Podés olvidar qué te dijeron, pero difícilmente puedas olvidar cómo te hicieron sentir. Esa idea, repetida en libros y en redes sociales hasta parecer un lugar común, cobra un peso diferente cuando una persona que olvidó su nombre, su historia e incluso a sus seres queridos reacciona y se conmueve de pronto ante una melodía, un sabor o un aroma familiar. En ese instante, más allá de la memoria perdida, las emociones resurgen intactas, revelando el profundo (y estudiado) vínculo entre los sentidos y los recuerdos.
En otras palabras, obra protagonizada por Gimena Accardi y Andrés Gil, con dirección de Nicolás Vázquez, llega a Córdoba los días 16, 17 y 18 de mayo para explorar esta conexión entre sentidos, recuerdos y los efectos de la aparición temprana del alzhéimer, así como también la importancia del amor en una pareja y el poder transformador de la música.
“Es una obra que te atraviesa, no importa el momento que estés pasando, te sentís identificado en algún punto con lo que estás viendo. Habla de los vínculos, del amor, del acompañamiento”, adelanta Gimena en diálogo con La Voz y confiesa que, dentro de su extensa carrera, esta es “la obra más linda” que le tocó hacer.
“Creo que tiene que ver con lo que genera la obra, tanto para el que la ve como para los que la hacemos. Es hermosa de principio a fin. Primero, por su temática. Es una historia de amor donde vas a ver a una pareja en todo su recorrido: desde el día en el que se conocen, cuando son jóvenes, pasionales, sexuales. Los vas a ver atravesar la vida hasta que, en un momento, una piña los mueve de la zona de confort, y los vas a ver acompañarse en esa situación, que es la de una enfermedad, el alzhéimer, hasta que son viejitos”, relata.
Como actriz, En otras palabras le permite a Gimena “atravesar todo el recorrido”. “Voy a ser joven, no tan joven y voy a ser viejita. No cualquier obra te da la posibilidad de mostrar todas esas facetas”, apunta y destaca, como un detalle no menor, que esta es la primera vez que hace drama en teatro.
“Si bien hice mucho drama en televisión o en cine, en teatro nunca. Siempre fueron comedias. Esta es una obra mucho más sensible, donde estoy con el corazón en la mano durante una hora arriba del escenario, pero del otro lado la gente lo agradece, y eso nos llena de confort”, dice y aclara que poder desarrollar “temáticas sociales”, como en este caso la salud mental, es otro motivo por el cual este proyecto le resulta tan especial. “Fue un desafío grande y gratificante poder demostrar cómo se siente no sólo quien atraviesa la enfermedad, sino también quien acompaña”, afirma y continúa: “Hacemos sentir, hacemos atravesar emociones muy profundas, y eso me llena de orgullo”.
–A propósito de la salud mental, en la actuación se da esto de que podés tener un año muy bueno y luego pasar meses sin proyectos. Después de tantos años en el medio, ¿cómo lidiás con esta incertidumbre?
–La verdad es que nunca sufrí ansiedad, y trabajo desde los 14 años en este medio. Pero siempre fui muy consciente del privilegio y la suerte de trabajar todos los años consecutivamente. Es verdad que es un trabajo muy inestable, pero bueno... Tuve otras herramientas para que eso no me afectara y poder entender que este laburo era así, muy cíclico. Siempre dije: “Va a pasar lo que tenga que pasar, y me amoldaré”, porque es mi vocación y aceptarlo era parte de poder hacer lo que me gusta. En la balanza, pesaba más mi deseo por actuar. Y ahora, después de 25 años haciéndolo y ya con casi 40, tengo la oportunidad de poder elegir los proyectos y decidir en cuáles me guardo, en cuáles prefiero no y en cuáles prefiero sí. Y eso también es un privilegio del que soy muy consciente y agradecida.
–En este poder elegir, ¿qué aspectos ponés en la balanza para aceptar un nuevo proyecto?
–Varias cosas. En principio, que la historia sea buena, que el guion sea interesante. Que me guste el personaje, lo que vamos a contar, que me signifique algo a mí, ya sea una comedia o un drama, no importa el género. Y que el grupo humano sea bueno. Yo puedo trabajar con todo el mundo y he trabajado con todo el mundo, pero es clave llevarse bien en nuestro laburo porque hay algo de eso que hace que todo funcione mejor.
–Con Andrés parecen entenderse muy bien.
–Recontra. Con Andrés ya habíamos trabajado juntos, tenemos muchos amigos en común, Nico también. Cuando se dio la posibilidad de hacer esta obra, lo elegimos los dos (Nicolás Vázquez y ella). Y la verdad es que la pegamos porque somos amigos, nos queremos, nos llevamos muy bien arriba y abajo del escenario. Y eso es elemental, sobre todo en una obra donde estamos los dos solos con una historia tan compleja de contar, una historia de amor tan profunda.
De amor y el paso del tiempo
–El amor es un tema que atraviesa la obra. ¿Sentís que tu manera de percibirlo se fue resignificando con los años?
–Creo que el amor siempre se resignifica y va creciendo con el correr de los años, mutando. Hay ciclos y hay momentos, no siempre es igual. Desde que empecé con Nico (Vázquez), sentí ese amor tan fuerte como el que siento ahora. Son casi 18 años juntos, en los que hemos atravesado de todo. Siempre sentí que era el amor de mi vida, desde el día uno. Pero, por supuesto, el amor muta y la relación también, como todas: como una relación de amistad, de padres, de hermanos. Tiene que ver con la vida y con el crecimiento personal de cada uno.
