Jennifer Aniston no solo es una de las actrices más queridas de Hollywood, sino también una apasionada del diseño de interiores, y su casa es la prueba perfecta. Ubicada en el exclusivo barrio de Bel Air, esta mansión, valuada en 21 millones de dólares, es un verdadero paraíso que te invita a la calma.
La casa fue construida originalmente en 1965, pero la estrella le dio su propia impronta con la ayuda del famoso diseñador Stephen Shadley. ¿El objetivo? Mantener la onda modernista pero sumándole calidez con texturas orgánicas y muebles elegidos a dedo.
El resultado es un hogar sofisticado y acogedor que es puro reflejo de la actriz.
Conocé cómo luce la mansión de Jennifer Aniston
Adentro, los lujos están por todos lados. El living es un espacio súper amplio con un televisor gigante, juego de sillones y una chimenea negra que le da el toque justo.
Uno de los elementos más llamativos es una barra de tragos que fue literalmente tallada en una de las paredes y está iluminada por un aplique de diseño hecho con vidrio industrial reciclado.
La sala familiar tiene como protagonista un sillón colgante que funciona como sofá para disfrutar de las vistas impresionantes de Los Ángeles o como una pieza de arte. El dormitorio principal no se queda atrás: la cama está elevada sobre una plataforma de nogal, dándole un aire majestuoso.
Además, la casa cuenta con un vestidor de ensueño, gimnasio totalmente equipado, una pequeña bodega con los mejores vinos y una pileta de travertino con cascada que parece sacada de una película. Hasta hay espacio para una mesa de billar que la propia Aniston encontró en eBay, demostrando que en cada rincón puso su toque personal.
Para Aniston, esta casa es más que una simple propiedad. Ella misma la bautizó “Ohana”, una palabra hawaiana que significa familia, comunidad y pertenencia. Este nombre resume perfectamente lo que el lugar representa para ella: un refugio, un escenario para su vida y una expresión de su identidad. Un hogar donde, según confesó, disfruta eligiendo cada tela y cada detalle, alimentando su alma.
