Nicolás Vazquez y Gimena Accardi expresaron su dolor tras la muerte de su perra, compañera desde hace 16 años.
“Hoy nos toca despedirte. Nos diste tanto amor en estos 16 años… Desde que llegaste a casa, supimos que eras especial. Las veces que te vi observando amaneceres, el mar y atardeceres… Como dice Gime: ‘contemplabas’. Me quedo con recuerdos hermosos. En la playa eras imparable, y puedo decir que vi a una labradora surfear olas jaja! Y durante la pandemia, te bancaste mis bailes prohibidos que hacíamos para entretenernos y entretener. Que risa! Incluso llegaste a acompañarme al teatro, saludando conmigo al público. Siempre con nosotros a todos lados, tan especial y graciosa. Voy a extrañar verte interactuar con Gime. Tan hermosas juntas”, comenzó.
“Gracias a mi familia, que siempre estuvo para ayudarnos. Anto, tu mejor amiga, mi hermana Sole, y a todos los veterinarios que te cuidaron con tanto amor, desde Cecilia hasta Juan y Andrés, quienes fueron esenciales en tus últimos años. Fuiste una guerrera. Luchaste siempre, y aún en tus últimos días, tu amor fue impresionante. Extrañaremos todo: tu olor, tu compañía y ese amor incondicional. Siempre serás nuestra familia. Sé que seguirás cuidándonos. Gracias por tanto! Te amo para siempre!”, cerró.
Gimena Accardi también despidió a su compañera en redes y escribió: “No me salen las palabras, y a Neruda le sobraban”.
“…mi perro me miraba dándome la atención necesaria, la atención necesaria para hacer comprender a un vanidoso, que siendo perro él, con esos ojos, más puros que los míos, perdía el tiempo, pero me miraba con la mirada que me reservó toda su dulce, su peluda vida, su silenciosa vida, cerca de mí, sin molestarme nunca, y sin pedirme nada. Ay cuántas veces quise tener cola andando junto a él por las orillas del mar, y mi perro brincando, hirsuto, lleno de voltaje marino en movimiento: mi perro vagabundo y olfatorio enarbolando su cola dorada frente a frente al Océano y su espuma. Alegre, alegre, alegre como los perros saben ser felices, sin nada más, con el absolutismo de la naturaleza descarada. No hay adiós a mi perro que se ha muerto”, se lee en las palabras del poeta.
“Ummi vivió 16 años de plena salud y rodeada de mucho amor. Nos acompañó en todas, y nos hizo muy felices. Gracias mi vieja por tanto amor, te amo con el alma. Hasta en esto fue especial, una noche simplemente se fue a dormir y ya no se despertó. en paz y sin sufrir, cuando ella así lo quiso”, cerró.