La hija del fallecido actor y comediante Robin Williams, Zelda Williams, volvió a pronunciarse públicamente contra el uso de inteligencia artificial para recrear la imagen y la voz de su padre.
A través de una historia en su cuenta oficial de Instagram, la actriz y directora de 36 años lanzó un contundente pedido a sus seguidores: que dejen de enviarle videos generados con IA que intentan imitar al icónico protagonista de En busca del destino.
“Simplemente dejen de enviarme videos con IA de papá”, escribió Zelda, sin vueltas.
Su mensaje, breve pero cargado de enojo, rápidamente se viralizó en redes sociales y generó una fuerte reflexión sobre los límites éticos del uso de tecnologías que recrean digitalmente a artistas fallecidos.
En su publicación, Zelda fue clara respecto a su postura y al dolor que este tipo de contenidos le genera tanto a ella como al legado de su padre.
“Dejen de creer que quiero verlo o que lo voy a entender, no quiero y no lo voy a hacer”, escribió, marcando distancia de cualquier justificación detrás de estas recreaciones.
Además, advirtió que, aunque recibió muchos mensajes con este tipo de videos, no piensa tolerarlos más.
“Si solo intentan molestarme, vi cosas mucho peores; los voy a restringir y voy a seguir adelante. Pero, por favor, si tienen algo de decencia, dejen de hacernos esto a él y a mí, a todos incluso, punto final. Es tonto, es una pérdida de tiempo y energía, y créanme, NO es lo que él querría”, sentenció.
“No están haciendo arte, están haciendo asquerosos panchos sobreprocesados con las vidas de seres humanos, con la historia del arte y la música, y luego se los meten a la fuerza a alguien esperando que les den un pulgar arriba y les guste. Qué asco”, escribió con evidente indignación.
Robin Williams, un legado que trasciende generaciones
Robin Williams falleció en agosto de 2014, a los 63 años, dejando una huella imborrable en el cine y en el corazón del público. Reconocido por su versatilidad y carisma, protagonizó clásicos como Buenos días, Vietnam, La sociedad de los poetas muertos, Hook, el retorno del Capitán Garfio, Jumanji y En busca del destino, película por la que ganó el Oscar como Mejor Actor de Reparto en 1998.
Desde su muerte, su figura se transformó en objeto de homenajes, documentales y, lamentablemente, también de recreaciones digitales que intentan “revivirlo” mediante inteligencia artificial. Muchos de estos videos circulan sin autorización, algo que Zelda considera una forma de profanación del recuerdo de su padre.
Zelda Williams, una voz con autoridad
Además de ser hija de Robin Williams, Zelda construyó su propio camino en la industria audiovisual. Es actriz y directora, y este año estrenó su primera película como realizadora, Lisa Frankenstein (2024), protagonizada por Kathryn Newton y Cole Sprouse.
A lo largo de su carrera, se destacó por su mirada crítica y su compromiso con la autenticidad artística. En diversas entrevistas, señaló su preocupación por cómo la industria del entretenimiento puede deshumanizar a los artistas en pos de la rentabilidad o la viralidad.
Su reciente pedido en redes no es el primero que realiza en defensa de la memoria de su padre. En 2023, Zelda ya había expresado su incomodidad ante los avances tecnológicos que buscan imitar voces y expresiones faciales de actores fallecidos. En aquella oportunidad, escribió en X (ex Twitter): “Vi cómo tratan de replicar la voz de mi padre usando IA. Esto no es un tributo, es un robo de su humanidad”.
El dilema de la inteligencia artificial en Hollywood
El reclamo de Zelda Williams se suma a un debate que atraviesa actualmente a toda la industria del entretenimiento. En los últimos años, el uso de IA para recrear rostros y voces generó conflictos legales y éticos, sobre todo cuando se trata de artistas que ya no pueden dar su consentimiento.
Durante las huelgas de guionistas y actores en 2023, uno de los puntos más discutidos fue justamente la regulación del uso de inteligencia artificial para evitar que los estudios reproduzcan el trabajo o la imagen de intérpretes sin autorización ni compensación.
Casos como el de Carrie Fisher, James Dean o incluso el propio Anthony Bourdain, cuyas voces fueron recreadas digitalmente, despertaron el mismo debate que hoy reabre Zelda: ¿dónde está el límite entre el homenaje y la explotación?