Mañanas fresca pero soleada la del jueves. Esa misma que vio nacer una nueva edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Cosquín (Ficic).
Se trata de la número 13 que llega -en palabras de su curador Roger Koza- en uno de los momentos más fructíferos para el cine cordobés que muestra en esta edición películas singularísimas y extensamente valoradas por la crítica.
Una de las organizadoras, Carla Briasco, y el propio Koza ensayaron algunas hipótesis que expliquen por qué en Córdoba cada año hay más variedad y mejor calidad de cine local.
Un poco puede ser porque el Duende Coscoíno que acompaña al Ficic también apoya al cine -dicen entre risas-, pero también hay razones menos poéticas y más tangibles. A la actualización de las carreras universitarias vinculadas, una nueva camada de docentes, cineclubes, revistas y mucha actividad cultural renovada, se suma el apoyo fundamental del Polo Audiovisual de la Agencia Córdoba Cultura. Una tormenta perfecta para que este arte surta efecto. La combinación entre un movimiento genuino y el apoyo del Estado.
“Se trata de un fenómeno que no pasa en otras provincias”, dice Koza y rescata a la cineasta María Aparicio como una de las que conforman esta nueva (y tercera) generación de hacedores locales, entre ellas varias mujeres.
En la apertura se manifestó la alegría por ver estos resultados y la desazón ante la posibilidad de perderlos en medio de un clima de ajuste generalizado, la paralización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), y la acefalía del propio Polo Audiovisual que aún no ha designado nuevo presidente.
“Espero que Córdoba sea consiente y valore al Polo Audiovisual en medio de este clima generalizado porque puede ser una isla para el cine nacional”, dijeron desde la organización.
¡Al cine!
El realismo socialista, del chileno Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento fue la película que coronó la primera jornada.
Pero antes, pasaron el documental argentino Las ausencias y la ucraniana La palisiada, de Philip Sotnychenko. Esta última abrió la competencia internacional de largometrajes con una propuesta críptica, “la más exigente para el público” de todas las que conforman el festival, dicho por los propios organizadores.
De una belleza y una crueldad difícil de describir, La palisiada muestra a Ucrania a través de una investigación policial velada, opaca. Se brinda al ciento por ciento al público y exige de éste un trabajo crítico y esforzado, algo complicado para estos tiempos.
Volviendo al cierre de la noche, El realismo socialista se proyectó pasadas las 21 en un Centro de convenciones municipal completo de gente ávida por participar del evento. El proyector de cine trasladado para la ocasión e instalado en el centro y hacia el final de la sala, daba la imagen de un guardián que custodia un reino.
El cruce de edades y experiencias le dieron riqueza al encuentro al que Koza definió como un “festival de la fraternidad” hecho con un compromiso afectivo en el que “el dinero no mueve las voluntades” sino que “las voluntades se movilizan por el deseo, por las ganas de hacer cosas con otros”.
El filme de Ruiz fue hallado después de su muerte por su pareja Valeria Sarmiento quien consiguió financiación para restaurarlo y terminarlo. Se estrenó en San Sebastián y luego vino hacia aquí, directo a las sierras. Una primicia: en el Ficic se confirmó que hay otro filme hallado entre las pertenencias de Ruiz, ¿será una nueva joya a rescatar de las garras del tiempo?
El filme proyectado en la fría noche del jueves es una película que remite al pasado socialista chileno pero que de alguna manera es un espejo que devuelve una imagen deformada de la realidad del presente. Con ironía, humor y mucho compromiso político, El realismo socialista no es unidireccional y pone incómodo al espectador.
Por último, los agradecimientos fueron para el conocido divulgador de cine Fernando Martín Peña quien colaboró con el proyector y para Luis Nogués, el reconocido proyectista coscoíno que hace posible la magia en formato físico. La función fue dedicada a Raúl Acosta, cinéfilo y secretario de Cultura de Cosquín en el inicio del festival.
“Cuando cada uno de los chilenos hayan escrito poesía habremos cumplido nuestro objetivo”, dice uno de los protagonistas de El realismo socialista. El jueves, en el Ficic, se cumplió un objetivo similar: construir sentido.
Para ir al Ficic
Hasta el domingo 5 de mayo en Cosquín. La programación completa con días y horarios de las funciones se puede consultar en la web cosquinfilmfest.com (allí también se pueden adquirir las entradas a $ 1.500). Las cosas indefinidas y El escuerzo, están entre las películas esperadas para el viernes.
