Finalmente, el mítico Eber Ludueña pudo comandar una línea de cuatro al éxito, y el equipo que integra La Gambeta se erigió como uno de los mejores ciclos de humor del último tiempo.
Es que los protagonistas llevan años trabajando juntos, y al querido Luis Rubio lo acompañan Yayo Guridi, Pichu Straneo y Martín Vázquez, viejos baluartes de ShowMatch y de Peligro: Sin Codificar.
Fue por este último que se reunieron el año pasado, cuando Flow les propuso hacer un segmento relacionado con el programa de Diego Korol y Gustavo Paván.
Esa semilla terminó germinando en el ciclo de humor que hoy llevan adelante vía DGO, en el canal de YouTube Takawishi.
Con la risa como bandera y objetivo final, el cuarteto sale a la cancha en las redes, pero también recorre el país en formato teatral. Así lo explica Martín Vázquez, en diálogo con La Voz.
“Salió de a poco. En 2021 habíamos hecho seis capítulos para Flow, en un proyecto que vino de Decodificados. Ahí se fue amasando la idea: varias secciones de Peligro Sin Codificar se desprendieron, por ejemplo, Infumables y Hablemos sin saber, y pensamos: “¿Por qué no hacemos algo en streaming?“. Se fue dando. Ahora ya estamos pensando en todo lo que queremos hacer para el año que viene.
Consultado por el equipo y la complicidad al aire, comenta: “La clave es el conocimiento mutuo: nos conocemos todos y hay confianza. Yo sé dónde “le pego” a cada uno, dónde lo voy a hacer quebrar. Eso es fundamental. Después, claro, hay cosas preparadas: en el teatro intento cambiar las secciones función a función para sorprender y no acostumbrar al público a la risa fingida, porque si conocen el chiste, ya no es lo mismo. Algunas secciones las escribo antes; otras nacen de la improvisación. Si nos sentamos seis horas a hablar, salen un montón de ideas", dice.
–¿Cómo es llevar el formato del streaming al teatro? ¿El espectador ve un programa en vivo?
–El formato se respeta, pero la experiencia es distinta. No es una obra común: la gente viene porque entiende los códigos del programa; se formó una comunidad alrededor de eso. El público espera determinadas cosas, como que a Pichu le pase algo o que me hagan caer, y esa complicidad es parte del espectáculo. En teatro cuidamos el ritmo y las secciones, pero siempre mantenemos la frescura que viene del conocimiento y la improvisación entre nosotros.
–En esta gira, ¿ya tienen algo preparado para hacer contenido desde Córdoba?
—Vamos viendo sobre la marcha. Nos gustaría potenciar mucho más el vlog el año que viene, viajando especialmente para eso. A veces llegamos con pocas horas de anticipación y no da para andar filmando. Además, somos cuatro, y coordinar no es fácil: cada uno tiene otros compromisos. Yo estoy en la Televisión Pública, Pichu y Yayo también tienen lo suyo. Esta vez vinimos con Homero (Petinato), y justo hoy es el cumpleaños de José, así que le mando un beso grande. Yayo está con un emprendimiento nuevo… un OnlyFans de pies (risas). Hay mucho señor mayor que lo sigue. Pero no estará en Córdoba.
—Te iba a preguntar justamente por Homero Petinato. ¿Por qué él y no, por ejemplo, un humorista cordobés como el Flaco Pailos?
—Homero ya había hecho varios programas con nosotros, igual que Campa. También estuvieron Paulo Kablan, Mosquito Montesano, Miguel Ángel Rodríguez… Son personas que conocen los códigos del programa y nos conocen a nosotros. Eso hace más fácil el funcionamiento. Y a veces también depende de la disponibilidad para poder ensayar antes.
–¿Cómo es hacer humor hoy, en tiempos de redes y cancelaciones? ¿Se cuidan con lo que dicen?
–Yo siempre digo lo mismo: somos un país de extremos, blanco o negro, River o Boca. Y la realidad es que no todo es así. Nosotros no tocamos temas de actualidad, política, economía ni siquiera de deportes. Primero, nos reímos de nosotros mismos, y eso nos habilita a hacer humor. Además, no personalizamos. En las efemérides, por ejemplo, todos los nombres y los apellidos son inventados. El humor, para mí, sana y ayuda a superar situaciones. El límite está en que la otra persona no se sienta mal. Si nos ponemos a medir milimétricamente, no podríamos hacer chistes de nada: ni de borrachos, ni de locos, ni de nada. El humor también es ficción. Si hago de asesino en una serie, no soy asesino cuando dicen “corten”. Es lo mismo.
–Para cerrar, si alguien arranca a ver “La Gambeta” por primera vez, ¿qué episodio le recomendás?
–Depende a quién. Si es para tu viejo, que vea el de Dyango: se va a reír y no va a entender mucho, pero se va a divertir. Si es para tu mamá, tal vez el de Cecilia o el de Juli Savioli le van a gustar más. Tratamos de ir por todos lados: un humorista, un actor, un deportista. Pero más que el nombre, buscamos gente que se pueda subir al juego. Prefiero al “4″ de River que se caga de risa y entiende el código antes que alguien famoso que no se enganche. El secreto es divertirse.

Para ir
La Gambeta se presenta el viernes 7 de noviembre en el Quality Espacio (Av. Cruz Roja 200). Entradas desde $ 30.000 + $ 4.500 por costo de servicio en ticketeck.com.ar



























