El progresismo de fórmula con el que está hecha la nueva versión live action de Blanca Nieves es, paradójicamente, provechoso, ya que su mensaje principal (aunque esté elaborado con los estereotipos más rancios de Disney) es que hay que ayudar a los humildes y defenderlos de los poderosos, a los que no les importa nada.
Es decir, en la película dirigida por Marc Webb (500 días con ella, El sorprendente Hombre Araña), basada en el cuento de hadas de los hermanos Grimm, pesa más su grueso mensaje (para muchos, seudoprogresista) que la forma, porque siempre suma posicionarse y adoptar un punto de vista claro, apto para todo público.
Aunque también hay que decir que, fuera de esto, recurre a la consabida fórmula hueca a la que Disney ya nos tiene asombrados, con sus típicas historias de princesas y de príncipes que terminan bailando y cantando felices, en una aventura intercalada con musical, excesivamente correcta, con coreografías intachables y un despliegue de efectos especiales a la altura del abultado presupuesto.
Sus protagonistas son Rachel Zegler como Blanca Nieves, Gal Gadot como la Reina Malvada y Andrew Burnap como Jonathan, el muchacho que se enamora del personaje principal. Cada uno da sus toques personales a sus papeles, con una Gadot sin brío, aunque convincente, y una Zegler que sostiene la historia con esa mezcla de inocencia y despertar de la conciencia (de clase) que la lleva al bosque mágico en el que se encuentra con los siete enanitos (Doc, Gruñón, Feliz, Dormilón, Tímido, Tontín y Estornudos) y con los ladrones liderados por Jonathan.
Hay momentos de cierta inventiva visual, aunque sin demasiadas luces y con una corrección (tanto política como formal) que respeta a la versión animada de 1937 y al relato de los Grimm, pero que no ayuda a que se destaque ninguna escena. Y si bien los personajes son simpáticos, ninguno se destaca, ninguno tiene el carisma necesario para robarse algún momento o ganarse el corazón de los espectadores, entregando una versión del cuento de hadas que no aporta nada nuevo.
A la historia ya la conocen, Blanca Nieves crece siendo una suerte de sirvienta encerrada en una habitación del castillo por la Reina Malvada, quien llega al Reino para casarse con el Rey Bueno cuando su mujer (y madre de la muchacha) muere.
Sin embargo, todo es un artilugio de la Reina Malvada, a quien lo único que le interesa es detentar el poder sin darle nada a nadie, con la clásica aparición del Espejo Mágico al que no se cansa de preguntarle quién es la más bella. Hasta que el espejo le dice lo que no quiere escuchar: que Blanca Nieves es, ahora, la más bella (porque su interior lo es), motivo que lleva a la malvada a transformarse en anciana para darle la manzana que la matará. Así es que Blanca Nieves huye y se encuentra en el bosque con los siete enanitos y con Jonathan, a quien ya había ayudado cuando lo descubrió robando pan.
Blanca Nieves es un entretenimiento pasatista que no defrauda, aunque tampoco logra que nos entusiasmemos demasiado. Como se dice habitualmente, es para pasar el rato con una aventura musical correcta y afinada, pero sin magia, sin originalidad, sin arriesgarse a correrse ni siquiera un centímetro de lo que ya sabemos de memoria.
Para ver Blanca Nieves
Snow White, Estados Unidos, 2025. Aventuras, Musical. Dirección: Marc Webb. Guion: Erin Cressida Wilson, basado en el cuento de hadas de los hermanos Grimm. Elenco: Rachel Zegler, Gal Gadot, Andrew Burnap, Emilia Faucher, Ansu Kabia, George Appleby, Andrew Barth Feldman (voz), Tituss Burgess (vos), Martin Klebba (voz), Jason Kravits (voz), George Salazar (voz), Jeremy Swift (voz) y Andy Grotelueschen (voz). Fotografía: Mandy Walker. Música: Jeff Morrow. Duración: 109 minutos. Apta para todo público. En cines.