Piñón Fijo, anotado en su DNI como Fabián Gómez, seguirá siendo payaso a pesar de presentar este sábado un espectáculo novedoso pensado para los más grandes.
Charla entre adultos se llama este experimento que lo unirá con sus amigos Pato Achával, el doctor Carlos Presman y el dibujante Eric Zampieri.
Entre todos, llevarán adelante este show en el que Piñón apelará a reflexiones y a anécdotas que su público siempre quiere escuchar.
Cuando se le consulta sobre el porqué de hacer un espectáculo para adultos, el músico y compositor conocido por su trabajo junto a las infancias dice que fue una “semillita que fue germinando” cuando dio varias entrevistas en profundidad en las que habló sobre su vida y reflexionó sobre diferentes temas.
Tenía una libretita y en uno de los viajes anotó algunas anécdotas. Lo mismo ocurrió en sus entrevistas junto a Lalo Mir y a Julio Leiva (Caja Negra). Allí la gente se quedó tan enganchada con sus palabras que dejaron comentarios en las redes para alentarlo a hacer algo más.
“Me decían: ‘Piñón, tenés que hacer algo como el lado B de la versión que todo el mundo conoce. El lado B para los niños que ya no somos niños, pero que disfrutamos de las canciones’”, cuenta sobre los pedidos de su público.
“En esas notas, Lalo Mir descubrió, por ejemplo, que la canción del Chupete hablaba de (Fernando) ‘Chupete’ de la Rúa y Chacho Álvarez. Entonces mucha gente empezó a decir: ‘Está buena esa versión de Piñón contando un poco de las cosas que pasaban entre los adultos mientras nos cantaban como chicos’”, relata.
Uniendo todas esas ideas y sumándolas a una invitación de su amigo Pablo Aguiar para hacer algo en el flamante teatro Comedia, decidió dar el primer paso hacia un nuevo formato.
Nueva apuesta
−¿Es un desafío pensar en algo para adultos cuando trabajaste mayormente con las infancias. ¿Te genera algún tipo de nervios?
−No, porque en realidad son adultos hoy, pero han sido mis niños hace tiempo. Hace 35 años que hago esto, y muchos de ellos se han bancado a este Piñón Fijo con sus hijos, así que tenemos como una historia en común. No tengo miedo, pero siempre genera muchísima responsabilidad el hecho de subirse a un escenario y tener el compromiso de entretener, es todo un desafío, siempre, siempre. Toda esa adrenalina, ese dolor de panza.
−Dicen que en realidad el público infantil es el más difícil por ser el más genuino cuando algo le gusta o no...
−Sí, yo siempre tenía la trampita de no abocarme solamente al público infantil. Siempre traté de abarcar a la familia entera. Yo creo que esa fue la clave de la vigencia. Eso ha sido una cuestión intuitiva, siempre me recosté mucho en el grupo familiar. He tratado de buscar el equilibrio en que se divierta todo el mundo. Y es una fórmula que no sé si la mejor agencia de marketing me la podría haber diseñado, pero salió.
−Te adaptaste muy bien a los formatos de las redes. ¿Cómo ves hoy a las infancias y su relación con las pantallas?
−Es un gran signo de pregunta. Siempre me pregunto si encuentro diferencia entre las infancias anteriores y las de ahora, porque los chicos se siguen deslumbrando ante un títere, ante un payaso, ante un truco de magia. El deslumbre viene por el lado de sentirse atendidos, entendidos, incorporados (…) Lo que sí noto es que las fronteras invisibles de la infancia se han acortado mucho. El territorio de la infancia ha quedado muy delimitado a una corta edad. Yo vengo de una generación que a los 12 años seguíamos siendo niños y no pasaba nada, no tenías vergüenza de andar arrastrándote por el piso jugando. Hoy en día me parece que el mundo adulto, el mundo del mercado, el mundo del consumo ha empujado esa frontera hacia los 4 o 5 años y después ya jugás otra liga.
−¿Y sobre las pantallas?
−Lo del tema de las pantallas para mí no es solamente con los niños, yo creo que todas las cosas tienen un lado bueno y un lado malo. El lado bueno va a ser que hay una cantidad de procesos creativos y artísticos que se van a acelerar. Si a eso que es un medio para un fin, lo tomamos así, vamos a ser todos beneficiarios. Me imagino un Mozart con los adelantos tecnológicos de hoy, o un Picasso, pero también me imagino un tirano, un dictador o alguien de mucho poder manejando la inteligencia artificial para eliminar a la gente con la que no está de acuerdo.
−Muchos artistas se han manifestado preocupados porque la IA pueda quitarle el alma o la sensibilidad a los bienes culturales, ¿qué opinás al respecto?
−Yo creo que todo lo que se usa como instrumento y como un medio es válido. La discusión está en el origen y el fin. Después vemos con qué pincel pintás. Yo lo veo a Eric (Zampieri) haciendo su obra de arte con un papel de determinado gramaje y con un pincel y me emociona el proceso y el resultado. Y lo veo haciendo lo mismo con una tablet y la emoción es la misma. Y no sé si hay mucha gente que pueda lograr lo que Eric logra, que es arte. Quizás ahora mancha menos con pintura la casa…
Lo primero es la familia
−¿Se recompuso del todo la relación con tus hijos?
−Sí, estamos muy bien. El amor nunca estuvo en duda. La entrega y el cariño, el afecto y la pertenencia a la misma raíz nunca estuvieron en duda, más allá de algunos berrinches que se nos fueron de las manos. Un berrinche como el de cualquier familia que puede pasar inadvertido porque a lo sumo te escucha el vecino si levantaste la voz. Quizás nosotros levantamos demasiado el tono de voz. Reconstruimos el vínculo, estamos abrazados y nos amamos, y hemos pasado en limpio una cantidad de cosas. Hemos tratado de hacerlo lo más silencioso posible, más que todo para preservarnos nosotros, preservar a los chicos. Pero el vínculo puedo decir que está felizmente reconstruido y el amor está intacto.
−La gente se sorprendió y se puso muy contenta con el noviazgo entre tu hijo Jere Fijo y Gina Casinelli…
−Me encanta esa pareja, más allá de que yo sea el papá de uno de ellos. Los veo tan frescos, tan transparentes, tan felices. Uno cuando ve ese tipo de cosas más en estos tiempos en que es tan difícil una relación orgánica, cuando todo es tan virtual… (piensa). Uno ve esos dos seres que son pura risa, pura creatividad, y vos los ves tan felices entre ellos y unidos y tejiendo una relación muy fuerte, uno no puede sentir más que felicidad y esperanza de seguir creyendo en cosas que cada vez tiene menos espacio en esta sociedad, como son el amor y el cariño.
Para ir a ver a Piñón Fijo
La cita es el sábado 29 a las 19 en el teatro Comedia, con entrada libre y gratuita. Se retiran desde el jueves 27 y viernes 28 de 9 a 12 por boletería del teatro. Sábado desde las 18 hasta agotar la capacidad.
Además, en las vacaciones de invierno, Piñón presentará su show infantil el 6 de julio en Quality Espacio.
