La Patagonia argentina es sede de una historia tan atrapante como siniestra. Se trata de una ficción basada en el libro del estadounidense Harlan Coben titulado en inglés como Caught.
Ahora la historia adaptada llega en formato de serie a Netflix de la mano de un dream team de actores conformado por Soledad Villamil, Juan Minujín y Alberto Ammann. Cuentan, además, con la participación de Matías Recalt, Fernán Mirás, Mike Amigorena y Carmela Rivero.
Todos ellos forman parte del elenco de Atrapados, un nombre que remite a un sitio web de periodismo de investigación que tiene como principal firma a Ema Garay (Villamil), una reportera que busca visualizar aquellos casos en los que la Justicia no da respuestas.
Así, la Bariloche de ensueño que solemos ver en las publicidades se transforma en un espacio gris en el que la desaparición de una adolescente de 16 años se vincula con un supuesto pedófilo que atrapa chicas falseando su identidad en un video juego en línea.
El mundo de los adolescentes y una historia de poder subyacente forman parte del tejido que Atrapados intentará desanudar para dar con él o los culpables, mientras que, en el medio, el amor, las muertes y las ausencias dejarán su huella.
Conectados
Tanto Juan Minujín como el cordobés Alberto Ammann atendieron a La Voz en una entrevista vía Zoom. Minujín, posiblemente desde Buenos Aires, y Ammann desde Madrid, lugar en el que se radicó hace más de 20 años y en el que ha logrado una visibilización mundial gracias a series como Narcos y películas como Celda 211.
Lo primero que ambos cuentan es que se decidieron por el proyecto no bien vieron el atrapante guion y los nombres detrás de la producción.
Ammann lo describe así: “Me llegó la propuesta e inmediatamente quise decir que sí. Sabía ya quién producía, y era Vanessa Ragone. Que quienes dirigían eran Hernán Goldfrid y Miguel Cohan, y que protagonizaban Soledad Villamil y Juan Minujín. O sea, era perfecto. Un 10 de 10. Entonces dije: ‘Vamos a leerlo a ver qué onda’, pero difícilmente esté mal si está Soledad y Juan, ya que eso te da una pista. Y la verdad es que me encantó”.
Por su parte, Minujín aseguró: “A mí también me pasó lo mismo. Tenía muchas ganas de trabajar con todos los que estaban ahí, desde Vanessa, que es la productora, pasando por los directores… Es un gusto enorme trabajar con Alberto y con Soledad, a quienes conocía, pero con los que no había trabajado antes. Sumado a eso, la verdad es que me pareció que la adaptación era buenísima. Me leí los seis capítulos, así de una. Me pareció que, además, todo tenía mucho sentido común. O sea, viajé muy rápidamente dentro de la historia, así que me parecía muy buen pronóstico”.
Ammann interpreta a Leo Mercer, un referente social con un pasado de vulnerabilidad que lo llevó a interesarse por los adolescentes. En medio de una serie de cruces, Mercer queda referenciado y escrachado por la periodista Garay como el culpable de supuestos abusos en Bariloche. Y es entonces cuando se desata una caza de brujas.
Al respecto de las cancelaciones y los escraches, el intérprete sorbe unos mates (porque vivirá en España, pero no deja de ser argentino) y se dispone a explayarse en su parecer.

Entonces dice: “Sin ánimo de develar mucho de la historia, yo estoy en contra de la caza de brujas. Pero, claro, si la ley no acompaña un proceso de investigación, es muy difícil. Lo he hablado con mujeres amigas y llegamos a la conclusión de que lo que pasa es que las leyes son armadas por hombres. Acá ha habido un caso de una actriz que está en juicio ahora, y el juez le hace una serie de preguntas y de cuestionamientos que son vomitivos, son machistas, son jodidos. Este es un camino largo. Creo que hay que denunciar a tiempo para empezar, pero para eso el tejido social tiene que estar bien porque es muy difícil decirlo. Pero no estoy a favor de la caza de brujas. No puedes incinerar a alguien en la plaza pública de las redes sociales porque la han acusado de no sé qué. Hay que investigar rápido. Hay muchas cosas que arreglar, pero creo que para empezar las mujeres tendrían que estar en el armado de las leyes que protegen sus derechos. No pueden ser leyes hechas solo por hombres”.
