La pandemia de 2020 fue propicia para que ciertas teorías conspiranoicas ganaran terreno y comenzaran a circular con más fuerza en las redes sociales, hasta alcanzar a políticos y empresarios poderosos que hicieron y siguen haciendo uso de estos argumentos falsos y peligrosos para la democracia y la vida en común.
Si vemos la nueva película de Yorgos Lanthimos como una sátira que intenta retratar el delirio del presente o captar las ondas expansivas del pensamiento conspiranoico de la época, podemos disfrutarla o, al menos, reconocerle algún mérito.
Remake del filme coreano Save the Green Planet! (2003), de Jang Joon-hwan, Bugonia vuelve a reunir a los ya inconfundibles actores fetiche del director: Emma Stone y Jesse Plemons, responsables de las mejores escenas gracias a interpretaciones sólidas y profundamente compenetradas.
No vamos a detenernos en las cuestiones técnicas porque es casi intachable en ese terreno; sólo decir que su puesta en escena es deudora del cine de Stanley Kubrick (planos ampulosos y simétricos, gran angulares que dan la sensación de que todo lo que vemos es importante) y que está impregnada del humor negro y cínico de Lanthimos, lo que la vuelve visualmente imponente y, si se quiere, entretenida.
Teddy (Plemons) y su primo Don (Aidan Delbis) son dos marginales estadounidenses (la típica “basura blanca”) que secuestran a Michelle Fuller (Stone), directora ejecutiva de la empresa en la que trabaja Teddy, convencidos de que es una alienígena de la galaxia de Andrómeda que pretende destruir la Tierra.

Esto da pie a un interrogatorio donde chocan los discursos más delirantes y conspiranoicos. Teddy representa al blanco pobre estadounidense, con cierta conciencia de clase y entregado a teorías conspirativas que investigó por su cuenta. Pero Lanthimos no lo deja como un simple delirante, sino como alguien que puede estar en lo cierto.
Es más que sugerente que el progresismo de Michelle (que impulsa la diversidad y la corrección política en su empresa) sea, en realidad, una fachada para ocultar sus verdaderos intereses, y que represente, en cierto modo, a una izquierda empeñada en controlar a la humanidad: un pensamiento cliché de la derecha de manual, al que Lanthimos se alinea camuflado en el registro de la sátira.
Además de Don, interpretado de manera genial por Delbis, otro personaje secundario importante es la madre de Teddy, Sandy (Alicia Silverstone), hospitalizada por una enfermedad que la empresa de Michelle trata de curar con nuevas vacunas, lo que explica el rencor adicional que Teddy siente hacia la empresaria y señala otra clave de lectura: las vacunas suministradas por un supuesto progresismo malvado en el poder.
Lo más interesante de Bugonia es que expone los discursos conspirativos en boga, sobre todo los de derecha, mostrando cómo las creencias de Teddy y lo que dice Michelle se unifican en una misma sensibilidad reaccionaria. Esta es la visión que propone Lanthimos, un humorista negro incapaz de contener su misantropía recalcitrante.
La película respeta casi por completo el argumento de la original (con algunas licencias mínimas) y añade un detalle que funciona como una provocación ideológica: se muestra a la Tierra como plana, algo que, ni siquiera bajo la clave del humor, resulta gracioso.
Lanthimos termina haciendo una remake terraplanista y misántropa (como si él mismo fuera el extraterrestre que observa el mundo con desprecio), que sugiere que todas las posturas políticas son delirantes y que la humanidad no tiene salvación.
Así de derechosa es Bugonia, comedia negra de ciencia ficción cuyo único acierto son las actuaciones de los protagonistas, que sostienen con dignidad y talento una historia tan descabellada como intencionalmente polémica. Nada nuevo en el cine de Lanthimos.
Para ver Bugonia
Irlanda / Reino Unido / Estados Unidos / Canadá / Corea del Sur, 2025. Ciencia ficción. Dirección: Yorgos Lanthimos. Guion: Will Tracy, basado en el filme “Save the Green Planet!”, escrito por Jang Joon-hwan. Elenco: Emma Stone, Jesse Plemons, Aidan Delbis, Alicia Silverstone, Stavros Halkias, Marc T. Lewis, Cedric Dumornay y Vanessa Eng. Fotografía: Robbie Ryan. Música: Jerskin Fendrix. Duración: 118 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.


























