El trovador revulsivo Albert Pla, también actor, no duda ante el periodista de AP: “Los Javis saben que estoy para lo que me pidan. Son unos tíos fantásticos, siempre en estado de gracia. Me parece comprensible cualquier éxito que tengan”.
La actriz Carmen Machi suena en un tono parecido en una producción del diario El País: “Nunca había leído unos guiones tan buenos como los de Los Javis, y he leído bastantes”.
“Toda España quería estar en el nuevo proyecto de Los Javis”, interviene su colega Ana Rujas para el diario madrileño.
Pero Lola Dueñas va mucho más allá al gritar a los cuatro vientos que Los Javis son los mejores directores con los que ha trabajado. “Te lo digo de corazón. ¿Has notado que cuando se refieren a Carlos Alcaraz señalan que tiene lo mejor de Federer, lo mejor de Djokovic, lo mejor de Nadal? Pues lo mismo. Ellos tienen lo mejor de tantos”, suelta la intérprete.
“Si no hubiese sido con Los Javis, no hubiese dicho que sí”, rubrica Amaia Romero, exconcursante de Operación Triunfo en 2017 convertida en actriz.
Pla, Machi y Dueñas son artistas legendarios en España, con trabajos acreditados junto a los grandes. Rujas y Romero son jóvenes figuras ya consagradas, con la suficiente espalda para separar paja del trigo en el arte y en el entretenimiento ibéricos.
Así las cosas, no pueden tomarse a la ligera sus consideraciones sobre Los Javis. Ahora bien, ¿quiénes son Los Javis?
Son el madrileño Javier Ambrossi y el murciano Javier Calvo que fueron, a su turno, colegas actores, amigos, pareja y hoy dúo de productores y realizadores por detrás de los últimos highlights del espectáculo español; sobre todo, aquellos encapsulados en series televisivas.
Tras el estreno del musical La llamada (2013; primero, en teatros; luego, en pantalla grande), sobre dos adolescentes amantes del reggaetón que experimentan apariciones de Dios y La Virgen, hilvanaron Paquita Salas (2016, Netflix) y Veneno (2020, Max).
La primera serie es una comedia sobre una representante de actores de los ‘90; la segunda, una bioserie ficcional sobre Cristina Ortiz “La Veneno”, una mujer trans que saltó a la televisión abierta española luego de un sórdido tránsito por fuera de la cúpula.
Sus modos narrativos, cierta estética lisérgica pero no apartada del realismo, y un ímpetu vindicador del colectivo LGBTQ+, entre otras cosas, les dieron estatus de superestrellas a Los Javis, quienes recibieron el llamado de Madonna para hacer algo juntos y fueron convocados por los Goya para conducir la última entrega con Ana Belén.
Pero hoy dan otro paso de cara al nivel de canonización que justifica las loas dispuestas al comienzo de esta nota. Lo hacen con La Mesías, también en formato de serie (disponible en Max; con estreno de capítulos todos los lunes), aunque en un tono más tenso y sombrío en relación con sus predecesoras, resultante de amalgamar thriller psicológico con humor, amenaza alienígena y fanatismo religioso.
Va otra loa.
Clémence Madeleine-Perdrillat, portavoz del jurado del festival parisino Series Manía, dijo que sus compañeros y ella quedaron “totalmente transportados por una propuesta llena de pasión, de inteligencia, de profundidad”.
“Una serie que nos acapara, cuyas imágenes nos hechizan”, añadió al momento de fundamentar un reciente premio para Los Javis por La Mesías. O por narrar con maestría cómo una mujer madre de dos hijos y lanzada a un hedonismo desbocado, que la lleva a la prostitución y a la dependencia narcótica, es captada por un fanático religioso para formar una familia en el catolicismo más represor, en una casona enclavada en la montaña de Montserrat.
La montaña de Montserrat, un lugar en el que el catalán le gana la pulseada al castellano y al que los turistas se llegan para avistar ovnis.