–Además de dirigir esta obra, con Nicolás hicieron gran cantidad de proyectos juntos. ¿Dónde pensás que está el límite que no hay que cruzar para que puedan coexistir tu vida privada y la profesional de manera armoniosa?
–No es para cualquier pareja trabajar juntos. En nuestro caso, lo que creo que pasó es que nosotros nos conocimos trabajando juntos y hemos trabajado juntos miles de veces. Entonces, es un rol muy dinámico, que nos funcionó siempre. Quiero decir, si no nos funcionara o fuera peligroso para nosotros, no lo haríamos. Siempre la prioridad está puesta en la pareja y no en lo laboral, con lo cual no elegiríamos trabajar juntos si no nos funcionara, si no nos lleváramos bien haciéndolo. Pero trabajamos muy bien juntos, esa es la verdad. Es cómodo, nos funciona, y nos viene bien, entonces lo seguimos eligiendo. El día que deje de funcionar, ese será el límite. Pero por ahora venimos bien.
–Te llevo ahora a otro tema central en la obra más allá del amor, que es el paso del tiempo. ¿Cómo te llevás a nivel personal con esto?
–Me llevo bárbaro con el crecer. Me encanta cumplir años. Siento que a medida que uno va creciendo va entendiendo mejor las cosas, aprendiendo, tiene otras heridas, otras cicatrices, estás más fuerte, más madura. Sin duda, no me siento igual ahora que a los 20. Y eso me parece maravilloso. La esencia no cambia nunca, pero crecer, madurar, te lleva a entender muchas cosas. Incluso como actriz el tiempo me dio herramientas que no tenía. Me encanta crecer. Siempre siento que estoy un poco mejor con los años. Intento no repetir las cosas que sé que hago mal. Por supuesto, hay otros errores, pero agradezco crecer y entenderme un poco más.
De gira
Antes de llegar a Córdoba, En otras palabras hizo temporada en Buenos Aires, donde tuvo una gran aceptación por parte del público. Aunque comenzar la gira con la obra ya “aprobada” por cientos de espectadores es una especie de salto al vacío con paracaídas, Gimena apunta que presentar una propuesta como esta, hermosa y de calidad, es suficiente para salir confiada al escenario.
“Es verdad que cuando la obra está probada, tiene un cierto efecto tranquilizador. Uno ya sabe, de alguna manera, que la respuesta del público en lo posible va a ser buena, pero también confiamos mucho en la obra que tenemos. Realmente es hermosa y estamos felices de presentarla en distintas ciudades para poder ir viendo las distintas reacciones del público, fuera de Buenos Aires”.
Gimena Accardi y Andrés Gil, además, son dos nombres “llamadores” de espectadores en sí mismos. Gozan de una popularidad innegable que lograron cosechar de la mano de una gran cantidad de proyectos en cine, teatro y televisión.
–¿Alguna vez te hicieron sentir que la popularidad te bajaba el precio como actriz?
–No, para nada. Personalmente, no creo mucho en las etiquetas. No es que si sos popular, no podés hacer una obra de texto, o al revés. Tal vez la popularidad la tengo porque vengo del palo de la televisión. Hice durante más de 20 años telenovelas sin parar, todos los años de mi vida, consecutivamente. Y eso te da una visibilidad a nivel federal, y a nivel local, impresionante. Porque nada es más masivo que la televisión. Entiendo que mi popularidad viene de ese palo, pero lejos de renegar de eso.
Y suma: “Me parece tan difícil ser popular como no serlo. Es como el que te dice que es más fácil hacer comedia que drama. Para mí son etiquetas para nada ciertas. La popularidad, lejos de darme algo negativo, me dio todo: el amor del público, la visibilidad, el que te elijan a la hora de comprar una entrada para ir a verte. Lo agradezco muchísimo”.
–Y hablando ahora de la gira. ¿Qué es lo que más te emociona de venir a Córdoba?
–Que están relocos los cordobeses, y los amo. Es una ciudad a la que siempre me encanta ir y me encanta volver. Me gusta para estar de vacaciones, para pasar los fines de semana. He ido mucho con mis amigas, mi abuela paterna vivió ahí casi toda su vida, he viajado muchísimas veces en mi infancia y mi adolescencia a Río Cuarto. Con lo cual, cada vez que voy a Córdoba, me reencuentro con una parte de mi niñez. Me encanta todo. Disfruto mucho la ciudad, es hermosa. Tienen una provincia espectacular.
En otras palabras invita a los cordobeses a vivir una propuesta interesante con la que podrán conectar de manera personal. “La historia nos toca a todos en algún punto”, refuerza Gimena y explica: “Es una obra preciosa para venir a sentir el amor. Uno se va amando y valorando más la vida. Viviendo el presente y agradeciendo lo que se tiene, porque todo se puede terminar muy rápido. Es una obra con esperanza, uno se va queriendo la vida”.
Para ver
En otras palabras. Protagonizada por Gimena Accardi y Andrés Gil. Dirección: Nicolás Vázquez. 16, 17 y 18 de mayo en teatro Ciudad de las Artes (av. Pablo Ricchieri 1955). Entradas a la venta en Autoentrada. Precios: entre $ 38 mil y $ 40 mil.
Sinopsis: En otras palabras cuenta la historia de amor de Juana (Accardi) y Abel (Gil), quienes después de muchos años de plenitud se enfrentan al mayor desafío de sus vidas. Una conmovedora y sensible historia que trasciende el tiempo y la memoria, en la que sus protagonistas deberán afrontar un diagnóstico prematuro de alzhéimer atravesados por su amor incondicional.