Encerrado es la remake estadounidense de 4x4 (2019), aquella película argentina dirigida por Mariano Cohn que convierte a un ladrón en víctima de una suerte de castigo vigilante por parte de un ciudadano harto de la inseguridad.
Dirigida por David Yarovesky (Brightburn: Hijo de la oscuridad), la versión norteamericana mantiene el espíritu reaccionario de la original, aunque suma escenas que buscan elevar la apuesta narrativa, sin modificar el núcleo ideológico: la corrección moral del protagonista a través de la tortura.
Bill Skarsgård interpreta a Eddie Barrish, un hombre arruinado emocional y económicamente, que intenta conseguir dinero prestado mientras vuelve a fallarle a su hija Sarah (Ashley Cartwright), a quien debía buscar en la escuela. A través de una llamada de su exmujer, queda claro que Eddie es reincidente en su irresponsabilidad y que tampoco cumple con sus obligaciones de pasarle la cuota alimentaria.
En medio de su desesperación, Eddie nota una lujosa camioneta Dolus en un estacionamiento. Prueba la puerta, descubre que está sin seguro y se sube. Lo que no sabe es que acaba de quedar atrapado en una trampa perfectamente diseñada: el vehículo está insonorizado, tiene vidrios blindados, y no hay forma de salir. Comienza entonces un encierro claustrofóbico, potenciado cuando suena el teléfono del auto y del otro lado responde William (Anthony Hopkins), el dueño del vehículo, quien se presenta como una víctima de múltiples robos, y que ha decidido tomar justicia por mano propia.
La voz de Hopkins (impecable en lo técnico, incómoda en su mensaje) se convierte en la guía carcelera de Eddie, a quien somete a distintos niveles de tortura física y psicológica, mientras expone su visión del mundo: un discurso profundamente conservador, que culpa a los pobres de su situación, acusa a la policía y los políticos progresistas de fomentar la delincuencia, y reivindica una ética individualista donde la riqueza es fruto exclusivo del mérito.
Yarovesky suma algunas escenas que no están en el filme original, como una persecución a otros delincuentes que termina en un baño de sangre innecesario, o una secuencia en la que el auto, en piloto automático, intenta atropellar a la hija de Eddie. Estos agregados apuntan a intensificar la acción, pero no hacen más que reforzar el tono punitivista del relato.
La principal debilidad de Encerrado está en su posición ideológica: en vez de problematizar la raíz social del delito, plantea que el castigo extremo puede “corregir” al infractor. La evolución de Eddie hacia una supuesta mejor persona parece justificarse en el sufrimiento infligido, como si el encierro fuera un ritual de redención moral.
Lo más rescatable es la actuación de Skarsgård, quien –al igual que Peter Lanzani en 4x4– compone un personaje derrotado pero no exento de dignidad. Su Eddie cuestiona, con argumentos sólidos, el discurso de William, aunque el foco narrativo siempre esté puesto en la voz del que tiene el poder. Por su parte, da cierta tristeza ver a un actor de la talla de Hopkins al servicio de un personaje que, más que un antagonista complejo, se convierte en portavoz de una visión del mundo reduccionista y clasista, que ve a los sectores vulnerables como parásitos que abusan del sistema.
Encerrado no es una mala película desde el punto de vista técnico, pero es una oportunidad desperdiciada de hacer algo distinto, como comprender al protagonista en vez de castigarlo.
Para ver Encerrado
Locked. Estados Unidos. Canadá, 2025. Thriller. Dirección: David Yarovesky. Guion: Michael Arlen Ross, basado en la película 4x4, de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Elenco: Bill Skarsgård, Anthony Hopkins, Ashley Cartwright, Michael Eklund, Navid Charkhi y Ricardo Pequinino. Fotografía: Michael Dallatorre. Música: Tim Williams. Duración: 95 minutos. Apta para mayores de 16 años. En cines.