Tomar riesgos puede ser un gran acierto o un error garrafal, pero siempre resulta más interesante intentar variantes o alternativas, incluso si estas se mantienen dentro de los márgenes de la industria. Eso es lo que hace M3GAN 2.0, nuevamente escrita y dirigida por Gerard Johnston, con Allison Williams, Violet McGraw, Amie Donald (en el cuerpo de M3GAN) y Jenna Davis (en la voz), y producida por Jason Blum y James Wan.
Si en la primera película Johnston coqueteaba con el subgénero de muñecas diabólicas y los peligros de la inteligencia artificial, en esta segunda parte el relato se inclina hacia la acción con espionaje militar. De hecho, abre con una secuencia en la que Amelia (Ivanna Sakhno), una robot con aspecto humano y elegancia de modelo (desarrollada a partir del mismo código de M3GAN por el Departamento de Defensa de EE.UU.), participa en una misión de prueba en la frontera entre Turquía e Irán, desobedeciendo la orden de rescatar a un científico secuestrado y eliminando a todos a su alrededor.
Ya desde el prólogo se plantean los peligros que representa la inteligencia artificial cuando adquiere independencia, retomando el debate moral de la historia. Este dilema se articula a través de Gemma (Allison Williams), quien carga con la culpa por los hechos de la primera película y quien cree que la inteligencia artificial debe programarse para trabajar a favor nuestro, incorporándole una brújula moral que le permita distinguir las órdenes de lo que corresponde hacer.
Gemma vive con su sobrina Cady (Violet McGraw), a quien le restringe el uso de la tecnología. Pero las tensiones son inevitables: las discusiones se acumulan y Gemma termina trabajando en secreto, mientras colabora con Christian (Aristotle Athari), un activista tecnológico y viejo compañero de proyectos, en la búsqueda de regulaciones más estrictas para el desarrollo de IA.
En paralelo, Gemma avanza en el desarrollo de un exoesqueleto que otorga fuerza y resistencia robótica a los humanos, con la ayuda de Cole (Brian Jordan Alvarez) y de Tess (Jen Van Epps). Sin embargo, el millonario Alton Appletton (Jemaine Clement), otro de los antagonistas, planea apropiarse del invento para fusionarlo con sus neurochips.
La trama se complica cuando la presencia virtual de M3GAN le pide a Gemma que le construya un nuevo cuerpo para enfrentar a Amelia, quien pronto irá tras ellas. Es uno de esos giros dignos de la más indigna ciencia ficción, donde todo vale con tal de sostener la tensión. Y cuando por fin se enfrentan ambos robots, en una pelea que oscila entre lo bizarro y lo superheroico, no queda claro si lo que vemos es una parodia o un clímax en serio (por suerte Johnston mantiene el sentido del humor autoconsciente).
En una escena particularmente absurda, Christian le dice a Gemma que va a cambiarle la ideología con un dispositivo. El problema es que, en realidad, ambos personajes tienen la misma ideología (como si a Johnston nunca le hubiera llegado un libro de Marx).
M3GAN 2.0 es una película de ciencia ficción que, aunque intenta adoptar una mirada crítica sobre el uso de la inteligencia artificial, se ajusta a los lugares comunes más cansinos del género. Con todo, sus secuencias desbordadas y su espíritu de clase B la tornan lo suficientemente entretenida como para dejar satisfecho al espectador.
Para ver M3GAN 2.0
Estados Unidos, 2025. Acción, ciencia ficción. Guion y dirección: Gerard Johnstone, basado en los personajes creados por James Wan y Akela Cooper. Elenco: Allison Williams, Violet McGraw, Amie Donald, Ivanna Sakhno, Brian Jordan Alvarez, Aristotle Athari, Jemaine Clement, Mike Edward y Jenna Davis (voz). Fotografía: Toby Oliver. Música: Chris Bacon. Duración: 120 minutos. Apta para mayores de 13 años (con reservas). En cines.