La Duquesa de Sussex volvió a demostrar por qué su estilo es sinónimo de elegancia moderna y sin esfuerzo. Durante su reciente aparición junto al Príncipe Harry en el Dodger Stadium de Los Ángeles, Meghan Markle combinó prendas básicas con un toque de lujo, logrando un look deportivo y sofisticado a la vez.
El evento, que tuvo lugar el 29 de octubre de 2025, fue el escenario ideal para que la pareja mostrara su faceta más relajada. Coordinados en tonos neutros, Meghan y Harry asistieron al partido luciendo looks que equilibraban comodidad, moda y sutileza.

El look de Meghan: simple, pulido y con guiño royal
Lejos de los atuendos de gala que solía usar en su etapa dentro de la realeza británica, Markle eligió un conjunto que redefinió el concepto de elegancia casual.Su outfit estuvo compuesto por unos pantalones negros ajustados de la firma Verónica Beard, combinados con una camisa blanca oversize de Givenchy. Las mangas arremangadas, el calce suelto y los materiales de calidad transmitían una imagen relajada, pero cuidada al detalle.
Sobre los hombros, Meghan llevó un buzo azul marino de manera estratégica, sin vestirlo por completo, aportando textura y profundidad al look. Este pequeño gesto se transformó en un homenaje directo a Lady Di, quien popularizó esa forma de usar prendas deportivas en los años noventa.

El detalle del jersey colocado sobre los hombros fue un sello inconfundible del estilo de Diana Spencer. La elección de Meghan evocó ese espíritu libre y espontáneo que caracterizó la última etapa de la vida de Lady Di, cuando su vestuario reflejaba independencia y personalidad.
Además, las camisas blancas estructuradas y los tonos neutros fueron siempre un punto fuerte en el guardarropa de Diana. En Meghan, ese legado se reinterpreta con un aire más actual, adaptado a su vida californiana, pero sin perder la impronta royal.
La paleta monocromática del conjunto —blanco, negro y azul marino— acentúa la elegancia atemporal y permite destacar los accesorios.
Para completar su look, Markle optó por botas negras con taco medio, un accesorio que elevó instantáneamente el conjunto. Entre las joyas destacaban unos pendientes de diamantes, un brazalete Cartier de oro, y dos collares delicados —uno con dije de corazón y otro con un ojo protector—, piezas que reflejan su estilo personal y simbólico.

La infaltable gorra azul de los Los Angeles Dodgers selló el toque deportivo, mientras que sus gafas de sol aportaron el toque final de glamour relajado.
Con esta aparición, Meghan Markle reafirma su lugar como referente global del estilo minimalista y elegante, demostrando que incluso un look deportivo puede ser una declaración de sofisticación y memoria.



























