En la última semana, imágenes de un mismo tipo se han multiplicado en publicaciones de diferentes redes sociales. El estilo “Ghibli”, en referencia al estudio de animación japonés Studio Ghibli, se viralizó luego de que una nueva versión de ChatGPT habilitara la posibilidad de crear imágenes.
El martes 25 de marzo, la empresa OpenAI comunicó una nueva actualización que permite a los usuarios generar imágenes con inteligencia artificial en los modelos GPT 4, GPT 4.5 y GPT 4.o. En cuestión de horas, las imágenes generadas con esta nueva herramienta comenzaron a ser publicadas en diferentes redes.
El éxito fue tal que OpenAI tuvo que limitar la posibilidad de uso gratuito de esta herramienta, que ahora sólo permite generar tres imágenes diarias si se utiliza la versión libre del software. Pero un “estilo” en particular se volvió especialmente popular: el creado por Miyazaki con la fundación de su estudio de animación a partir de 1985.
Dicho animador japonés, recordado por películas como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro, entre varios títulos más, había opinado sobre el uso de la inteligencia artificial luego de que se le mostrara un prototipo de la tecnología hace casi una década, en 2016.
“Nunca desearía incorporar esta tecnología en mi trabajo en absoluto”, dijo el dibujante japonés en ese momento. “Siento fuertemente que esto es un insulto a la vida misma”, consideró de manera tajante.
Qué dijo Liniers
En las últimas horas, diversos debate se han dado en torno a la legitimidad de este tipo de recurso, que para algunos infringe derechos de autor.
En el caso del caricaturista Ricardo Siri, más conocido como Liniers, se trata de una herramienta de la que no hay que huir. “Cuando aparecen cosas nuevas hay que aprender a usarlas”, aseguró en diálogo con La Nación. “Todo cambia. Yo soy precomputadora y he visto cambios gigantescos. No me dan mucho miedo”, precisó luego. De todos modos, calificó como banal el hecho de que la estética de Ghibli se esté usando actualmente para generar imágenes ajenas al universo creado por Miyazaki.
“Nosotros consumimos canciones, películas o pinturas porque queremos ver el alma de esa persona, saber cómo viven las otras personas y estar seguros de que no estamos solos en el mundo”, expuso el dibujante. “Yo podría plotear la capilla Sixtina y pegarla en un centro comercial pero la gente va a seguir yendo al Vaticano a ver como Miguel Ángelo se trepó e hizo esa pintura”, reflexionó.
En ese sentido, Liniers consideró que las imágenes generadas con IA son fotocopias sin los rasgos humanos que se encuentran detrás de toda creación artística. Ese resultado sin huella alguna de sus condiciones de producción es, no obstante, un potencial peligro en términos de autenticidad.