Netflix estrenó una miniserie que ya está generando furor en todo el mundo. Se trata de Muerte por un rayo (Lightning Strike), una producción corta de tan solo cuatro episodios, que se mete de lleno en una historia real de impacto: la vida y el asesinato de James A. Garfield. Este hombre fue el segundo presidente de Estados Unidos en morir durante su mandato.
La serie, que cuenta con la producción ejecutiva de los popes David Benioff y D. B. Weiss, (responsables del fenómeno Game of Thrones), no es solo un drama político, sino que se narra con el pulso de un thriller humano.
La historia comienza con James A. Garfield, interpretado por el gran Michael Shannon. Garfield es retratado como un hombre tranquilo e íntegro, comprometido con el servicio público. Nacido en una granja de Ohio y padre de siete hijos, su ascenso a la Casa Blanca fue totalmente inesperado y no planificado.

De qué va la historia de “Muerte por un rayo”
En 1880, Garfield asistió a la convención republicana de Chicago simplemente como delegado, un discurso que improvisó lo convirtió en el centro de atención. Tras una maratónica votación que se repitió 36 veces, terminó siendo elegido candidato presidencial. Su figura surgió como un símbolo de consenso en un Partido Republicano que estaba dividido entre conservadores y liberales.
Del otro lado de la historia, la miniserie explora la figura de su asesino: Charles J. Guiteau, interpretado magistralmente por Matthew Macfadyen. Guiteau es el perfecto ejemplo del delirio de grandeza, presentado como un fanático desequilibrado.
Guiteau tuvo una vida marcada por el fracaso. Fracasó como abogado, escritor y predicador, y hasta intentó, sin éxito, practicar el amor libre en la comuna utópica de Oneida. Su desequilibrio mental lo llevó a creer que era un instrumento divino con el destino de influir en la política.
Su obsesión se reforzó cuando un discurso que había escrito terminó utilizándose en la campaña de Garfield. Para Guiteau, esto probó que él había sido esencial para la victoria electoral. Dirigida por Matt Ross, Muerte por un rayo no se queda solo en el relato histórico.
























