la iglesia, le pide a Bob que se calme, porque llegó al lugar un agente del FBI, Terry Husk (Jude Law), para investigar el asesinato de una persona y el robo a un banco. La actuación de Law como Terry es ajustada, precisa, sin una mueca de más, un policía ya veterano que mastica chicle y que conoce muy bien los peligros del supremacismo, que con el tiempo puede llegar a ser peor.
Pero Terry no está solo, cuenta con la ayuda decisiva de Jamie (Tye Sheridan), un policía inexperto que lo secunda en la búsqueda de los responsables, y de Joanne (Jurnee Smollett), otra policía y vieja conocida de Terry.
Si bien el director toma algunas decisiones discutibles (como cuando Bob le perdona la vida a Terry), la película cobra fuerza en sus escenas de acción, cuando se enfrentan a tiros, secuencias que se ven reforzadas por la música original de Jed Kurzel. Es allí cuando el director recupera ese nervio característico de los thrillers setenteros.
Y su conexión con el presente es más que obvia. La toma del Capitolio en 2021 por unos “cosplayers” desquiciados es un ejemplo de lo que habla la película. O que Donald Trump haya ganado de nuevo la presidencia es otro indicador de la pertinencia política y necesaria del filme.
Para ver “La hermandad silenciosa”
The Order, Estados Unidos/Reino Unido/Canadá, 2024. Thriller. Dirección: Justin Kurzel. Guion: Zach Baylin, basado en el libro de Kevin Flynn y Gary Gerhardt. Elenco: Jude Law, Nicholas Hoult, Tye Sheridan, Alison Oliver, Jurnee Smollett, Odessa Young, Sebastian Pigott, Marc Maron, Victor Slezak y Phillip Forest Lewitski. Fotografía: Adam Arkapaw. Música: Jed Kurzel. Duración: 116 minutos. Apta para mayores de 18 años. En Amazon Prime Video.