Todos los lunes por la noche, Sindicato Vencido presenta su asamblea. Allí, Pablo Carrozza y Emiliano Coroniti llevan adelante un programa que va desde la actualidad y el deporte hasta el humor.
Si bien el periodista deportivo y el empresario influencer manejan el ciclo con seriedad, son algunos de los invitados quienes aportan la cuota humorística más extrema y suelen dejar momentos de delirio en las transmisiones de YouTube.
Por definición, un “vencido” es una persona que, valga la redundancia, ha sido vencida por la vida y acepta su destino: problemas cotidianos de trabajo, de familia o situaciones que ya no intenta resolver, sino que asume y con las que convive. En ejemplos propios –porque Coroniti se definió a sí mismo de ese modo antes de que se sumara una oleada de hombres con el mismo destino–, el streamer suele contar la vez que se mudó tras 40 años en el mismo barrio y, al llegar a una casa pagada en dólares, estuvo 10 horas sin luz. “Vencido no es deprimido”, aclara también en su relato.
En diálogo con La Voz, Emiliano Coroniti comenta cómo atraviesa este momento de fama, tras años de apariciones repentinas en Crónica TV o en Bendita. En el último tiempo, consagró su figura como streamer respetado y querido.
“Yo en esto empecé de amateur, para ir a joder a la tele, para decirles a mi tía o a mi vieja: ‘Mirame en Crónica’. Después, con este éxito repentino en YouTube, aparecen los horarios, los sponsors, los pibes que laburan con vos: el productor, el que filma, el sonido, los panelistas que cobran. Y los ves crecer. Charlie Napoli, Fontana, Poggi, y sus familias que dicen: ‘Mi hijo hace teatro’. Luquita, Bianco, taxista toda la vida, y ahora la gente se sube al taxi y lo saluda”, cuenta.
–Muchos argentinos se sienten identificados con esa definición. ¿Lo que les está pasando es, de algún modo, la revancha del vencido?
–Sí, es un triunfo. La revancha del vencido fue mi beso con Cam Nair. Todos los vencidos decían: “Llegó un gordo con cardiodesfibrilador, con artrosis” (risas). Después tuvo sus consecuencias, como dormir afuera, pero es todo parte de lo mismo.
–¿La viste a Julieta Poggio?
–Sí, me mostraron un video donde decía que el “vencido” es el que te lleva la ropa mientras comprás. Ahí hay un poquito de choreo (risas). Pero quedó ahí. Nosotros somos marginales. Esas chicas salen de Gran Hermano, se maquillan, se compran ropa todo el día, quieren otra vida: ir a fiestas VIP, salir en la tapa de Gente o de Caras. Yo quiero ganar plata sin robarle a nadie y disfrutarla. Plata legal: vos pagaste la entrada del teatro, yo la gané legal, listo.
Periodistas vs. youtubers
Un día antes de esta entrevista, el último programa del Sindicato Vencido presentó como invitados a Marcelo Sottile y Federico Bulos, dos pesos pesados de ESPN y del programa F90, que conduce Sebastián Vignolo.
Este encuentro llegó tras varios dardos cruzados entre los periodistas (que suelen deslegitimar el trabajo de los youtubers futboleros) y de Pablo Carrozza respondiéndole a Gustavo Fucks, por ejemplo.
El mismo Coroniti había tuiteado que nada de esto le servía a nadie y que se debían respetar los dos oficios. “Casi todos los conductores de stream, más que nada deportivos, sueñan y soñaron con ser conductores y panelistas, por ejemplo, de ESPN; y casi todos los panelistas y conductores de ESPN sueñan con tener un canal de YouTube y muchas vistas", expresó.
–Fue interesante lo que planteaste sobre la convivencia entre el periodismo tradicional y el streaming.
–En la vida hay que ser respetuoso. Si no sos respetuoso, bancate la respuesta. Hay muchos pibes jóvenes con una camarita que bardean a periodistas que están hace 30 o 40 años. Yo prefiero respetarlos. Y si alguna vez digo algo, bueno, es mi contra. Pero no puedo decir que soy mejor que Daddy Brieva o que otros referentes por ahora tener muchas vistas. Lo que logramos con invitados como el Negro Bulos o el Cholo Sottile es mostrar que se puede convivir. Algunos dicen que yo les pegaba, pero no hay un solo video mío pegándole a un periodista. Chistes sí; informes en contra no. Tengo buena onda con muchos periodistas de ESPN y de TyC Sports. Lo importante es distinguir entre buena gente y mala gente, no entre “periodistas” y youtubers.
–¿Cómo adaptan el formato del streaming al teatro?
–Es, básicamente, una charla entre Pablo y yo, con mucha interacción con la gente. Depende mucho de la función y del lugar. A veces participan los panelistas: Fontana entra como árbitro y la gente lo putea; Charlie Napoli hace la suya y cuenta anécdotas; Gianluca Poggi aparece como una especie de comunero macrista, que algunos aplauden y otros putean. También hemos llevado al Gordo Gastón, a Luquita, a Bianco, a varios amigos. En general, interactuamos con el público y contamos anécdotas, incluso cosas que no se pueden decir al aire.
–El programa tiene invitados muy variados, algunos casi borders. ¿Existe la chance de sumar alguna sorpresa en Córdoba?
–Puede haber alguna gestión de último momento, pero sabemos que cuando salimos al interior, la gente es más agradecida y viene con muchas ganas de conocernos a nosotros dos. En cuanto a los invitados del programa, tratamos de dejar contentos a todos los públicos. Hubo un momento en que llevamos muchas chicas que crean contenido.
–¿Contenido para adultos?
–Sí. Y se nos fue un poco de las manos: se autoinvitaban porque era publicidad. Pasaron Divina Maru, Cam Nair, Barbi Rivas… después vino la India Motera, una mecánica de motos, y de golpe todos decían que tenían moto. El tema femenino fue muy fuerte este año. Después, por el otro lado, metimos personajes como el Gordo Ventilador o Porcelito. Ese contraste es parte del programa.
–Acá cierran un gran año...
–Totalmente. Córdoba es la fecha número 12. Despedimos el año acá. Es una fecha complicada porque el 19 de diciembre mucha gente tiene despedidas, la plata no sobra y no es solo pagar la entrada: es salir, comer algo, tomar una cerveza. Todo suma. Por eso también soy sincero: el teatro es algo más pensado. Yo no soy músico ni actor, no soy Capusotto, ni Daddy Brieva, ni Cha Cha Cha. Podés llenar una vez en cada lugar, pero meter dos funciones es muy difícil. Encima toca Pity. Me lo pierdo porque tengo otros compromisos. Si a pesar de todo eso la gente nos acompaña, estaremos felices y agradecidos.
–Queda claro que te mostrás genuino y no sos un personaje. También tenés tu empresa de construcción y hasta llevás adelante un programa sobre turf. ¿Cómo te defino en la nota?
–Soy un pobre infeliz que tuvo un poco de suerte y puede ganar algo de plata hablando boludeces. Esa es mi realidad. Un hombre vencido que trata de salir adelante. Me hubiese gustado no depender de las redes sociales, porque las detesto, pero dependo de ellas. Es el precio que hay que pagar por el éxito.
Para ir
Sindicato Vencido se presenta el viernes 19 de diciembre, a las 21, en el teatro Ciudad de las Artes (av. Pablo Ricchieri 1955). Entradas desde $ 33 mil vía Autoentrada.




























