Al dúctil y ubicuo Viggo Mortensen solo le faltaba ser director, tarea que el actor estadounidense emprendió tardíamente con la prometedora Falling (2020) y que ahora continúa con paso sólido en Hasta el fin del mundo. En apariencia contrastantes (la primera, un drama familiar; la segunda, un western romántico), ambas comparten premisas hermanadas: saltos en el tiempo, lazos afectivos atravesados por la tragedia, la mediación sensible del paisaje y de la naturaleza.
Las tabernas del Viejo Oeste, los carteles de “Saloon” y los cowboys al galope ofician de escenografía de género para el encuentro californiano entre el inmigrante danés Holger Olsen (Mortensen) y la franco-canadiense Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps). La complicidad es casi instantánea entre la joven y el veterano, quienes comparten por igual la soledad, la extranjería y la búsqueda de libertad.
El cadáver yacente de Le Coudy ante un consternado Olsen y un niño llamado Vincent (Atlas Green) abre sin embargo la historia, que va y viene sin efectismos entre el pasado y el presente reconstruyendo los hechos que se fueron sucediendo hasta tan irrevocable desenlace.
La primera y más inspirada mitad de la película recrea el amor sobrio y liberal entre los dos protagonistas, que eligen habitar su propio “fin del mundo” en una casita alejada en la que todo está por hacerse. A la vez que refaccionan y plantan flores en ese árido terreno, la pareja ostenta su singularidad al frecuentar muestras de pintura, discutir por la pronunciación de la palabra “omelette” o reírse de un pretendiente rico que corteja inútilmente a Le Coudy y al que ella cela con Olsen (“él no es mi dueño”, dice ella; “eres una chica muy mala”, le dice él).
Pero será esa misma intransigencia idealista la que impida que la convivencia se prolongue, cuando Olsen se aliste para ir a la guerra –como ya había hecho antes, cuando estuvo casado con una mujer que murió– y Le Coudy comience a trabajar en la cantina del pueblo. La fortuita separación prueba ser desventajosa para la joven, que se halla de pronto asediada por un cliente del bar, el desalmado Weston Jeffries (Solly McLeod), hijo de un hombre influyente del lugar.
Sencilla y noble en sus parábolas de intimidad política, esta crónica de una muerte anunciada equilibra amor e independencia en la belleza silvestre de sus planos, propios de un mundo que está siempre llegando a su fin y renaciendo.
Para ver Hasta el fin del mundo
Canadá, México, Reino Unido, EE. UU., 2024. Guion y dirección: Viggo Mortensen. Con: Vicky Krieps, Viggo Mortensen y Solly McLeod. Duración: 129 minutos. Clasificación: Apta para mayores de 18 años. En cineclub municipal Hugo del Carril (bv. San Juan 49), del sábado 19 al miércoles 23 de abril en distintas funciones.