La Asociación de Teatristas Independientes para Niños, Niñas y Adolescentes (ATINA) le dio una grata sorpresa hace 15 días a la directora y teatrera cordobesa Marina Abulafia. Es que este miércoles 30 de abril le otorgará el “Premio a la Trayectoria en la XX Edición de los Premios ATINA”, en una ceremonia que se realizará esta noche en Ciudad de Buenos Aires.
Es un reconocimiento que se otorga a aquellos profesionales que han dedicado su actividad a las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud a lo largo de los años, “contribuyendo así no sólo al desarrollo del género sino también a una mayor calidad y trascendencia del mismo a nivel local y nacional”.
“Sin duda alguna usted ha sido una de ellos con un trabajo intenso e ininterrumpido que siempre ha priorizado a la infancia y la juventud”, rezaba la nota en la que se comunicaba la buena noticia.
“Es un reconocimiento a nivel nacional, por eso es muy importante para mí, del cual estoy muy orgullosa”, le dijo Abulafia a La Voz, poco antes de partir hacía la ceremonia en Ciudad de Buenos Aires.
–¿Qué significa el premio y en qué momento de vida profesional te encuentra?
–Son muchos años, y creo sin falsa modestia que es merecido. Son muchos años de actividad, investigación, formación, etcétera. El premio me encuentra en un momento de reflexión de qué y cómo contar para las infancias y adolescencias para acompañarlos en estos tiempos de tantos cambios.
–¿Cuántos años llevás de carrera y cuántas obras estrenadas?
–Parece mentira pero son 40 años prácticamente ininterrumpidos. Una vida. Por lo tanto son alrededor de 40 obras estrenadas en distintos roles: actriz, directora, productora en cuatro grupos.

–¿Cuál fue el mejor grupo de todos los que dirigiste?
–Comencé con el Grupo Acto, como actriz. Éramos casi adolescentes, recién egresados del Seminario Jolie Libois. Años más tarde me lancé a dirigir con el Grupo Egos, integrado casi en su totalidad por alumnos de la Universidad Provicial: fueron momentos hermosos de aprendizaje y crecimiento. Más tarde vino Mutttis con un trabajo integral, ya desdoblada como directora y productora, y en algún momento volví a subir a las tablas (risas). Finalmente llegó MAP, con otros objetivos, con el concepto de compañía, más actores, más producción, más obras y más viajes.

–¿Creés que parte de la comunidad teatral ve al teatro infantil como un género “menor”?
–Sí, probablemente, muchas veces lo he sentido así. Las obras para las infancias son el primer escalón como espectador para cualquier ser humano. Por lo tanto yo, al revés, lo considero el género más importante ya que además necesita de profesionales completos que canten, bailen y actúen.
–¿Los actores y directores del teatro de Córdoba van a ver obras infantiles?
–Esa pregunta no me corresponde a mí responderla, pero la verdad es que no es habitual.
–¿Qué planes tenés para el corto y mediano plazo?
–Map es una compañía que da trabajo a artistas y técnicos entre abril y noviembre, con meses de picos de funciones de todos los fines de semana y muchos días hábiles. Es casi un milagro para el teatro independiente. Desde el teatro no compito con más pantallas sino que acerco a los niños al arte, a las emociones y sensaciones. Este año decidí no estrenar porque quiero repensar qué ofrecerle al niño actual, atorado de estímulos. Parar para recrear las formas. Ese es mi desafío más cercano.