A los 84 años falleció Antonio Gasalla. El actor y humorista presentaba un deteriorado estado de salud desde hace algunos unos años.
La semana pasada recibió el alta médica tras 10 días internado con un cuadro de neumonía severa. Este martes 18 de marzo murió y la noticia fue confirmada por el productor teatral Carlos Rottemberg.
“Antonio puede hacer cualquier cosa, lo que quiera. Yo le digo que haga Shakespeare, Ricardo IV”, dice Laura Yusem. La directora está sentada al lado de Eduardo “Tato” Pavlovsky, tomando un cafecito antes de una función del dramaturgo en una sala del Abasto porteño.
Año 1990 y algo. Por entonces Gasalla arrasaba en la tevé, dueño y señor en El palacio de la risa. “Pero Antonio no se anima. Y no es que hace lo que hace por la plata. No la necesita. Es que no se anima”, sigue Yusem ante la mirada atenta de Tato.
Antonio Gasalla fue un artista de talento escénico descomunal. Yusem tenía razón. Pavlovsky coincidía en que Gasalla daba para mucho más. Pero ese actor que hacía humor con solo mover los ojos o sacudir las manos, eligió su camino, y será recordado por las maravillas que creó, sin Shakespeare.
Del café concert a la consagración en todos los escenarios, Antonio Gasalla generó un prototipo de humorista que supera el chiste o la gracia porque utilizó la comicidad a partir de las herramientas de un gran actor. Los personajes que subían a escena o alumbraban la pantalla eran verdaderas creaciones. De ahí las dificultades, una y otra vez, para la valoración de una obra si se la confunde con la persona que la animó hasta sus últimas fuerzas.
Gasalla deja un repertorio exquisito de juegos teatrales, frases, la domesticación de la cámara con que mantenía al espectador pegado al gesto breve, sin alardes, el modo de caminar, la ambigüedad del discurso o la furia desatada.
El personaje de Mamá Cora (Esperando la carroza, 1985) se convirtió en ícono. A años del estreno de la película, la vieja no envejece. También fue la Abuela en el living de Susana, un mano a mano incorrecto, al borde del delirio. Insustituible. Y fue la madre que pedía respeto en la obra teatral Más respeto que soy tu madre. Gasalla fue un genio en el arte del travestismo teatral.
En las diferentes etapas de su larga carrera artística, el actor integró duplas inolvidables. Los espectadores mayores recordarán las creaciones de Antonio Gasalla junto a Carlos Perciavalle, en la edad de oro del café-concert, en los sótanos donde el humor se ponía a tono con las movidas de la época.
También buscó a otro gran humorista y dramaturgo para los libretos: Enrique Pinti. En la televisión, en El palacio de la risa, en los sketches como el de la empleada pública o el de la vieja en silla de ruedas que tiranizaba a su hija Marta, Gasalla se potenció junto a la actriz Norma Pons. Y en el living de Susana Giménez encontró un lugar para la impunidad de la vieja que decía cualquier cosa, al tiempo que ponía en apuros (simulados o no) a la conductora.
Vida y obra de Antonio Gasalla
Antonio Gasalla nació en Ramos Mejía, Buenos Aires, el 9 de marzo de 1941.
Estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático, donde conoció al actor uruguayo Carlos Perciavalle. En 1966 hizo su primer gran éxito con Help Valentino junto a Perciavalle, Edda Díaz y Nora Blay. El grupo fundó el estilo café-concert argentino.
En la década de 1970 montó espectáculos de gran producción con libretos de Enrique Pinti. Son muy recordados: Pan y Circo, Gasalla y Corrientes, Gasalla for Export, Gasalla 77, El Maipo es el Maipo y Gasalla es Gasalla; Gasalla en terapia Intensiva; Maipo 100 % Gasalla; Maipo made in Gasalla; Gasalla es el Maipo y El Maipo es Gasalla.
En 1985 protagonizó la película argentina Esperando la carroza, en donde hacía el papel de Mamá Cora junto a China Zorrilla, Enrique Pinti, Juan Manuel Tenuta, Luis Brandoni, Mónica Villa y Betiana Blum.
En los años 1980 el actor entró a la televisión, donde protagonizó sus propios programas. Durante 13 años hizo sus personajes: La Abuela, Flora, la empleada pública, Soledad, Inesita, Matilde, Barbara Don’t Worry, Cacho o Yolanda.
De 1992 a 1995 su programa se llamó El palacio de la risa. Se emitió los lunes a las 21 por ATC y luego por Canal 13. En 1995 Gasalla ganó el Premio Martín Fierro de Oro correspondiente al año 1994.
En 2000, el cómico dejó la televisión y se dedicó al teatro. Recorrió el país haciendo giras con sus shows hasta 2004, año en que volvió con su clásico programa de televisión, con el nombre de Gasalla en pantalla. Ganó el Premio Martín Fierro 2004 a la mejor labor humorística por sus apariciones como La Abuela en el show de Susana Giménez.
