La Parisina sigue creciendo en Córdoba con un programa de residencias artísticas. Además de sus talleres anuales, la sala de teatro, ubicada en el histórico Chalet Emiliani de Alberdi, crea espacios de experimentación para artistas que quieren expandir sus horizontes.
En diálogo con La Voz, Florencia Moresi e Ignacio Tamagno cuentan que las residencias son “un proceso de creación artística” centrado en la investigación y experimentación previa al lanzamiento de una obra.
“Es un espacio de prueba y error, un tiempo distinto al de producción donde el trabajo está focalizado en sacar un producto determinado. En este caso, no hay una obra como norte”, explican.
“Esto equivale, por ejemplo, a la investigación y experimentación que atraviesa un científico antes de sacar una vacuna. Es una instancia de construcción de pensamiento desde la práctica y en torno a la práctica”, añaden.
Con 13 años de trayectoria, La Parisina pasó de ser una sala de teatro convencional a un laboratorio artístico y autogestivo, un centro de creación en residencia destinado a artistas locales, nacionales e internacionales.
−¿Cómo fue ese proceso de transición?
−Moresi: Estimulante y difícil. Trabajar con artistas en la “intimidad de su materia” es mucho más divertido. Surgen cosas maravillosas, se abren puertas y posibilidades de conectar entre artistas, festivales, otros espacios de residencias y experiencias por diferentes países. Pero también es difícil porque en nuestro país las residencias artísticas no están muy difundidas.
—Tamagno: Somos un ecosistema teatral muy focalizado en la producción y la exhibición. La gente se junta a hacer una obra a como dé lugar. Entonces, explicar qué son las residencias artísticas es todo un proceso. Por otro lado, no existe ningún apoyo para este tipo de políticas. Trabajamos completamente al descubierto. En otros países, las residencias son un espacio muy cuidado porque se produce conocimiento y valor agregado. En Argentina, esto no se protege, se marginaliza.
−¿Qué impacto tuvo esto en el día a día de La Parisina?
−Moresi: Fue muy positivo, en primer lugar, porque nos permitió abrir lazos con diversas latitudes del mundo iberoamericano. Nos dio una base sólida y un sello identitario para proyectarnos hacia otros contextos. Luego de años de trabajo sostenido, podemos decir que la agenda de La Parisina es también una agenda internacional, construida con constancia, cuidado y compromiso. Este proceso amplió nuestras formas de pensar y habitar el arte. Nos invitó a revisar nuestras tradiciones, a nutrirlas con otras miradas y a imaginar futuros posibles en red.
Cómo son las residencias artísticas en La Parisina
Con las residencias, el equipo encontró el estímulo para seguir trabajando en este vasto campo artístico contemporáneo que cruza la performance, el teatro, la danza, la música y las artes visuales con la experimentación desde el cuerpo, la presencia y el acontecimiento.
“Nos sumamos a esta propuesta porque la sala como mero espacio de exhibición había comenzado a dejarnos sin preguntas, sin ese motor que impulsa nuestro hacer. Sentíamos la necesidad de movernos, de incomodarnos, de volver a sorprendernos. En este proyecto, encontramos una práctica viva, móvil y flexible”, aseguran.
Tras un largo proceso de búsqueda, La Parisina definió tres líneas de acción para su programa de residencias:
- Artista Asociada: apunta a asociar a un/a dramaturga nacional para radicar un proyecto de investigación en La Parisina. Se le brinda espacio, tutoría y conexiones para facilitar su desarrollo profesional y su proyección internacional.
- Residencias Internacionales: aloja a artistas y compañías de cualquier parte del mundo que deseen investigar, crear y vincularse con artistas y comunidades locales, promoviendo el intercambio y la cocreación.
- Residencias de Barrio: Se invita a vecinos que deseen vincularse al arte para desarrollar una residencia de tres años con el objetivo de investigar, aprender y crear colectivamente, fortaleciendo la identidad y el tejido comunitario.
“Es imprescindible el contacto con el arte y la cultura para la vida en comunidad. Abrir las puertas a reflexiones y prácticas artísticas es un arma noble, una posibilidad de sostenernos en el tiempo y elegir hacia dónde y cómo queremos avanzar como sociedad”, señalan.
¿Qué residencias artísticas hay en Córdoba 2025?
Hasta el momento, pasaron más de 10 residencias en La Parisina, entre ellos, siete creadoras para infancias; una residencia para centros de residencia con espacios en España, México, Portugal, Uruguay, Chile y Colombia; una residencia de dramaturgia con cruce italiano-argentino y también una con un artista mapuche en colaboración con el Instituto Cultural Aborigen.
El proceso de selección de artistas es fruto de un debate colectivo e intenso. Aunque en la actualidad no hay convocatorias abiertas, existe “una búsqueda constante” frente a las necesidades del espacio y la comunidad.
“Llevar adelante convocatorias abiertas requiere una estructura con la que aún no contamos. Aún así, nuestra búsqueda es constante. Más que un objetivo puntual es una actitud que nos atraviesa en cada encuentro que habitamos. Estamos abiertas a descubrir y dejar que nuevos diálogos nos sorprendan, mientras buscamos los próximos proyectos o artistas en residencia”, revelan.
En abril de este año, la actriz Julieta Reyes se unió a programa como Artista Asociada. La dramaturga y directora también es gestora del espacio cultural y de residencias Refugio Libertad, ubicado en San José de la Quintana, en un predio que funcionó como centro clandestino durante la última dictadura militar.
Para la segunda mitad del año, habrá dos nuevas residencias de dramaturgia tituladas Bermudas y Paisajes Mínimos. Este último es un proyecto colaborativo con la Agencia Córdoba Cultura que reunirá a dramaturgas y científicas locales e internacionales para explorar y visibilizar paisajes de Córdoba marcados por la violencia y la explotación.
−¿Qué implica ser un/a residente artístico?
−Tamagno: Como espacio, creemos que ser artista residente implica tener el tiempo y el contexto para sumergirse en la creación, la investigación y el pensamiento crítico. Es una oportunidad para habitar un territorio (físico, simbólico y/o afectivo) desde una mirada situada, con apertura a lo inesperado, al encuentro y al intercambio. Implica ser parte activa de un espacio vivo, donde el proceso y la convivencia se entrelazan. A veces ese recorrido se traduce en una obra, un texto o una acción visible; otras, en un movimiento interno, una intuición o una pregunta que queda vibrando. Ser artista residente es, ante todo, sostener el deseo de hacer del arte una práctica transformadora y compartida.
Más información
Para conocer más detalles de las residencias artísticas de La Parisina (Neuquén 223, Alberdi) o sus talleres, contactarse a través de Instagram, al teléfono (3512 25-8568), por mail (laparisinacasadearte@gmail.com) o ingresar a la página web del centro.
