Juliana Awada permitió conocer recientemente algunos sectores de la residencia que comparte con Mauricio Macri, ubicada en la zona norte del conurbano bonaerense.
El hogar combina la arquitectura típica de los años 80 con una curaduría estética diseñada íntegramente por ella, donde sobresalen la simpleza, la luminosidad y una elección calculada de elementos decorativos.
La propiedad mantiene la estructura original de una sola planta y conserva recursos característicos de la época, como ladrillos a la vista, planos rectos y techos bajos, elementos que aportan intimidad y continuidad visual.
La intervención de Awada en el diseño interior fue central. Cada ambiente refleja un estilo sobrio y contemporáneo que actualiza la impronta retro sin desvirtuarla. El living principal sintetiza ese enfoque: amplio, ordenado y bañado por luz natural.
Acá conviven seis sillones en tonos neutros, ocre y gris, junto a una mesa ratona negra y arreglos florales de jazmines blancos, además de velas y cuadros que siguen una paleta coherente.
El resultado es un espacio equilibrado donde predominan la calma y la funcionalidad, sello distintivo de la exprimera dama en cada una de sus apariciones públicas vinculadas al diseño.
Cómo es la casa de Juliana Awada y Mauricio Macri
La conexión con lo natural ocupa un lugar relevante dentro de la propiedad. Awada instaló una huerta que forma parte de la rutina familiar y aporta un marco verde que se integra al extenso jardín. Este sector del terreno incluye rincones destinados al descanso, pensados para la lectura o para actividades cotidianas al aire libre.
En cuanto a los espacios recreativos, la vivienda cuenta con una piscina de gran tamaño y canchas de fútbol, tenis y pádel, configurando un entorno preparado para el disfrute y la actividad física.
El área de trabajo también reproduce la estética predominante: un escritorio de madera paraíso, textiles suaves, un sillón individual y una alfombra de diseño en blanco y negro completan un ambiente destinado a la concentración.
