Desde este miércoles 5 y hasta el domingo 9 se puede disfrutar en el teatro Real del ciclo “Historias de mujeres por mujeres”, una serie de obras escritas, dirigidas e interpretadas por artistas femeninas que impulsaron el evento con el apoyo de la directora del Real, Coqui Dutto, para así homenajear desde la escena cordobesa al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y jornada emblema de diferentes luchas por la igualdad de género que continúan al día de hoy, más latentes que nunca.
Las funciones serán entonces del miércoles al domingo a las 20.30, en la sala Azucena Carmona. Son parte del ciclo N° 392, je suis Soy Camille Claudel (el 5), Útero Bicorne (el 6), Flores rojas (el 7) y Serafinas (el 8). El domingo 9, cierra Magdalena.
Victoria Centeno, dramaturga y directora, comenzó a gestarla entre 2018 y 2019, a partir de la lectura de Fuegos, de Marguerite Yourcenar, libro de poemas y relatos. La obra de la escritora francesa está llena de figuras de la mitología griega y más. Entre ellas, la de María Magdalena.

“Ahí me empezó a resonar algo. Comencé a investigar y me encontré con su evangelio, porque María Magdalena tiene un evangelio apócrifo y agnóstico. En un seminario de actuación de Cristina Banegas (quien también tiene un rol en la obra) coincidimos con Carolina Godoy (una de las impulsoras de este ciclo junto a Micaela Franchino) y le conté que estaba escribiendo una obra sobre ella. Me dijo: ‘Yo la quiero actuar’. Ella también venía reflexionando sobre el arquetipo de María Magdalena”, cuenta.
Estrenaron con apenas dos funciones el pasado 22 de noviembre, en Quinto Deva, así que la obra sigue estando “recién salida del horno”.
Quién fue María Magdalena
“Queríamos hablar de este personaje icónico de la religión. Todos, seamos católicos o no, estamos atravesados por la religión católica. Hay otra versión de los hechos que rodean a María Magdalena que no es la que se cuenta en la Biblia. La obra se corre de lo religioso y trae este personaje de carne y hueso para que cuente esa versión, la fábula que todos conocemos, los mismos hechos pero desde su punto de vista. Hay muchos teólogos y teólogas, corrientes de divulgadoras que hablan de que ella tenía otro rango, no era prostituta, que fue una interpretación del papa Gregorio pero quedó en el inconsciente. Este es un personaje que venía de una familia adinerada y sabía leer y escribir, por eso puede escribir su propio evangelio. Y era la compañera de Jesús”, explica Centeno.
La dramaturga y directora se basó para escribir la obra en libros como (además del Evangelio de María Magdalena) María Magdalena Revelada, de Meggan Watterson; La diosa en los evangelios, de Margaret Starbird (libro en el que se basó El código Da Vinci); y Sola entre ellos, de Marisa Ventura.
“En Europa está la gruta de María Magdalena, se hace el Camino de María Magdalena, toda una historia que acá no se conoce tanto pero sí ya se divulga”, amplía.
Y reflexiona: “Nuestro deseo era además poder mostrar que en lo espiritual las mujeres también tienen un lugar. En la religión que nos han educado a la mayoría los hombres no se pueden casar y las mujeres quedan relegadas al lugar de prostituta o de virgen. En esa obra restauramos lo femenino en lo espiritual, no en contra de lo masculino sino como una unión en equilibrio entre lo masculino y femenino, sin atar estos conceptos a hombre y mujer como género. Creo que hay un cambio de paradigma y se busca una restauración, volver a un equilibrio, ir a la fuente, al origen y ver en qué momento hubo una fractura en esa relación”.
Mujeres escritas por mujeres
Más allá de todo ello, aclara que los espectadores de la obra también podrán encontrar relaciones con el presente: “Sentí un impulso muy fuerte de contar todo esto, obviamente de una manera poética. El teatro es eso: una mirada sobre algo. No es que nosotros tengamos la verdad absoluta ni que todo el mundo tenga que pensar las cosas como cuenta la obra, sino que es una manera de interpelar, abrir sentidos. Hay muchas cosas de Magdalena que la gente puede encontrar que se repiten hoy, que resuenan en nuestra realidad actual”.
Esta visión renovada sobre un personaje como María Magdalena se enlaza con la temática de otras de las obras del ciclo y ese cambio de paradigma que antes mencionó. Por decir una, la obra Flores rojas destaca la participación femenina en la Revolución de mayo.
“El teatro de Córdoba es alucinante y tiene una poética que no lo encontrás en cualquier lado. Hay muchas producciones muy variadas y de muy buena calidad. Ya el año pasado, cuando estábamos ensayando, nos enteramos que otras dramaturgas, directoras y actrices estaban contando historias sobre personajes arquetípicos femeninos o personajes históricos. Hay como una necesidad de contarnos. Siempre las mujeres hemos sido contadas por hombres. Ahora las mujeres estamos tomando la escena y podemos escribirnos y reivindicar a mujeres de la historia que quedaron olvidadas y que influyen en la construcción de nuestra identidad, son referentes. Es reescribir esa historia con una mirada femenina desde la perspectiva de hoy, 2025”, concluye.
Para ver “Magdalena”
Domingo 9 a las 20.30. Sala Azucena Carmona, teatro Real (San Jerónimo 66).
En escena: Carolina Godoy. Dramaturgia y dirección: Victoria Centeno. Asistencia de producción y dirección: Melina Sissi Godoy. Música original en vivo: Fede Gaumet. Diseño Escenográfico: Melina Gutiérrez Angonese. Realización Escenográfica: Gabriel Mosconi/Melina Gutiérrez Angonese/Grupo. Diseño y realización de vestuario: Lihuen Savegnano/Ana Rojo. Diseño de iluminación: Franco Muñoz. Diseño gráfico y fotografía: Andrea Asís. Voz en off de canciones: Guadalupe Gómez. Voz en off: Cristina Banegas. Asistencia física y coreográfica: Carolina Pino.