En 2007, cuando vivía por segunda vez en México, el país que lo había recibido cuando era un niño exiliado junto a su familia en época de la dictadura, el artista Tomás Alzogaray Vanella escribió un cuaderno de artista llamado El circo de los payasos bigotones.
Con dibujos y textos trazados sobre las hojas rayadas de un clásico cuaderno Gloria naranja, ese primer proyecto se volvió un núcleo creativo que se expandió: adquirió la forma de una obra de teatro que estrenó en 2024, de una publicación que verá la luz en los próximos meses y de un corto animado que fue seleccionado en varios festivales, entre ellos, el prestigioso festival internacional de Annecy y el Anima Latin Festival, en Buenos Aires, donde se presentó este fin de semana.
“El primer elemento que fue ese cuaderno de artista se ha ido transformando en otros materiales, se ha transformado a otros espacios, otros lugares y materialidades”, dice el autor.
El cortometraje, creación de Ana Comes, Paz Bloj y el mismo Alzogaray Vanella, narra con mirada de niño un cuento de terror, busca nombres para las escalofriantes violaciones a los derechos humanos de la última dictadura militar argentina: los “trucos”, torturas y aberraciones que cometieron sobre la sociedad civil estos “payasos bigotones”.
“Una carpa llena de números cínicos y perversos, donde los payasos bigotones se entretenían desapareciendo personas, con domadores y sus animalitos listos para jugar con jóvenes aterradas o realizando piruetas extremas en sus vuelos de la muerte”, sintetizan los creadores.
Una biografía, varias creaciones
Como otros proyectos de Alzogaray Vanella, desde sus obras de arte visual hasta el libro La biblioteca roja, la elección de hacer memoria sobre esos años de la historia argentina está atravesada por su propia biografía familiar.
“Es parte inevitable de mi manera de expresarme, no puedo salirme de esos temas –dice el artista–. Y adquiere otra presencia en este momento, en el que la política está queriendo borrar o negar parte de la memoria y de la historia. Mi propia historia no puede negar que hubo muertes, desapariciones, torturas, dolor, desmembramiento de familias. Quienes lo vivimos somos los portadores de un discurso, tenemos que seguir transmitiéndolo”.
El proyecto, que contó con apoyo del Polo Audiovisual Córdoba, llevó dos años de trabajo: dibujos, adaptación del cuaderno original a texto y los dibujos y encontrar su identidad, en otro lenguaje y en un desarrollo de 10 minutos.
El corto se realizó con animación 2D, técnica que demanda trabajo artesanal y tiempos prolongados: se hacen 12 cuadros por segundo, es decir, requiere 720 dibujos para un minuto de animación.
Además del estreno nacional reciente en el Anima Latin Festival, El circo de los payasos bigotones tendrá su premiere internacional en Annecy, Francia y también quedó seleccionado en otros festivales de derechos humanos, en Polonia y otros eventos del circuito de la animación.