Dos décadas después de una de las rupturas más mediáticas de Hollywood, Jennifer Aniston decidió poner fin al silencio y aclarar lo que realmente vivió durante su matrimonio y separación de Brad Pitt.
En una entrevista íntima con Harper’s Bazaar UK, la actriz de Friends expuso cómo los medios distorsionaron su historia, cómo enfrentó en soledad su lucha por la maternidad y por qué ahora siente que llegó el momento de cerrar esa etapa de su vida.
El divorcio entre Aniston y Pitt, ocurrido en 2005, fue uno de los más comentados en la historia del espectáculo internacional. La pareja, que había sido considerada “la más perfecta de Hollywood”, terminó su relación en medio de rumores de infidelidad y versiones sobre supuestas diferencias irreconciliables. En aquel entonces, la prensa sensacionalista instaló un relato que apuntaba a la ambición profesional de Jennifer como el motivo central de la ruptura.

Hoy, veinte años después, la actriz desmintió categóricamente esa narrativa y reveló la verdadera historia detrás de su decisión.
Con una franqueza pocas veces vista, Aniston confesó que durante su matrimonio con Brad Pitt atravesó un largo y doloroso proceso de tratamientos de fertilización in vitro (FIV) con la esperanza de quedar embarazada.
“No conocen mi historia ni lo que viví durante dos décadas intentando tener mi propia familia, porque no voy por la vida contando mis problemas médicos”, expresó con firmeza.
La actriz explicó que eligió mantener en secreto esa parte de su vida porque necesitaba proteger su intimidad y evitar la exposición mediática que, en ese momento, ya era asfixiante. “Era un proceso profundamente personal y emocional. Había mucho dolor, mucha incertidumbre y también mucha soledad”, reconoció.
Según contó, los tratamientos no tuvieron éxito, y aunque atravesó ese duelo de forma silenciosa, logró con los años hacer las paces con la idea de no ser madre biológica. “Hoy me siento en paz. Puse todo de mí. Y si no se dio, fue porque no tenía que ser”, expresó.
La mentira mediática que la marcó por años
Durante más de una década, Jennifer fue señalada injustamente como una mujer “egoísta” y “adicta al trabajo”, una etiqueta que ella misma considera una de las más crueles que tuvo que cargar.
“La idea de que no quise tener hijos por priorizar mi carrera me afectó mucho, porque no reflejaba en absoluto la realidad”, explicó.
En ese sentido, remarcó que los titulares de la época construyeron una versión pública de ella que no se correspondía con su vida real. “Esa narrativa dañina me siguió durante años, y mucha gente la creyó porque era más fácil juzgar que comprender”, sostuvo.
Aniston también reveló que, mirando hacia atrás, siente que no recibió el mejor asesoramiento médico y que, de haber tenido más información, probablemente habría congelado sus óvulos antes. “No existía la conciencia sobre esos temas como ahora. Hoy las mujeres tienen más opciones y más información, y eso me alegra profundamente”, dijo.
Más allá de su experiencia personal, Jennifer aprovechó la entrevista para reflexionar sobre la presión social y mediática que aún recae sobre las mujeres, especialmente en el mundo del espectáculo.
“A menudo se nos mide por cosas que nada tienen que ver con nuestro talento o logros profesionales”, subrayó.
La actriz cuestionó la obsesión de los medios por reducir la identidad femenina al matrimonio o la maternidad. “Si una mujer no tiene hijos, inmediatamente se la ve como incompleta o triste. Es una mirada retrógrada que sigue repitiéndose”, explicó.
“Cada mujer tiene su propio camino. Algunas eligen ser madres, otras no pueden, otras no quieren. Ninguna vale más o menos por eso”, aseguró la actriz.
“Las redes potencian esas exigencias. Vivimos comparándonos, buscando aprobación, y eso puede ser muy dañino. Hay que aprender a definir el éxito desde adentro, no desde lo que el mundo espera de nosotras”, reflexionó.
Un nuevo capítulo: libertad y aceptación
A los 55 años, Aniston aseguró estar en un momento de plenitud personal. “Me siento más libre que nunca. No tengo que demostrarle nada a nadie”, afirmó.
La actriz explicó que el paso del tiempo le permitió reconciliarse con su historia y encontrar un equilibrio entre su vida profesional y emocional. “Durante mucho tiempo traté de complacer a todos: a la prensa, a los fans, a la industria. Hoy elijo complacerme a mí misma”, admitió.
Aniston también destacó la importancia de la terapia y del trabajo interno para sanar heridas del pasado. “Aprendí a no pelearme con lo que no fue. Mi vida no tiene menos valor porque no tuve hijos. Tengo una familia elegida, amigos, trabajo, amor, y eso también es plenitud”, expresó.
“Ya no me interesa lo que los demás piensen que debería ser. Estoy exactamente donde quiero estar”, concluyó Jennifer.
Jennifer Aniston y Brad Pitt: del amor a la reconciliación pública
Aunque el matrimonio terminó hace casi dos décadas, la relación entre Jennifer y Brad evolucionó con el tiempo hacia un vínculo de respeto y cariño. En 2020, el reencuentro de ambos durante la entrega de los Premios SAG generó revuelo mundial.

“Brad y yo tenemos una buena relación. No hay rencor. Fue una historia hermosa que terminó como tenía que terminar”, comentó Aniston años atrás.