Con respecto a su personaje, Ammann asegura que lo pensó desde las carencias y las vulnerabilidades que tuvo Mercer desde la infancia.
“Mi personaje lo dice en uno de los episodios, no recuerdo cuál, pero él comenta por qué se despierta en él esta búsqueda con los adolescentes (…) Tiene que ver con una búsqueda suya porque él es huérfano, no ha tenido una situación económica favorable y ha construido una amistad muy cercana a la hermandad con Marcos (Minujín). Es una bella relación de amistad también bancada por un trauma fuerte, que se verá más adelante”.
Asegura que el problema de Mercer es que ha construido su identidad basada en ayudar a jóvenes, pero él ya no es un joven. “Él ya es un señor, y toda la posible confusión que pueda haber con eso me parecía un material muy interesante para poder crear también ese universo de thriller que tiene la obra”, agrega.
Por su parte, Minujín interpreta a Marcos, el amigo de Leo que viene de una familia adinerada, pero que de alguna manera se transforma en un paria de su clan.
“El personaje viene de una familia de las más poderosas de Bariloche, de los Brown, dueños de media Patagonia. Conozco gente medio parecida a eso, entonces pensé un poco en ellos y después en el rol que tiene Marcos dentro de la historia, la amistad que tiene con Leo, cuál es el vínculo entre ellos y qué intenta hacer. Es una persona que ha sido un desclasado de su propia familia. Después agregué un poco de imaginación”, dice Minujín, reconocido públicamente por papeles como el de la serie Coppola o como Eduardo Singman en Transmitzvah.
El mundo adolescente
Justo cuando estrena Atrapados, Netflix también volvió al centro de la escena por otra serie, en este caso la inglesa Adolescencia (Adolescense), sobre una joven asesinada a manos de un compañero.
Así, ambas ficciones trabajan sobre la opacidad de las redes sociales y sobre los difíciles vínculos adolescentes cargados de confusión y desborde.
Minujín asegura que Atrapados no es solamente sobre el mundo adolescente: “La serie tiene un punto de partida ahí, para desplegar un montón de otras cosas que no tienen que ver con eso. Creo que el acierto de la serie tiene que ver con que se mete desde el casting y desde las interpretaciones en ese mundo que uno no conoce tanto, que es la adolescencia”.
Y eso otro sobre lo que habla la ficción, y sobre lo que el actor no llega a hacer referencia, son las relaciones de poder económico.
Minujín cuenta que tiene dos hijas adolescentes (una de 15 y otra de 19) y sabe que la gracia de esa etapa es justamente que los adultos no la puedan entender.

“Más allá de la experiencia personal de tener hijos, me parece que parte del chiste de la adolescencia es armarse un rancho aparte, en el cual los adultos no tienen acceso. Ha pasado siempre y nos ha pasado a nosotros, en otro tiempo, con otras herramientas que no son ni las redes sociales, ni internet, ni no sé qué”, acota el actor.
Y luego agrega que cada época tiene sus amenazas: “Creo que las redes sociales son complejas porque todavía uno no las entiende. Ni los adolescentes ni los adultos entendemos muy bien su alcance. Es como cuando antes se creía que el cigarrillo estaba bueno porque te relajaba y después parecía que no, que es un desastre porque genera cáncer. Tienen un alcance que creo que no tenemos tanta idea de cuál es”.
La Patagonia y Córdoba
Consultados sobre cómo fue rodar esta serie en Bariloche, ambos se mostraron agradecidos de poder hacerlo ahí.
