El auge de partidos políticos de extrema derecha, la polarización ideológica, el odio y las políticas anti-LGTBIQ+, entre otros aspectos, habilitan el avance de la censura literaria en países democráticos. En lo que va del año, ya se prohibieron libros de Federico García Lorca, Margaret Atwood, Dolores Reyes, entre otros autores y autoras.
Según informa la agencia de noticias EFE, la censura sistemarizada provocó que libros como La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, El cuento de la criada de Margaret Atwood, It de Stephen King o El mercader de Venecia de William Shakespeare fueran eliminados de bibliotecas públicas y escolares de Florida, Iowa y Alaska.
De acuerdo a los datos que arrojó el último informe de la asociación PEN en Estados Unidos, entre 2023 y 2024 fue el período en el que más títulos se prohibieron en bibliotecas públicas y escolares del país. En total, se eliminaron más de cuatro mil títulos de sus estanterías (el 81% de ellos en Florida y Iowa).
En diálogo con EFE, Madison Markham, miembro del programa Freedom to Read de PEN América, explicó que esta “ola sin precedentes de prohibiciones” fue alentada por asociaciones como Moms for Liberty (Madres por la libertad) que son “grupos conservadores extremos” conectados con “redes de organización bien financiadas”.
Según el entrevistado, el objetivo del grupo es ejercer “un control ideológico” sobre lo que los jóvenes pueden leer. “En otras partes del mundo, estamos viendo un aumento en los sentimientos anti-LGBTQ que, con frecuencia, han precedido a las prohibiciones de libros impuestas por los gobiernos”, añade Markham.
Por ejemplo, el libro infantil Con Tango somos tres, inspirado en una historia real de dos pingüinos macho que incuban un huevo y se convierten en una familia, fue prohibido en varias bibliotecas escolares. Sus autores ya presentaron una denuncia al estado de Florida.
Censuras literarias en Europa, un ataque a la comunidad LGBTIQ+
Lamentablemente, Estados Unidos no es el único país en esta situación. Una investigación de la asociación británica Index on Censorship publicada este año asegura que la mitad de las bibliotecas escolares encuestadas habían recibido peticiones para que libros (fundamentalmente de temática LGTBQ) fueran retirados de las estanterías.
Entre ellos están This gook is gay (Este libro es gay), de Juno Dawson, Julián es una sirena de Jessica Love y ABC Pride de Louie Stowell, Elly Barnes y Amy Phelps.
La Federación Europea Internacional de Libreros (EIBF) publicó un informe en 2024 en el que recoge, además de casos de censura similares a este, el auge experimentado en los últimos años de ataques a librerías. El caso más alarmante en la Unión Europea es Hungría.
Tal y como reconoce la agencia de noticias, el Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán endureció este año la legislación ya de por sí restrictiva -que Amnistía Internacional tacha de “homófoba y “tránsfoba”-, y que afecta a medios, al sector editorial y a librerías. La UE ha denunciado la normativa ante la justicia europea.
La ley prohíbe la publicación de libros infantiles con personajes LGBTI, obliga a precintar los libros y prohíbe venderlos cerca de centros infantiles. En ese contexto, el libro Meseorszag mindenkie, que revisa cuentos populares con personajes inclusivos como una Reina de las Nieves lesbiana, se volvió un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en el país.
El caso de “Cometierra” en Argentina y otros libros prohibidos
En un movimiento similar, Argentina y varias asociaciones conservadoras pidieron recientemente la retirada de las escuelas de Buenos Aires de varios libros por su contenido sexual.
Como es de público conocimiento, los libros señalados fueron Cometierra de Dolores Reyes, Las primas de Aurora Venturini, Si no fueras tan niña de Sol Fantin y Las aventuras de la china Iron de Gabriela Cabezón Cámara.
Gracias al incansable trabajo de muchas figuras del medio, el apoyo internacional que recibieron las autoras fue unánime. “La libertad es un derecho humano inalienable que debe garantizarse a todas las personas”, argumentaron desde Pen América.
Y luego agregaron: “Es vital celebrar historias que reflejen y revelen mundos diversos a los lectores. Los ciudadanos debemos seguir alzando la voz en foros públicos para protestar por la censura que hemos visto”.
En el mundo existe un 9% más de escritores encarcelados
La organización sin ánimo de lucro también dio a conocer la cifra alarmante del número de escritores y escritoras encarcelados en los últimos cinco años. En ese tiempo, un total de 339 escritores fueron puestos en prisión, un 9% más con respecto a 2022.
Los países con más escritores encarcelados son China, Irán, Arabia Saudí, Vietnam, Israel, Bielorrusia, Rusia, Turquía, Myanmar (Birmania) y Eritrea. Entre los más destacados se encuentran Narges Mohammadi (Irán) y Pham Doam Trang (Vietnam).
Hace unas semanas, el gobierno de Argelia detuvo al escritor francoargelino Boualem Sansal acusado de terrorismo. Esta situación obligó a muchos a exiliarse como el caso de los nicaragüenses Gioconda Belli y Sergio Ramírez (Premio Cervantes 2017) a quienes España concedió asilo el año pasado después de que el régimen de Daniel Ortega les despojara de su nacionalidad.