Lo Sagrado es una obra de teatro escrita por Julio Chávez y Camila Mansilla. La trama sigue a Rafael, un filósofo que vive en un pueblo costero. Cuando recibe la visita inesperada del hijo de una antigua pareja, se ve obligado a enfrentar una promesa incumplida. Lo que sigue es un debate sobre los límites de lo que cada uno considera “sagrado”.
Se trata de una obra que nos invita a pensar. De manera inteligente, nos sumerge en un clima de cine de suspenso. La escenografía de Ariel Vaccaro llama la atención por los detalles minuciosos que reconstruyen una época pasada, los años ´60.
Un teléfono fijo, una máquina de escribir y la ausencia del celular nos trasladan a un tiempo en el que los desencuentros eran inevitables. Desde el inicio, la obra detiene nuestro ritmo acelerado y nos interpela.
El primer acto nos envuelve en un juego de detalles. Adela (Eugenia Alonso), encargada de asistir al escritor (Julio Chávez), y José (Claudio Medina), el empleado de la casa, nos revelan sus vínculos. La solidaridad y la compasión son los grandes temas.
La minuciosidad en la construcción de este universo es hipnótica, bien matizada con la música de Diego Vainer, generando la promesa de un conflicto decisivo. En la segunda parte, el esperado encuentro nos mantiene en vilo, al igual que a los personajes.
Rafael, el protagonista, es un filósofo que acaba de finalizar un libro autobiográfico, donde ha reunido los recuerdos que considera sagrados. Su refugio está en los objetos: baúles, cajones y páginas escritas.
Quiere hacer de su obra un testimonio, con nuevos testigos, como también los espectadores lo somos de un momento crucial en su vida.
El reencuentro con Gael (Rocco Romano), hijo de una antigua pareja, protagonista de aquellos recuerdos, es el punto de quiebre. Pero no es lo que se espera. La alegría inicial se diluye rápidamente.
Una mirada aguda
La dirección de Chávez es una oportunidad para ver una obra con un trabajo excepcional que aprovecha las capacidades del elenco. Se percibe una mirada muy aguda sobre el ritmo en el texto y los diálogos, que contienen sentidos muy profundos que se impactan entre sí. Esto se logra gracias a un manejo preciso de los tiempos y la maestría para mantener una tensión continua. En ese juego, conviven la ironía, el conflicto y la confrontación.
La iluminación de Vero Alcoba, en tonos verdes y grises, acompaña el paso del día hasta la intimidad de la noche en el hogar del escritor. La atmósfera de nostalgia y tensión creciente están muy bien logradas. Las preguntas entre ellos cortan el aire, Rafael y Gael parecen a quilómetros de distancia, aunque están en la misma sala.
El desenlace llega desprovisto de la sutileza inicial. El protagonista, y quizá también los autores, parecen resignarse a lo inevitable. ¿Lo sagrado es un concepto universal o depende de cada historia personal? ¿Qué es sagrado finalmente?
Como se sabe, la palabra “teatro” proviene del latín theatrum, que significa “mirar, contemplar”. Sin duda, la obra Lo Sagrado invita a la contemplación, siendo este su mayor apuesta.
Para ver
La obra se presenta en el Teatro Real de Córdoba, San Jerónimo 66, desde el 7 hasta el 28 de febrero y del 1° al 3 de marzo de 2025, con funciones de viernes a domingos a las 21 horas. Las entradas están disponibles en autoentrada.com y en la boletería del teatro, con precios que oscilan entre $ 29.000 y $ 33.000.
Ficha técnica
Autores: Julio Chávez y Camila Mansilla. Dirección: Julio Chávez. Elenco: Julio Chávez, Rocco Romano, Eugenia Alonso y Claudio Medina. Diseño de Escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de Iluminación: Vero Alcoba. Música original: Diego Vainer. Duración: 65 minutos. Clasificación: Todo público.