“En mi caso, fue muy placentero porque la verdad es que es una parte de la Argentina a la que yo le tengo mucho cariño. Tengo mucha familia por toda la Patagonia, y además he viajado muchas veces y me parece que es uno de los lugares más lindos no solo de Argentina, sino del mundo”, dice Juan Minujín y luego agrega, sobre el thriller, que ese escenario montañoso y gris es ideal para generar suspenso.
“La Patagonia tiene algo que es inquietante en sí mismo. Tiene mucho misterio. Sus montañas… el Nahuel Huapi… Es un gran espacio para alojar esta historia”, cierra.
Y Ammann agrega que la Patagonia es como el Tigre en Buenos Aires, “Un lugar al que iban a recluirse, a esconderse los delincuentes. A la Patagonia ha ido mucha gente a trabajar la tierra, pero también hubo muchos que fueron a huir de las persecuciones. Eso genera misterio”.
Llegada esa instancia de la charla, y con la confianza debida, es menester preguntarle a Alberto por su Córdoba natal. Justo a él, que ha llegado a recorrer las alfombras rojas del mundo y que, incluso, protagonizó un corto publicitario para Chanel con la mismísima Keira Knightley.
¿Qué se acuerda de Córdoba? ¿Cuál es su vínculo con su ciudad?
“Vivo hace 20 años en Madrid, pero me fui de Córdoba con 25 años. Ya era un ser humano hecho y derecho. Recuerdo todo de allí”, dice y asegura que hay confusión sobre su origen porque su primer exilio fue cuando tenía un mes, cuando sus padres huyeron de la dictadura argentina.
“Me fui con 1 mes y volví con 3 años y pico, hasta que me volví a ir. Recuerdos tengo de todo tipo. Volví hace dos años y estuve comiéndome un asado con mis amigos del barrio SEP, el barrio en el que nos juntábamos”, dice y agrega: “Yo vivía en Ampliación San Pablo y me cruzaba caminando hasta barrio SEP. Ahí nos juntábamos en la plaza a tomar vino en caja y comer asado cuando se podía, y entonces ahora me volví a juntar con ellos porque hacía como 20 años que no los veía. A ese mundo sí que no volvía seguido y lo disfruté mucho”.
Luego asegura que viene una o dos veces al año al país, pero siempre recala en Buenos Aires porque su madre se fue a vivir allí. “A Córdoba voy poco, porque no tengo mucho tiempo. Tengo que volver a las Sierras porque tengo familia en Villa Dolores y quiero verlos”, cierra mientras toma unos mates.

La ficción Argentina
Sobre el final, este medio le pide a Minujín alguna reflexión sobre la situación de la ficción en Argentina, profundamente golpeada por el desmantelamiento del Incaa y los cambios en las regulaciones del sector.
Al actor se le transforma la cara y se muestra pesimista. “Lo veo muy complicado, muy crítico. Los proyectos que son para hacer en Argentina ahora se están haciendo en Montevideo (Uruguay). Esa es una realidad muy triste porque se llevan una parte del equipo para allá, pero el resto no son argentinos. No lo digo por ponerme chauvinista, sino simplemente para advertir que la industria audiovisual ha recibido un golpe muy muy duro. Ya lo ha dicho un montón de gente, esta es una industria que genera mucho trabajo”.
Y completa: “Esta serie en Bariloche generó muchísimo empleo, y no solo directo de los actores y el equipo técnico, sino indirecto de los hoteles, del catering, de los choferes, de millones que se movilizan con este tipo de proyectos. Como en cualquier otra industria, necesitás del apoyo del Estado, que puede ser simplemente respetar las reglas o tener facilidades impositivas, etcétera. De eso no estamos teniendo nada y es muy duro. Estamos todos muy preocupados, tratando de ver de qué manera podemos encontrar la solución que dinamice un poco más nuestra industria”.
Para ver
La serie cuenta con seis capítulos, de 45 minutos cada uno. Estrena el miércoles 26. Completan el reparto: Fernán Mirás, Mike Amigorena, Maite Aguilar, Victoria Almeida, Eva Bianco.