La serie biográfica de Roberto Gomez Bolaños, Chespirito: Sin querer queriendo, ya se encuentra disponible vía streaming por HBO Max. Es uno de los estrenos más fuertes de la plataforma, que seguramente dará mucho que hablar.
Serán ocho episodios que se estrenarán de uno todos los jueves.
Ya desde los primeros minutos del primer episodio, se nota que los nombres de algunos de los personajes de la serie El Chavo tienen nombres diferentes a los de su contraparte de carne y hueso.
Es así el caso del actor Carlos Villagrán que personificaba al entrañable Quico. En la serie, sin embargo, aparece representado bajo el nombre Marcos Barragán, e interpretado por el actor Juan Lecanda.
Lo mismo ocurre con la actriz de Doña Florinda, Florinda Meza, quien en la serie aparece representada bajo el nombre de Margarita Ruiz.

¿Por qué el cambio?
Es sabido que el set de grabación de El Chavo, especialmente al final, todo era muy tenso. La principal tensión se daba, justamente, en la relación entre Roberto Gómez Bolaños (El Chavo) y Carlos Villagrán.

Lo que había comenzado como una amistad basada en el respeto mutuo entre ambos terminó con una eterna disputa que por un pelo no entró en el ámbito legal.
Para la realización de Chespirito: Sin querer queriendo, Carlos Villagrán pidió a la productora que cambiasen el nombre del personaje que lo representaría, ya que no deseaba ser representado pero tampoco evitar la producción de la serie.
Algo similar a cómo él luchó por el cambió el nombre de Quico a Kiko, para poder usarlo sin represalias legales con Bolaños.
Por su parte Florinda Meza, la viuda de Roberto Gómez Bolaños, confesó haber escuchado “de buena fuente” que su personaje la retrataba “de forma ofensiva”, por lo que inicialmente pensó en demandar la serie. Sin embargo, recapacitó y solo pidió que cambiasen el nombre del personaje.

El trasfondo detrás del cambio
Carlos Villagrán es un actor mexicano que en 1970 asistió a una fiesta en casa de Roberto Gómez Bolaños. En ella, presentó al humorista un gag que lo dejó impresionado. Desde entonces se convirtió en el primero en la lista de contactos de Bolaños para futuros proyectos.
De esta manera, cuando en 1973 cancelaron la serie Chespirito, llamaron a Villagrán para actuar en la nueva serie de Bolaños: El Chavo.
En ella interpretó a Quico, un muchacho mimado y egoísta, que jugaba y peleaba con el protagonista a partes iguales.
Sin embargo, las peleas de la serie parecen haber afectado a las personalidades reales. Trascendió a partir de relatos de los actores que frecuentemente se disputaba el protagonismo de la serie. Quico se había convertido en el personaje más querido de la serie; incluso más que el protagonista.
“El programa tenía una popularidad total y absoluta. Hacíamos giras e íbamos a muchos países con sus conferencias de prensa, todo lleno de micrófonos y grabadores, pero el 70 por ciento de las preguntas eran para Quico porque estaba de moda. Entonces se empezó a despertar un poquito la ira, el egoísmo, el celo profesional y artístico [por parte de Bolaños]. Poco a poco fue trepando más Quico en popularidad que el Chavo, y me sacaron del programa”, contó Villagrán en una entrevista al programa La Peña de Morfi de Telefe, en Argentina.
“Estaban buscando cualquier pretexto, yo creo, para sacarme”, confesó también en la entrevista.
Cuenta que, apenas se dio cuenta de esto, decidió irse por su cuenta.
La salida de Quico, la llegada de Kiko
El punto cúlmine fue la propuesta de la productora televisiva Televisa de emitir un programa con Quico como protagonista. La respuesta fue positiva de Villagrán, y la de Bolaños también lo sería… con una condición: en los créditos, debía estar escrito “Agradecemos a Roberto Gomez Bolaños la autorización para usar el personaje de su creación”.
Villagrán se negó a estos términos, argumentando que el personaje de Quico tenía mucho de su autoría. Y es innegable. Ningún otro actor podría hacer los característicos cachetes del niño. La serie nunca se emitió y Villagrán abandonó El Chavo. Como muestra de apoyo, así lo hizo también Ramón Valdés, actor de Don Ramón.
Tras su salida de la serie, el magnate de la televisión mexicana Emilio Azcárraga se comunicó con todos los medios televisivos que transmitían El Chavo, y los amenazó con que no contratasen a Villagrán. De lo contrario, les removería los permisos de transmisión de El Chavo y demás producciones,
Esta fue la última aparición de Quico, pero la primera de “Kiko”.
Para poder seguir interpretando al personaje sin incurrir en disputas legales, Villagrán se decidió a cambiar el nombre del personaje a Kiko, e irse de gira fuera de México.
Junto a Kiko recorrió toda Latinoamérica, pasando por Venezuela, Chile, Argentina entre otros países. Llegó a admitir que trabajando en Venezuela le pagaban “10 veces más de lo que cobraba en Televisa”.
Desde ese momento, Roberto Gómez Bolaños comenzó una batalla legal contra los antiguos actores de El Chavo, para evitar que usasen los personajes de la banda sin su consentimiento. Ese es uno de los motivos por los cuales Villagrán se mudó a Argentina, donde pudo usar a Kiko sin represalias legales.

Una enemistad que trasciende la muerte
En una entrevista con El Trece, contó que el hijo de Chespirito, Roberto Gómez Fernández, lo había invitado a un homenaje a su padre, pero que fue “engañado”.
Al llegar al homenaje, el actor cuenta que lo “escondieron en una oficina”. Y después le dieron un asiento en una esquina del auditorio.
Durante el homenaje fueron presentados todos los personajes de la serie, nombrando por último a Quico.
Villagrán cuenta que, cuando lo presentaron, el público estalló en vítores. Esta parte, asegura el actor, fue recortada de la transmisión.