Desde diciembre de 2007, y hasta verano de 2008, protagonizó, junto a Nito Artaza y Luciana Salazar, la obra Cristina en el país de las maravillas en Mar del Plata. Durante 2008 encabezó la revista Maipo Siempre Maipo, junto a Claudia Fernández y Ximena Capristo, celebrando los 100 años del Teatro Maipo de Buenos Aires.
El 15 de enero de 2009 estrenó en el Teatro Metropolitan de Buenos Aires, la obra Más respeto que soy tu madre, de Hernán Casciari, donde interpreta a Mirta Bertotti, un ama de casa de 52 años que debe lidiar con una familia disparatada.
La Fundación Konex lo premió en 1981 y 1991 con el Premio Konex de Platino como Mejor humorista en TV y como Mejor Actor de Variedades, respectivamente.
En 2010 Gasalla protagonizó la película Dos hermanos junto a Graciela Borges.
Formó parte del jurado de Bailando por un sueño en 2012, junto a Carmen Barbieri, Moria Casán, Marcelo Polino, Aníbal Pachano y Flavio Mendoza. En el programa de Marcelo Tinelli hizo los personajes de la Abuela, Bárbara Dont Worry, Flora, la empleada pública, Soledad Dolores Solari y Mecha, la millonaria.
En el verano de 2013 estrenó en Buenos Aires Gasalla Nacional junto a Laura Sánchez y Sebastián Borrás, donde volvió con sus monólogos y personajes. Hasta 2016 hizo la obra Más respeto que soy tu madre 2, segunda parte de la obra de Hernan Casciari, con un éxito sensacional.
A fines de 2019 debutó en Mar del Plata con la obra Gasalla junto a Maximiliano de la Cruz, Marcelo Polino, Pepe Ochoa y Lula Roshental, donde puso en escena a los personajes más exitosos de su carrera como actor.
Sobre la felicidad
En diciembre de 2019, poco antes de la temporada en Mar del Plata, en Los ángeles de la mañana el actor habló de la felicidad: “Es algo que se va formando con vos y los tuyos, con lo que querés que te salga bien. Hay que tratar de que las cosas sean más sencillas. Es aprender a vivir. Hoy somos víctimas de celulares, computadoras. Yo estudié odontología dos años porque mi papá quería que fuera perito mercantil y solamente podía hacer odontología y ciencias económicas”.
También contó que se psicoanalizó durante muchos años. “Un día un amigo que me daba clases de inglés me dijo que debería analizarme. Me recomendó a un psicólogo, fui y la primera vez hablé dos horas y media sin parar. Fue como abrir la canilla. Ya trabajaba en sótanos con Carlos Perciavalle, con Edda Díaz. Eran los 60”.
Antonio Gasalla y el día que reflexionó sobre la muerte
Sobre la muerte había reflexionado en Animales sueltos, en charla con Alejandro Fantino, varios años antes: “El envejecimiento son pequeñas muertes, de células. No me asusta. Hay que vivir pensando que va a venir. No hay que vivir haciendo un culto a la muerte, pero tampoco, ignorándola”.
La cuestión, dijo, es vivir a pleno, haciendo lo que a cada uno le gusta. “Mucha gente le tiene miedo a todo, no hace nada que le guste, porque desgraciadamente la vida no se lo permite, y tiene que hacer un trabajito que no lo deja realizarse. El miedo a la muerte es más burgués que otra cosa”.
Se lo ve bien en el registro de 2015, contestando con naturalidad. Ya se sabía que lidiaba con el cáncer de piel porque en agosto de 2013 el mismo Gasalla lo había contado en una entrevista a Intrusos, el programa de América TV, en la que habló del delicado momento de salud que estaba atravesando. Fue una decisión poco frecuente ya que el actor supo guardar celosamente su intimidad.
El saludo final
En la última temporada en Mar del Plata, el espectáculo se tituló Gasalla. Contundente. Pero después de varias semanas en las cuales el rumor del levantamiento de la obra estaba en el aire y los portales, el jueves 30 de enero de 2020, la producción confirmó que Gasalla terminaba la temporada. “En el día de la fecha el señor Antonio Gasalla se comunicó con el empresario teatral Guillermo Marín para informar que se bajaba de la temporada marplatense”, informaba el comunicado.
Esquivo y antisocial con la prensa, el actor solo respetaba al público. En los últimos años tuvo reacciones indefendibles, maltratando a una cronista, generando disgustos con sus dichos (no se guardó nada cuando atacó a Flavio Mendoza, por ejemplo). La televisión fue relevando cada incursión lamentable, como si ese hombre altanero no fuera el mismo creador de momentos inolvidables en el escenario.
Antonio Gasalla ha muerto. Como artista, seguirá siendo un rey.