Con un arranque difícil de sostener por su altísimo nivel de presentación de personajes y de diálogos, Hereje, de la dupla Scott Beck y Bryan Woods, se las arregla para mantener la tensión y el suspenso durante toda la película, protagonizada por un Hugh Grant más convincente que nunca en el papel del inquietante Mr. Reed y por Sophie Thatcher y Chloe East como las predicadoras mormonas que cometen el error de tocar la puerta de su casa para hablarles de Jesucristo y de su Iglesia.
Después de un diálogo de apertura sobre preservativos (gracioso y tarantinesco en su riesgo), los directores empiezan a desarrollar su tesis, con los tres protagonistas que le ponen el hombro a una premisa exigente que, lamentablemente, va cediendo hasta caer en las típicas situaciones dentro de una casa con sótano siniestro (que recuerda a la reciente Barbarian), y con un villano que da clases de religión y de cultura popular en las que muchos descubrirán resonancias de slashers de culto como No entren a la casa (1979) o de otros más conocidos como Psicópata americano (2000).
Justamente, cuando Reed encarna un poco el papel de Patrick Bateman y empieza a explicarles a las chicas que la canción The Air That I Breathe, de The Hollies, es la fuente de inspiración de Creep, de Radiohead, que a su vez inspira Get Free, de Lana Del Rey, como ejemplo de que todo en la historia de la humanidad es una copia de la copia de la copia, es uno de sus momentos más altos, no sólo por la amenaza que representa para las dos jóvenes religiosas, sino también por la verdad teórica que revela.
Cuando los directores dejan que el monólogo corrosivo, herético, incisivo y erudito de Reed tenga lugar, la película crece y se mimetiza con su propia atmósfera malsana, con momentos sugestivos y con dos protagonistas a la altura del enorme actor que tienen enfrente.
Terror puro
El primer error que cometen las hermanas Barnes (Thatcher) y Paxton (East) es aceptar la invitación de entrar a la casa de un desconocido, que les empieza a hablar de cosas raras sobre religión, hasta que se dan cuenta de lo extraño que es, aunque, claro, ya es demasiado tarde para dar la media vuelta.
Sin embargo, los problemas llegan cuando las chicas ya están en el sótano. Allí se les terminan las ideas a los directores y se les hace insostenible el arriesgado argumento, lo que los lleva a recurrir a los clichés de las películas más convencionales del género, haciendo que el villano finalmente no sea tan inteligente como parece ni ellas tan inocentes o descuidadas.
Con vueltas de tuerca anticlimáticas y con una resolución un tanto brusca, Hereje termina siendo un relato conservador, que refuerza la verdadera postura de la película (que suponemos es también la de los directores), quienes en todo momento coquetean con derrumbar las creencias de las hermanas religiosas.
Si bien las cuestiones filosóficas que plantea son reduccionistas (como que las religiones son sistemas de control), lo que la hace buena y desafiante es el riesgo que asume y su intención de ser novedosa e inteligente. Hereje es una película para celebrar por la economía efectiva de su puesta en escena y, sobre todo, por su villano, un Grant desquiciado y en estado de gracia total.
Para ver “Hereje”
Heretic, Estados Unidos/Canadá, 2024. Terror. Guion y dirección: Scott Beck y Bryan Woods. Elenco: Hugh Grant, Chloe East, Sophie Thatcher, Topher Grace, Elle Young, Julie Lynn Mortensen, Haylie Hansen y Elle McKinnon. Fotografía: Chung-hoon Chung. Música: Chris Bacon. Duración: 111 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.