Llega diciembre y el famoso “espíritu navideño” ya se siente en el aire. Y esa es la apuesta que hace 25, Un especial de Navidad, un espectáculo coreográfico y musical de características inéditas que, si bien suena y vibra con el espíritu de Broadway, ancla su trama y su sonido en una Navidad bien argentina.
Lejos de la postal fría y nevada de otras latitudes, esta obra utiliza el talento local en danza, música y teatro para ofrecer un show que ya demostró su capacidad de convocar el año pasado, pero que ahora pasa a la sala mayor del Teatro Ciudad de las Artes (Av. Pablo Ricchieri 1955) para dos funciones (jueves 4 y viernes 5 de diciembre a las 21).
Su creadora, Verónica Martínez, ideóloga, directora y productora del proyecto, busca conjugar la espectacularidad de los musicales neoyorquinos con las peripecias de un cartero perdido en las calles cordobesas.

Martínez, con larga trayectoria como coreógrafa, bailarina, realizadora y profesora, fue la creadora y directora del espacio Proyecto Rasante y parte de obras premiadas como El viento en los sauces y Hermoso Terror.
El debut en la dirección y la inspiración de las “Rockettes”
25. Un especial de Navidad no es un musical tradicional donde las canciones hacen avanzar la historia, sino que sigue un formato de show y de revista, una sucesión de cuadros. La inspiración máxima para esta estructura proviene de las icónicas bailarinas del Radio City de Nueva York, las Rockettes, conocidas por su precisión y altura.
“Un poco la inspiración es como este prototipo de estas bailarinas, yo digo que son las cordobets, la versión local,” explica Martínez. Lo distintivo de la obra es cómo este formato se llena de gustos personales de la directora.

Este proyecto es particularmente significativo para Martínez, ya que marca su primera obra dirigida en solitario. Luego de desvincularse de Proyecto Rasante, la necesidad de hacer algo la llevó a contactar a Magdalena Asef, quien se sumó a la producción.
Magda, profesora de danza y coreógrafa de vasta experiencia, tenía ganas solo de bailar, mientras que Verónica buscaba dirigirlo todo y no bailar. Así, de ese encuentro fortuito, surgió el show. Para armar el equipo, Martínez se dio “el gusto de convocar gente con la que quería trabajar,” incluyendo a personas que admiraba y con quienes nunca había coincidido, más allá de Natacha Chauderlot y Ramiro Ramos en la puesta en escena.
El espíritu local
A pesar de la ambición estética inspirada en el exterior, la obra se sitúa firmemente en Córdoba. La historia se articula a través de dos ejes: un niño que escribe una carta y la deja en un buzón, y un cartero que atraviesa toda la obra intentando descifrar el destino (que podría ser Papá Noel o el Polo Norte). Este recurso narrativo habilita el concepto central: la posibilidad de creer en la magia o en algo, sin importar qué sea.
El cartero está “situado en Córdoba, en las calles de Córdoba, con sonido de calle, con sonido del vendedor de huevos de la calle”, asegurando una sonoridad lo más cordobesa posible.
Incluso los cuadros que remiten a tradiciones foráneas son argentinizados: “El soldadito del cascanueces lo argentinizamos y las transformamos en granaderas, por ejemplo”. En línea con la geografía local, los vestuarios son todos de verano, evitando abrigos, salvo en un breve momento de ficción que remite a Broadway, donde se permiten simular la nieve.
La evolución técnica es notoria: el año pasado la obra se realizó con un solo proyector, mientras que este año han evolucionado a cuatro proyectores en la Ciudad de las Artes.
Jazz y hits
Musicalmente, 25. Un especial de Navidad integra una fuerte base de jazz, el lenguaje que baila Verónica y que está plasmado en la coreografía. Sin embargo, también hay espacio para hits que apelan a la emoción colectiva. El repertorio incluye un remix inédito de Peces en el Río hecho específicamente para la obra, Noche de Paz (cuya interpretación el año pasado generó un momento emotivo de llanto), canciones de Jesucristo Superstar, y un blues de Chuck Berry, Merry Christmas Baby.
La obra está pensada tanto para los “amantes” como para los “grinch u odiadores” de la temática navideña, ofreciendo espacios de encuentro para todos.
El show se enmarca en un contexto de sostenido crecimiento del interés en los musicales, un fenómeno notable en Buenos Aires y que se ha extendido incluso a Carlos Paz. Sin embargo, el género musical todavía despierta “amor y odio”.
—Sé que el musical a veces genera un prejuicio, como el comentario de “otra vez van a cantar” al inicio de una película. ¿Crees que hay desconocimiento sobre lo difícil que es abordar este género?
—Sí, me parece que también hay mucho desconocimiento de lo difícil que es hacerlo. Me pasa con gente que está ahora en la obra, que por ahí no es tanto del palo y de repente se enfrenta a un repertorio de teatro musical, y se da cuenta que es muy difícil. Hay que estar pendiente de un montón de cosas más, aparte de cantar solamente. A mí me llevó toda una vida probar cosas para sentir que ahora más o menos algo gustó. Por eso empecé mi primera obra recién a mis jóvenes 45 años (risas). Es un género que lleva mucho trabajo, y se desconoce la cantidad de laburo.
—Y por eso se habla de la “triple amenaza”, ¿no? La necesidad de que el artista cante, actúe y baile.
—Exacto, por algo se le llama la triple amenaza a los artistas de comedia musical. Tienen que saber cantar, actuar y bailar, como un término que se puso de moda cuando surgieron estos bailarines que hacían todo. Antes estaban los que cantaban y los bailarines que adornaban. Hoy se busca gente preparada para todo.
Martínez, quien actualmente da clases de jazz y workshops teóricos, siente que aunque se están abriendo espacios de estudio en Córdoba, a menudo la formación se queda en la superficie. “Siento que siempre falta ir un poco más al grano de las cosas,” sostiene, notando que muchos jóvenes prefieren la experiencia del montaje rápido a la profundidad académica.
Al final, 25. Un especial de Navidad es la culminación de ese trabajo profundo y de la valentía de emprender un camino nuevo. La obra promete ser un viaje coreográfico que usa la nostalgia y la fe para poner a Córdoba en el centro de la escena navideña.
Para ver
El espectáculo 25. Un especial de Navidad se presentará el Jueves 4 y Viernes 5 de diciembre a las 21 en el Teatro Ciudad de las Artes. Tickets en autoentrada.com.
Ficha
Idea, dirección y coreografía: Verónica Martínez
En escena: Ensamble: Rebeca Dunkler, Carmen Salazar, Magda Asef, Mai Berecibar, Dafi Kogan, Catalina Dabhar.
El cartero: Diego Haas.
El cantante de blues: Juano Maldonado.
El peatón: Leo Cieri.
La madre: Mariela Carrera.
El niño: Fidel Salinas
Puesta en escena e iluminación: Natacha Chauderlot y Ramiro Ramos.
Artista visual: Joaco Fassi.
Producción Musical: Pricha.
Arreglos musicales: Ornela Lanzillotto.
Grabación de coros: Mariela Carrera y Ornela Lanzillotto
Piano: Ornela Lanzillotto.
Saxo: Julieta Ortiz.
Idea de vestuario y estilismo: Verónica Martínez.
Realización vestuarios: María José Ledesma.
Realización de sombreros: Alejo Ruiz Ichavila.
Diseño Gráfico: Rafael Prette.
Prensa: Fede Albarracín
Producción general: Magda Asef y Verónica Martínez.

























