Cuando la dylanmanía parecía haberse aquietado tras dos décadas plagadas de homenajes y reconocimientos tardíos como el debatido Nobel de literatura, Bob Dylan vuelve literalmente al primer plano con Un completo desconocido, la biopic de James Mangold que recrea los años de formación del músico estadounidense. Aspirante a ocho estatuillas en categorías como mejor película, mejor director y mejor actor principal, el filme se ampara en el libro Dylan Goes Electric!, de Elijah Wald, para evocar el breve pero radical período entre 1961 y 1965 en que Dylan pasa de ser un “completo desconocido” a erigirse en uno de los cantautores más famosos del mundo, y también en uno de los más díscolos al sustituir la acústica folk por un rabioso torbellino eléctrico que le prodiga críticas y abucheos feroces.
La titánica tarea de encarnar al artista hoy octogenario recayó en un mimético Timothée Chalamet, el actor del momento que podría ganar su primer Oscar por el papel y que emula los rulos, los anteojos oscuros y el acento nasal de Dylan (además de una icónica nariz prostética) tanto como su inconfundible entonación: el filme de Mangold adopta visos de musical en las indelebles canciones que Chalamet canta con su propia voz.
El intérprete neoyorquino sin embargo no es el único en lucirse sobre el escenario, en tanto la historia incluye la presencia de figuras clave en la carrera de Dylan como Pete Seeger, el folklorista veterano que apadrina a Dylan hasta horrorizarse con su mutación y al que encarna Edward Norton; la joven cantante Joan Baez (Monica Barbaro), que promueve a un Dylan ignoto a la vez que mantiene un competitivo romance con él, y un secundario y cómplice Johnny Cash (Boyd Holbrook), de significativa presencia en tanto Mangold dirigió la recordada Johnny y June: pasión y locura (2005), que reconstruía la vida de la estrella del country y que podría considerarse antecedente directo de Un completo desconocido.
El otro personaje decisivo pero que no aporta al musical es Sylvie Russo (Elle Fanning), de nombre original Sylvie Rotolo, la blonda novia de Dylan que quedó inmortalizada en la portada del álbum The Freewheelin’ Bob Dylan (1963) y que aquí se disputa al cantante junto con Baez (Fanning, curiosamente, ya había compartido dueto romántico con Chalamet en Un día lluvioso en Nueva York, de Woody Allen). El elenco se completa con Scoot McNairy, que hace del convaleciente cantautor Woody Guthrie al que Dylan va a visitar al hospital de Nueva Jersey en búsqueda de inspiración con sólo 19 años, cuando acaba de llegar a la gran ciudad.
Pausa productiva
En algún punto podría afirmarse que Un completo desconocido es otro exponente más de las dos fervorosas décadas dylanianas que pasaron, de las que se desprendieron los seminales documentales No Direction Home (2005) y Rolling Thunder Revue (2019) de Scorsese o la biopic experimental I’m Not There (2007) de Todd Haynes, ya que el filme se venía gestando seriamente desde 2018 y debió frenar su rodaje por la pandemia. La pausa de varios años que luego se extendió por las huelgas de Hollywood no sólo permitió que Chalamet –que apenas conocía a Dylan– se fusionara hasta la obsesión con su personaje mientras trabajaba con entrenadores vocales o profesores de guitarra, sino también que Mangold se reuniera con Dylan mismo, que había frenado su “gira interminable” a causa del Covid-19 y accedió a involucrarse en el proyecto.
El músico leyó el guion escrito por Mangold y por Jay Cocks y le hizo valiosos aportes al director, que por otro lado se documentó de manera incansable sobre el mito Dylan. Y la forma de encarar el largometraje fue precisamente desde el lado del mito, no respetando tanto lo verídico como exaltando la epopeya que transportó al artista al estrellato, y así el polémico Festival de Newport en que Dylan salta a la electricidad está unido con aquel otro de Mánchester en Inglaterra en que al cantante le gritaron “¡Judas!”, inexactitudes que el propio Dylan avala desde su proverbial mitomanía. Un completo desconocido hace en efecto hincapié en ese trasfondo misterioso del artista, que hizo lo posible por difuminar los orígenes de quien alguna vez portó el nombre de Robert Zimmerman.
Mangold dice haberse inspirado en Amadeus (1984) de Milos Forman para abordar a una criatura tan compleja y esquiva como Dylan, argumentando que el guion de Peter Shaffer no se centraba tanto en explicar de dónde provenía el genio de Mozart como en exhibirlo cinematográficamente. Para el realizador, el enigma de Dylan es paradójicamente aquello que lo define, una realidad que siempre estuvo a la vista.
“Hacer una película sobre este tipo y el mundo de aquella época fue desconcertante –le dijo Mangold a Variety–. Mi pálpito fue simplemente negarme a tener en cuenta este enigma. Sólo me dediqué a filmar la película, a dejar que los hechos ocurrieran y a que el público absorbiese lo que quisiera de ella. En todo esto hay un nivel interesante, que es preguntarse qué enigmático puede ser un hombre que ha sacado 55 discos. ¿Qué más querés? Él nos ha legado una producción mucho más personal que la de casi cualquier artista de la historia. Hemos estado expuestos a tanta poesía suya que es difícil entender qué más se supone que deba darnos para cerrar el círculo”.
Y cierra: “No somos una entrada de Wikipedia. Estamos tratando de captar la verdad de un sentimiento, de los personajes y de sus vínculos, ese fue en gran medida nuestro propósito supremo. Obviamente que no sé qué canción escribió Bob sentado en el piso o en la cama o en su escritorio, pero hay que arriesgarse. Y él leyó estas representaciones suyas y no las puso en cuestión. Puede suceder que no las recuerde, como yo no recuerdo dónde escribí algo a mi modesta manera cuando tenía 23 años”.
Para ver “Un completo desconocido”
EE.UU., 2024. Guion: James Mangold y Jay Cocks. Dirección: James Mangold. Con Timothée Chalamet, Edward Norton y Elle Fanning. Duración: 141 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años. En cines.