Con una duración de casi dos horas, la pieza audiovisual registrada tras una exhaustiva investigación periodística expone el crecimiento de la empresa liderada por Leonardo Cositorto, al tiempo que muestra el pasado del principal acusado de estafa y las voces de los damnificados que quedaron atrapados en las redes.
Para el desarrollo de la trama, además de las víctimas, hay tres personajes que son clave: la fiscal del caso Juliana Companys, el tuitero Javier Smaldone y el periodista de Villa María Sergio Vaudagnotto.
Este último fue el primero en advertir que en un lapso muy corto de tiempo el vendedor de autos de la concesionaria amiga había dejado su trabajo después de décadas para unirse a Zoe, lo mismo ocurría con la secretaria de la clínica en la que atendían a su padre.
Eso, sumado a los Audi, Mini Cooper o Mercedes Benz circulaban por la ciudad ostentando con impunidad el logo de Zoe, hizo que, con olfato periodístico, Vaudagnotto sospechara que había un tema para investigar.
En un principio lo hizo en total soledad y, frente a la mirada condenatoria de amigos y conocidos que también habían entrado en la red de Zoe, publicó 19 artículos al respecto.
Lanzó lo que ahora llama poéticamente “una botella al mar”, que fue en realidad un mail a la Comisión Nacional de Valores para preguntar si Zoe tenía un registro para operar como una financiera. La respuesta llegó rápidamente y era negativa.
Fueron tiempos duros porque, según cuenta periodista de El diario del centro, el propio titular de Zoe lo llamó para intimidarlo (las grabaciones están a disposición de la fiscalía) y pedirle derecho a réplica. Cositorto no quiso escribir un descargo, pidió que le hicieran una entrevista en la que pidió que la gente estuviera tranquila porque la empresa seguiría operando en Villa María.
“Yo en un momento estaba recontrasolo y el vicario de Villa María me dio una mano hablando en una nota, reflexionando sobre el dinero fácil sin mencionarlos a ellos”, cuenta Vaudagnotto sobre el apoyo que le dio en un momento muy difícil el cura Alberto Bustamante para mantener el tema en agenda.
Cómo fue la producción
Vaudagnotto cuenta que la producción de Netflix llegó a tocar su puerta luego de ver un video viejo de YouTube en el que el principal imputado menciona frente a una tribuna efervescente (en una especie de ceremonia religiosa) que no le tiene miedo al periodista y que solo le dará explicaciones a Dios.
“Cuando me llamaron, me dijeron que también iba a hablar la fiscal Companys, y le preguntaron si yo estaba dispuesto a dar mi testimonio”, dice y cuenta a modo anecdótico que le alquilaron a la cooperativa del diario las instalaciones de la redacción para poder hacer las tomas correspondientes a las rotativas y a la dinámica periodística.
Cuenta, de manera graciosa, que pusieron a “trabajar” a un actor para que interpretara su papel de periodista en las propias oficinas. Lo mismo hicieron al momento de ficcionalizar la vida cotidiana de la fiscal: una actriz hace de ella y la muestra realizando su ejercicio diario.
El recurso de emular a los personajes principales también se utilizó para interpretar a Leonardo Cositorto, quien tiene a su “doble” en el documental.
Sobre el final, Vaudagnotto comenta que han sido grandes las repercusiones del programa, a punto tal que mucha gente que antes lo defenestraba por su obsesión con develar el caso luego se acercó a reconocerle que tenía razón.
“Fue una satisfacción grande a nivel profesional, sobre todo para reivindicar el periodismo del interior”, dice y agrega que lo han llamado desde diferentes lados para que trabajara sobre otros temas similares.
Consultado sobre si le gustó el resultado final del documental, Vaudagnotto asegura: “Me gustó. Entiendo que Cositorto debe haber puesto sus condiciones para contar su versión de la historia (…) El documental cumple un fin interesante. Es una alerta ante este tipo de esquema Ponzi (N del R: sistema piramidal). Me parece que está bien porque tampoco se podían contar una a una las notas que hicimos porque habría que hacer otro documental”.
Sobre el final, resalta: “El daño no ha sido solo económico. El tema ha roto familias enteras porque uno mete a gente conocida, a un sobrino, al abuelo. Después esa gente preguntaba por su plata. En Villa María hay mucha guita, y esto dejó a mucha gente sin plata”.
Leonardo Cositorto, tras el documental
Cositorto, investigado por la Justicia en un juicio que aún no se inició, reveló a través de su abogado que demandará a la fiscal Julia Companys por violar “el secreto de sumario” en las entrevistas que dio para el documental.
“Vamos a tomar acciones legales contra ella, y contra la plataforma (Netflix)”, sostuvo el abogado Guillermo Dragotto, en diálogo con Aquí Petete de radio Mitre días atrás tras el rimbombante estreno de la película.
