La vida profesional de Valentina Iudica siguió un camino distinto al de su padre, el conductor televisivo Mariano Iudica. Aunque durante los últimos años estuvo vinculada al universo mediático como productora, hoy su presente está marcado por una apuesta empresarial firme en la industria del vino. A los 30 años, divide su tiempo entre tres facetas: psicóloga, productora independiente y empresaria al frente de una bodega mendocina.
Su salida reciente del streaming marcó un cierre de ciclo. Valentina trabajó cuatro años en Nadie Dice Nada, el programa de Luzu TV conducido por Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña. La renuncia llegó justo antes de que el ciclo recibiera a Leandro Paredes y Rodrigo de Paul, una visita histórica que explotó en redes. Ella misma ironizó sobre su “puntería”, reconociendo que el timing no fue el mejor. Un detalle menor, pero revelador del tono distendido con el que se tomó su despedida.
Aunque su nombre circuló en el ámbito mediático, su actividad principal hoy está lejos de la pantalla. Valentina Iudica es propietaria de Bodegas y Viñedos Viña Alta, un proyecto familiar ubicado en Montecaseros, San Martín, Mendoza. El establecimiento cuenta con casi 100 hectáreas de viñas propias en el oasis Este y forma parte de un legado iniciado en los años 60 por Don Miguel Iudica y su esposa Susana.
Así es la vida bodeguera de Valentina Iudica
La empresaria encabeza la estrategia de expansión internacional. Su participación en Interwine China 2025, una de las ferias más relevantes del sector, mostró su rol activo en la búsqueda de nuevos mercados.
Uno de los lanzamientos más recientes bajo su dirección es Esencial Naranjo, un vino elaborado a partir de pedro giménez —una cepa criolla históricamente relegada— con 26 días de maceración con pieles y un perfil fresco, cítrico y con potencial de guarda.
Fuera del negocio vitivinícola, Valentina también desarrolló un proyecto vinculado al bienestar emocional. Es coautora de Journal Sessions, un libro–journal que guía ejercicios de escritura reflexiva para mejorar el autoconocimiento y la gestión del estrés. Su formación como psicóloga respalda esta faceta, que funciona como un complemento a su trabajo empresarial.
En paralelo, mantiene una presencia pública moderada. Comparte anécdotas familiares pero evita la exposición desmedida. Su transición del streaming al mundo del vino no solo fue un cambio de rubro: fue una búsqueda de mayor autonomía, identidad profesional y estabilidad.