Las vírgenes suicidas en español
En el relato, al componente pop lo ponen las hijas de la pareja formada por este obediente cuadro del Opus Dei y la mujer abducida por él; ellas forman una banda pop católica que no para de sumar reproducciones en YouTube desde clips bizarros.
Para Ambrossi y Calvo, La Mesías es “una especie de Las vírgenes suicidas en español”. Así describieron la serie ante una periodista de AP, a la que también le dejaron claro que el filme de Sofía Coppola les cambió sus respectivas vidas.
Más allá de esta asociación, hay indicios de que La Mesías se aproxima levemente a lo que vivieron Calvo y su hermana Macarena García, actriz que hace de sí misma en Paquita Salas pero que aquí se pone en la piel de Irene, hija de la mujer con delirios místicos rebautizada como Resurrección.
“Compartimos un montón de traumas y de historias de la infancia que nos han unido y nos han separado sin darnos cuenta”, reveló la actriz a El País.
Y Ambrossi precisó: “Claro. Lo que importa es que he sido capaz de construir. De construir una vida. Lo que sea que yo haya vivido en la infancia y que tenga en común con mi hermana. Creo que hemos sabido ser supervivientes. Querernos, construir carreras, relaciones sanas. Lo que sea que nos pasase, nos ha hecho capaces de ser mejores”.
“Es injusto decir: ‘Pues a mi padre o mi mamá o mi profesor, no sé qué’. Ya he hecho 10 años de terapia, he comido mucha mierda, he sufrido mucho sin darme cuenta. He tenido muchas capas oscuras. Y creo que lo importante es que uno puede construir su futuro. Que lo importante de la serie es eso, cómo distintas personas de una familia que comparten un trauma común construyen de manera diferente”, completó.
Calvo, por su parte y en conferencia de prensa festivalera, explicó que algunos personajes de la serie se sienten como él se sentía cuando era un joven LGTB: “Tenía problemas en mi ciudad y pensaba que no había un lugar para mí. Y fue así hasta que vi películas de (Pedro) Almodóvar y se me abrió una ventana”.
A propósito de aperturas, La Mesías les abrió “una puerta diferente de escala de producción”, de acuerdo con la explicación de Calvo en el ya citado festival Serie Manía. Y eso se tradujo en el hecho de que un pasaje de cinco minutos de serie sea el resultado de la edición de un bruto de 14 horas.
“Es que no somos directores ni guionistas. Somos creadores”, sostuvo Ambrossi a Vogue España.
“No es una serie al uso, sino un reto. (La Mesías) Tiene muchas referencias desconocidas por el gran público y ha llevado tres años escribirla, sin estar seguros de si la gente la miraría de la misma forma que nosotros”, remató Calvo, habitual reivindicador del poeta y dramaturgo Federico García Lorca, “gay y asesinado”, en una situación que se repite cada vez más: cuando Los Javis son reconocidos en las entregas de premios en su país, en el resto de Europa o en Estados Unidos.
En este último país fueron reconocidos por los Glaad, instituidos por la Alianza de Gays y Lesbianas contra la difamación (Gay and Lesbian Alliance Against Defamation).
Queda apuntar que Los Javis son consecuentes con su clamor LGTBQ+ hasta en los más mínimos detalles de su avanzada creativa. Según detalla Forbes, Suma Content, la lucrativa factoría de Los Javis, “ha generado más de 2.200 puestos de trabajo directo, con una creación de empleo de +42% respecto a 2022″.
“Y siempre con la inclusión y la diversidad como bandera”, resalta la publicación.
“Contamos con mayoría de mujeres, sobre todo, en áreas clave de negocio. Respecto a la inclusión racial y de nacionalidad, en estos años hemos contado con más de 15% de talento racialmente inclusivo, dos puntos por encima de la media nacional de extranjeros trabajando en España”, detalla Beltrán Gortázar, Ceo de Suma Content.
En este punto, Ambrossi evita sacar la chapa de “dúo activista”, aunque concede que hay una práctica consciente. “Sí hay una mirada muy pensada de diversidad en cómo hacemos las cosas. Quizás la historia no te lo permita como en La Mesías, pero sí en el equipo que hay detrás”, cierra.
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